2015 está siendo un año clave para Córdoba. Los autónomos lo tenemos claro. Ahora, cuando parece que la recuperación ha llegado para no marcharse, que por primera vez creamos empleo, que se han sumado 464 autónomos a la provincia en un año y la mitad de ellos en la propia capital, debemos orientar este crecimiento, consolidarlo y hacerlo más fuerte.
Cuidar a más de 18.000 autónomos que hay en Córdoba capital y procurar que sus negocios sigan teniendo los apoyos que necesitan no es empresa baladí. Hay margen para prometer, y más para actuar: bajar la presión fiscal a los autónomos es sinónimo de creación de empleo como ya hemos demostrado.
Me gustaría, y lo digo de corazón, que mi ciudad, donde ATA nació hace ya 20 años, sea la de mayor creación de empleo por bajada de impuestos, que sea ejemplo a la hora de dar voz a los autónomos donde se habla de nosotros, que no se penalice al que fracasa, que no se castigue al que hereda y desea seguir con su negocio familiar… y últimamente la imagen es precisamente esa, por muchos que otros se empeñen en malograr la buena dirección tomada. He estado y estaré en la cabecera de las protestas de los que nos mostramos en contra de la liberalización del Taxi. La ordenanza municipal de Córdoba en la que se regula el sector del taxi no sólo es lógica, es imprescindible. Son un servicio público y eso, en una ciudad que lidera la creación de empleo regional en el sector del turismo, y que sitúa ya a Córdoba como la segunda provincia con más peso en este sector después de Sevilla, debe servir de acicate para seguir la senda trazada.
Córdoba ha sido y es una tierra de oportunidades y con ganas de emprender y los autónomos siempre hemos sabido que no hay otra manera de construir una ciudad más moderna, más abierta, más justa y mejor. Que si a los autónomos cordobeses les va bien, Córdoba irá mejor.
