Opinión

Derecho a toser a la gente con libertad

En la red social ahora llamada X y que antes era un trino se me ocurrió poner la foto que ven con el siguiente comentario: 

Guillermo López Lluch
Guillermo López Lluch con la mascarilla en el tren

"Hoy me he levantado con picor de garganta y con tos debida a ese picor. He tenido que ir a trabajar porque tenía clase y un experimento. Como tengo síntomas llevo mascarilla incluso ahora, en el tren de vuelta casi vacío, pero hay personas a mi alrededor. Sentido común".

He llevado la mascarilla en el trabajo y en lugares cerrados desde el martes y sigo con tos, pero ya se parece más a la asociada con el daño y la irritación provocada por la infección que con la infección en sí. Lo más seguro es que en unos días se irá, ya que incluso no he tenido malestar mayor que ese ni febrícula ni nada más que las molestias de garganta. 

Lo que más me ha sorprendido es que este comentario es la publicación que más atención ha atraído en las redes de todos los que he colgado nunca tanto allí, en X o en Twitter como en Facebook. Hoy arrastra más de 70 mil visitas

Ni que decir tiene que he recibido comentarios de todo tipo y, obviamente, no todos buenos. Muchísimas personas me han agradecido el gesto y desde aquí les agradezco el apoyo. Otras me han indicado que no creen que ese gesto sea útil entrando, así, en una discusión sobre si es o no útil llevar mascarillas contra virus que ellos consideran demasiado pequeñitos para ser frenados por la malla de tejido de las mascarillas. La mayoría de ellos se basa en una revisión publicada en la plataforma Cochrane y firmada por Tom Jefferson como primer autor. Este artículo es la quinta revisión de uno con el mismo título que se publicó en 2006, y en el propio artículo se cuestionan que muchos de los artículos publicados sobre el uso de las mascarillas no se han realizado durante pandemias o epidemias por lo que su fiabilidad es cuestionable. 

De hecho, la propia editora en jefe de Cochrane Library, que es uno de los mejores repositorios de revisiones sistemáticas en medicina, ha tenido que publicar un comunicado en el que dice que dicho artículo debe ser considerado con sus limitaciones y que no puede ser interpretado como que demuestra que las mascarillas no funcionan. Pero esta parte no parece haber llegado a los defensores de la inutilidad de estas baratas y útiles herramientas como otros estudios llevados a cabo, estos sí, durante la pandemia de covid.  

Pero lo peor no es este grupo porque con ellos hasta se puede discutir argumentando y presentando lo que suelo llamar una batalla de referencias. Referencias que, por otro lado, cuando se leen detenidamente se comprueba que puede que no digan lo que ellos quieren que digan. Maldita Ciencia ha publicado un extenso informe al respecto demostrando lo que la evidencia científica deja muy claro: Las mascarillas son útiles para evitar la diseminación de los virus

Lo peor lo encontramos en el grupo que considera como poco un derecho humano el ir tosiendo a la gente con total libertad. Me recuerdan a los que consideran que fumar y echarle el humo a la cara de la gente es un gesto de libertad y un derecho constitucional. Contra estos hay poco que decir ya que suelen acabar como poco diciéndote que no tienes ni idea de nada y finalmente con el insulto burdo y zafio. 

La forma de ver la vida de esta gente es preocupante en cualquier sociedad. No es ya por la pandemia o por el cáncer de pulmón que puede causarte el humo del tabaco ajeno sino por una actitud que tienen ante la convivencia en sociedad. Para ellos la libertad y el derecho es considerado como el todo vale porque me da la real gana y puedo hacer lo que quiera aunque fastidie a todo el mundo. Lo vemos en las calles con gente que tira basura al suelo sin preocuparse, o te escupen al lado, o pasan gritando a las 3 de la mañana, o toman su coche y consideran las calles como si fuera Montmeló o incluso se suben en sus artilugios eléctricos o bicicletas y circulan por las aceras sin tener en cuenta las consecuencias de un accidente. Todo eso y aún más perjudica a todos. 

Pero lo peor no es ni siquiera eso. Lo peor es que esta misma actitud la vemos en ciertos dirigentes locales, autonómicos y nacionales que son tomados como referencia para gente. Si la autoridad pasa y me dice que lo puedo hacer, lo hago y ya. Sin importar las consecuencias, especialmente si las consecuencias son para otros. 

Dicho esto, por supuesto que estoy a favor de que el Gobierno central, ante la cobardía de ciertas consejerías de Salud, haya tomado la medida de obligar a llevar mascarilla en los centros de salud y hospitales colapsados por la ola de enfermedades respiratorias.

El argumento para sostener esta decisión es simple, claro y hasta la persona con mayor lentitud mental es capaz entenderlo. Los virus respiratorios se acumulan en sitios cerrados y más si allí se congregan personas con vías respiratorias donde proliferan estos organismos. Es de sentido común tomar precauciones en esos lugares, pero es de sentido común desde siempre, y si obligando es la única forma en la que aprendemos a tomar conciencia, bienvenida sea esa obligación. 

En otros lugares, ustedes mismos, pero si temen infectarse o están ya infectados, porten mascarillas para prevenir contagiarse o contagiar a otros. No es tan difícil ponerle el camino más difícil a estos virus, es barato y además funciona. Cuanto menos se pueda dispersar un virus entre la población, más rápido desaparecerá. Hay parámetros como la famosa R0 que te ayudan a entenderlo

Una R0 de 1 significa que un infectado acaba infectando a una persona sana. La primera persona se cura y la nueva va dispersando el virus, pero lentamente. Una R0 de más de 1, digamos 2, quiere decir que una persona infectada va a infectar a 2 personas sanas y éstas a otras 2 cada una. ¿Saben el cuento ese de los granos de trigo y el tablero de ajedrez? Pues imaginen que a 64 saltos el número de infectados es enorme, de unos 18.446.744.073.709.551.616. Claro está que eso no ocurre a nivel de contagio porque los contagios evolucionan, las personas van recuperándose y se vuelven inmunes. Las mascarillas hacen que la R0 baje y por debajo de 1 el virus va desapareciendo. Es simple de entender. 

Así que eso de toser con libertad en presencia de la gente y sin tomar precauciones no es un derecho, simplemente es muestra de tener la empatía de un cardo borriquero, el sentido social de una mantis religiosa y el sentido común de un canto rodado.