TRIBUNALES

Condenado a más de once años de cárcel por agredir sexualmente a una mujer en plena calle

La sentencia considera probado también que tras los hechos acudió a un polígono industrial y amenazó hasta a cuatro mujeres con una de sus armas

Enrada a la Ciudad de la Justicia de Córdoba

La Sección Tercera de la Audiencia de Córdoba ha condenado a I.C.D. a un total de once años y ocho meses de prisión por diversos delitos cometidos en agosto de 2016, cuando agredió sexualmente a una mujer que caminaba por la acera junto a los Jardines de la Agricultura en la capital cordobesa al medio día.

Según recoge la sentencia, facilitada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), una vez detenido por estos hechos, las fuerzas de seguridad encontraron en su vehículo distintas armas para las que no tenía la correspondiente licencia. Junto a ello, y poco después de estos hechos, la sentencia considera probado que acudió a un polígono industrial y amenazó hasta a cuatro mujeres con una de sus armas.

Así, la Audiencia le ha condenado por un delito de agresión sexual a la pena de seis años de prisión; por cuatro delitos de amenazas, a la pena de ocho meses de prisión por cada uno de los delitos y por un delito de tenencia ilícita de armas a tres años de prisión, y por un delito de lesiones, a la pena de un mes de multa, a razón de una cuota diaria de diez euros, con la responsabilidad personal subsidiaria de un día de privación de libertad por cada dos cuotas que dejara impagadas.

En este sentido, la resolución judicial considera probado el delito de agresión sexual por la declaración de la víctima, dado que su relato "ha permanecido inalterable en sus aspectos esenciales y está corroborada por lo declarado por testigos, que lo fueron de lo acaecido instantes después de la comisión del delito, y, además, por la existencia de huellas físicas harto elocuentes de que lo que sufrió corresponde al pie de la letra con su relato".

Respecto a las amenazas, la sentencia también considera probado y destaca que "lo relevante es que venían integrados por una intimidación de tanta entidad como esgrimir contra ellas --dirigiéndola a zonas vitales, como la cabeza o el cuello-- un arma de fuego, de modo tal que, por las circunstancias en que se produjeron las acciones, en un lugar aislado y hora nocturna, sin que nadie, de modo inmediato, pudiera impedir la consumación de las amenazas, fuera del todo natural que, como varias de ellas afirman, temieran por sus vidas".