La sensación es, efecto, que la temporada alta en Córdoba, que se abre con la Semana Santa, va a estar bastante animada de visitantes. Por lo pronto, el presidente de Hostecor, Fran de la Torre, ha calculado que "vamos a rondar las mismas cifras que en 2019 o, incluso, un poco más". Una estupenda noticia, ya que ese año es referente no sólo porque fue el último antes de la debacle de la pandemia por la Covid-19, sino porque, ya de por sí, resultó ser de excelencia.
Incluso se ha atrevido a dar un porcentaje: Entre un 5 o un 6% más de lleno en las mesas de la hostelería cordobesa con respecto a hace cuatro años. Ésas son al menos las esperanzas de la hostelería, pero no sólo para la Semana Santa, sino para el resto de la primavera.
Algo que se ha conseguido gracias a la promoción que se ha estado realizando de la ciudad como capital cultural y gastronómica a la vez, que ha salido en revistas especializadas, como National Geographic y que ha hecho que, por ejemplo, junto a los tradicionales visitantes exteriores de Francia, Italia o Alemania, se esté notando presencia nórdica para probar algo diferente a lo que es sol y playa. "Aunque se echa en falta el visitante de largo recorrido, como el de América o de la zona asiática".
El problema está en que la cuenta de resultados no va a tener idéntico reflejo en los negocios. De hecho, van a ser entre un 10 y un 15% menor. "Ahora que teníamos la oportunidad de recuperarnos con esas buenas perspectivas, el coste de los productos nos sigue frenando", se ha lamentado De la Torre.
Y hay ejemplos claros de ello: El aceite de oliva virgen extra ha subido un 90% con un precios de más de 5 euros por litro; los tomates y los productos de la huerta han incrementado su valor entre un 20 y un 25%, hasta el pan ha subido un 20%, "a lo que hay que sumar los suministros". Sin ir más lejos, la cerveza incrementó sus precios en tres ocasiones, cuando lo normal es que lo haga una.
Aún así, "vamos a repercutir una subida de entre un 5 y un 7% en los precios finales". De ahí que el aumento de clientela no se vaya a notar tanto. Además, quienes lo van a notar más son los negocios de Centro y del Casco Histórico, "mientras que los negocios más alejados de allí incluso notaremos que los cordobeses se han ido de vacaciones fuera".
De igual modo, Horeca Córdoba, por voz de su presidente, Miguel Ángel Morales, ha considerado que las previsiones "son muy buenas", hasta el punto que esta Semana Santa "esperamos rozar el lleno en el Casco Histórico y Judería". Este mismo viernes, ha recordado, comienza la temporada alta turística en Córdoba, en la que "esperamos realizar bastantes ventas".
No obstante, su optimismo se modera en el mismo nivel que les ha subido a ellos y ellas los precios de los productos que usan para sus negocios. "Los costes han subid y lo normal es que los márgenes de beneficio adelgacen".
A principios de este año, cuando se produjo la última subida fuertes, Horeca ya la repercutió en su precio final, por lo que no se va an notar otra subida en los precios hosteleros aprovechando la presencia de visitantes. También es verdad que cada negocio es libre de hacer lo que estime oportuno, "pero quien lo haga no será a un ritmo tan acelerado como antes".
Según los cálculos de Morales, la subida de los productos se ha notado entre un 3 y un 10%, dependiendo de si son destilados, cerveza, refrescos o productos perecederos. "Algunas cuestiones puntuales se han disparado al 13%, pero está casi todo en la horquilla que he señalado", ha dicho el presidente de Horeca.
