Cientos de niños y padres se han congregado esta mañana en la plaza de las Tendillas para celebrar un casi Fin de Año muy particular. En esta ocasión los sones por soleares del reloj de la céntrica plaza han sido escuchado por los más pequeños que “también tienen derecho a despedir el año a su manera”, según han contado los padres allí asistentes.
De esta forma, sobre las 11:30 el centro de la ciudad se ha llenado de padres que, acompañando a sus hijos, han disfrutado viendo como los niños jugaban en las atracciones instaladas en este lugar, como método de acompañamiento a la fiesta que estaba a punto de comenzar. Así, se han desarrollado todo tipo de actividades, desde castillos inchables, talleres de manualidades o atracciones de escalada.
Para amenizar la espera de las campanadas se ha utilizado música infantil que, según se ha podido observar, tareaban y bailaban más los padres que los propios niños. Y no han sido pocos los que han querido acercarse, es más, las sillas instaladas para disfrutar de la casi despedida del año se han quedado cortas y mucha gente ha esperado de píe a que llegase el momento más esperado.
Sobre las 11:50 ya estaban todos listos con las golosinas en la mano, que han sustituido a las tradicionales uvas. Dos personajes imaginarios, casi sacados de un cuento infantil, han sido los encargados de amenizar la espera para estas mini-campanadas. A las 12:00 , y justo después de los cuartos, el reloj de las Tendillas ha dado sus doces toques que los pequeños han acompañado tomando, una a una, las golosinas. Después, la música ha vuelto a ser los protagonistas y los niños han seguido disfrutando de su propia fiesta.
