La hermandad del Resucitado, la única que hace estación de penitencia en el Domingo de Resurrección. Ha puesto broche final a una Semana Santa cordobesa que ha recuperado las calles para lucirse en rincones tan castizos como el Realejo y San Pablo antes de entrar en la Carrera Oficial.
Con la Plaza de Conde de Priego que parecía como nueva con el pintado de sus paredes de blanco por parte de la hermandad, salió esta mañana de Santa Marina de Aguas Santas aquel que venció a la muerte y la Virgen de la Alegría para recogerse de nuevo en su templo casi siete horas más tarde, tras haber sido acompañadas las imágenes en su recorrido por la Agrupación Musical Santísimo Cristo de Gracia y la Banda Municipal Mairena del Alcor.
Una Semana de Pasión que, salvo por las incidencias del pasado martes con la lluvia, que impidió la salida de sus seis procesiones, ha estado marcada por el éxito, con abundante presencia de público, aunque sin seguir por completo las medidas sanitarias, como eran llevar las mascarillas en aglomeraciones y que se cumplió en muy escasa medida.
