EFEMÉRIDES

Tal día como hoy, pero de 1557, se hunde una de las torrres de los Donceles

Un paisaje de una Córdoba ya extinta pero que vale la pena conocer y divulgar
La Torre de los Donceles en una imagen del Semanario Pintoresco Español recogida por Cordobapedia
photo_camera La Torre de los Donceles en una imagen del Semanario Pintoresco Español recogida por Cordobapedia

Tal día como hoy, pero en 1557, se hundía la Torre de los Donceles. Esta torre estaba situada en la Puerta de Andújar, que también ha desaparecido, como parte de la muralla de la Axerquía. En el caso de la Puerta de Andújar, que fue derribada en 1868. Sus piedras se usaron para las aceras de la calle Gran Capitán. 

En el caso que nos ocupa, la Torre de los Donceles, es descrita así por el célebre 'Paseos por Córdoba':

Dando comunicación con el campo, hay un portillo, conocido por la Puerta de Andújar, por ser la salida del camino a dicha ciudad, según unos, o porque cuando la conquista de Córdoba entraron por aquel punto los soldados que formaban la legión con que los auxilió Andújar. Sea lo que quiera, aquel sitio, uno de los más nombrados en su día, ha perdido por completo su importancia. A un lado se ve una torre amagada a la ruina, resto de la antigua de los Donceles una de las fortalezas que defendían la ciudad y sólo podía cederle la primacía a la que llamamos Calahorra.

La Torre de los Donceles, como señala Cordobapedia, es tratada también en un interesante texto del 'Semanario pintoresco español' que se puede leer pinchando aquí. En esa publicación se inicia una investigación cuando la torre ya está derruida. En él se puede leer la descripción de la torre:

(...)se componía- de dos torres de testante altura,. unidas por el lado del N. por un doble lienzo de muralla casi de igual estension que ellas,en cuyo centro estaba practicada la puerta. Era esta de proporcionada magnitud, formada por dos arcos apuntados, mavores que el medio círculo, separados-entre si un corto trecho , el cual estaba cerrado por una fuerte bóveda; sobre él, situado á la parte esterior del muro , estaban indicados otros dos sobrepuestos y macizos, resaltado el mas elevado de ellos. De una á otra torre, en el espacio correspondiente al que quedaba entre los arcos que formaban la entrada, corría, á la altura del primer arco macizo, y por encima de la bóveda, un pasadizo , en el que cabrán dos personas de frente , por el cual se comunicaban las dos. Entre el segundo y tercer arco , debió existir á distancia conveniente , una lápida con alguna inscripción; consérvase perfectamente señalado el lugar que ocupó, adornado con una labor sencilla, muy parecida á la que en- iguales sitios se ve de su clase en otros edificios árabes (...)

Esta publicación también se ocupa del nombre de la torre y de dónde puede provenir:

(...) Sobre el origen de este curioso nombre, nada se sabe de positivo. Algunas tradiciones lo derivan, del objeto á que muy desde lo antiguo estuvo destinada, que fue el de servir de lugar de prisión ó arresto para los Caballeros que cometían algún delito ó esceso, que mereciese seria corrección. Sabido es que la nobleza de Córdoba ha sido de las mas esclarecidas del reino , y que habrá muy pocas ciudades en que hayan habitado tantos linages ilustres. No hay razón para suponer que la educación y. costumbres de la juventud fuesen en ella diferentes de las que tenían ea las demas partes de la Monarquía. Los galanteos, pues, las cuchilladas, los desafueros contra las autoridades locales , las aventuras de toda especie, pululaban en esta ciudad; y eran muy frecuentes, da sus resultas, los arrestos y prisiones de mozos que, ó sobradamente ligeros, ó excesivamente atrevidos, purgaban sus entrenimientos y calaveradas con algunos dias de encierro. Y como la palabra Doncel es genérica y pueda denotar al joven soltero , y estos fuesen por lo común sus moradores, por ser los que mas á menudo incurrían en semejantes deslices*, de ahí el que el edificio tomase su nombre y se llamase la Torre de los Donceles. Todavía se conserva por tradición, que los últimos Caballeros que ea ella estuvieron detenidos, fueron los complicados en la muerte alevosa que se dio en el pasado siglo al Marqués del Villar de Rivas, sugeto notable en Córdoba, por lo bien que montaba un caballo, esgrimía la espada, y ponia rejoncillos á un tor. (...).

Y así tenemos referencias de una de esas construcciones que tuvieron una enorme importancia y que forman el paisaje de una Córdoba extinta pero digna de estudio y divulgación.