Las asociaciones vecinales Centro Histórico, La Medina y Plataforma por Córdoba han registrado un escrito al concejal de Urbanismo, Salvador Fuentes (PP), solicitándole la recuperación del farol cordobés para la Plaza de La Corredera. Los colectivos estiman que es el momento adecuado, tras la retirada de las "discordantes farolas" instaladas en éstos últimos años, para abordar la vuelta de dicha luminaria que era la utilizada con carácter previo a la última reforma.
Por eso, le han solicitado que se redacte un proyecto para presentarlo a la Delegación Territorial de la Consejería de Cultura con un claro objetivo: El inicio de la salvaguarda del paisaje urbano del lugar a través de la recuperación del farol identitario creado exclusivamente para el Casco Histórico de Córdoba y que supondría el encuentro armónico con la visión patrimonial integradora que los cordobeses tenemos asentada en nuestra memoria y que es lo que también espera, el forastero, al entrar en una plaza vetusta y emblemática como es la Corredera.
"El farol no sólo ilumina de noche, sino que se integra en la visión diurna en comunión con el paisaje tradicional, a diferencia de lo ocurrido en estos últimos años", añade la nota de los tres colectivos. Se está pidiendo, lo mismo que ocurre en la mayoría de plazas histórico-porticadas españolas, donde no se han atrevido a cercenar su paisajismo de conjunto, introduciendo elementos extraños y rompedores con la estética tradicional.
Es necesario reseñar que la declaración como BIC de la plaza es anterior a la última reforma y que "las farolas que han estado instaladas ni son BIC, ni cuentan con figura de protección patrimonial alguna", por lo que pueden ser sustituidas de acuerdo a un proyecto de rehabilitación patrimonial paisajístico que siga los cauces administrativos oportunos; aunque la solicitud sólo versa sobre la recuperación del farol cordobés, es equiparable a otros elementos novedosos introducidos en la plaza como los bancos, que por su material, se convierten en inútiles en verano hasta bien entrada la madrugada.
Igualmente, opinan que se ha roto la percepción y relación visual con la inmensa solera de granito gris mortuorio, lisa en toda su vastedad, que engulló la posibilidad de la recuperación de las texturas y juego cromático de los anteriores adoquinados perimetrales, como tampoco se ideó la posibilidad de implementar cuadrantes circunscritos empedrados que hubiesen reflejado la interacción prolongada del hombre en el pavimento de la plaza. Ello, no hubiese obstado a intercalar veredas o amplios espacios plenamente accesibles, sin llegar al páramo desolador actual.
El gobierno local y el autonómico "deben velar por la conservación del patrimonio histórico, cultural y artístico, desde una concepción integradora y global, donde se incluye la defensa del paisajismo patrimonial urbano del Casco Histórico de Córdoba, como una realidad digna de protección según vienen recomendando la Unesco, la Carta del Restauro de Roma de 1932, la Carta de Venecia de 1964 o, más recientemente y entre otros, el Memorandum de Viena de 2005 que hace referencia a la expresividad y relevancia de los procesos de desarrollo propios de un lugar, integrado por los detalles de construcción como son las luminarias y los pavimentos", añaden.
Por eso, se han puesto sobre la mesa dos propuestas a elegir: Reintegrar el farol cordobés pendiendo de cada arco de la plaza (para aprovechar la instalación actual) o recuperarlo encima de las columnas, en el espacio entre arco y arco, que es como han estado los faroles en esta plaza desde que hubo faroles de gas.
"Sin lugar a dudas, antes que la vuelta de las impactantes farolas de estos últimos años y las desaforadas que quedan clavadas en el suelo, preferiríamos un proyecto de iluminación artística con proyectores integrados e invisibilizados en su máxima expresión, pero que no vuelvan esas farolas que, entendemos, perjudican la visión histórico-patrimonial de la plaza mayor de Córdoba", añaden los tres colectivos en su comunicado público.
