Si hay matrimonios tradicionales que tienen su crucifico en el cuarto o jóvenes con las paredes llenas de pósters de sus ídolos musicales, Victoria Rosado tuvo un cuadro de Julio Romero de Torres en el suyo. Y durante décadas. Y luego su hija. Y luego la hija de su hija. Esta nieta, Teresa Jiménez, lo ha donado al museo que el pintor tiene en Córdoba. El cuadro, "La condesa de Casas Rojas", siempre ha estado en Madrid y Jiménez ha explicado que no tiene hijos, así que no sabía a cual de sus siete sobrinos dejarle la obra. Nada mejor para salir de dudas que cederlo a la ciudad del artista. Así nadie se pelea.
El cuadro se remonta a 1905. Victoria Rosado tenía 16 años. Sería posteriormente Marquesa de Casas Rojas tras contraer matrimonio en segundas nupcias con José de Rojas y Moreno. Previamente estuvo casada con el periodista malagueño Manuel Jiménez Souvirón. Acababa de morir su madre -de ahí que aparezca de luto, y acompañó a sus abuelos a un balneario en Granada. Casualmente estaba allí Julio Romero de Torres tratándose de la dolencia hepática que muchos años después supondría su muerte. Quedó maravillado ante la belleza de la adolescente.
El estilo es previo al más maduro del artista, aunque ya prefigura los rasgos de la que sería su primera gran obra "Musa gitana", por ejemplo en la serenidad de la modelo y algunas tonalidades. Por otra parte tiene influencias del renacimiento florentino, por ejemplo, Bronzino, o colores del renacimiento veneziano, con reminiscencias de Veronés, Corregio y Tintoretto.
Una emocionada Teresea Jiménez ha contado con la cortesía de la visita del alcalde y otros concejales al museo Julio Romero de Torres. El cuadro "La condesa de Casas Rojas" ya estuvo previamente en el lugar gracias a una exposición temporal. Ahora vuelve para quedarse. Se trata de un óleo y temple sobre lienzo de 50x40 centímetros.
