EL RINCÓN DEL AUTOR

El Universo en una mota de polvo

Cuarto creciente de una espectral Luna llena sobre Córdoba
photo_camera Cuarto creciente de una espectral Luna llena sobre Córdoba
Cuarto creciente de una espectral Luna llena sobre Córdoba estilizado
Cuarto creciente de una espectral Luna llena sobre Córdoba estilizado

Da igual lo que me lleve; siempre me pondré lo mismo. Las cosas han dejado de tener importancia e interés.

En lo que dura un latido ardió el Universo. Y de sus tenues cenizas brotaron de nuevo lilas amargas.

La victoria de la Vida sobre el Tiempo, aunque sin Tiempo no hay Vida, y la Vida sin Tiempo es eternamente aburrida.

Nacieron primero haces blancos e inestables; nebulosas de colores bailaron en la Nada.

Y las cosas seguían careciendo de importancia.

Surgieron luego silenciosas galaxías de sideral tamaño que se devoraban sin prisas unas a otras.

Pero las cosas continuaban sin tener interés.

En el centro del caos emergente sesteaba una idea, un concepto, muy básico, muy incipiente. Y sin previo aviso lo ocupó todo.

Sólo lo humano era importante, sólo la bestia desnuda era interesante.

El Universo entero, con todas sus brutales maravillas, pasó a un tercer plano, por detrás de Dios y todas las cosas.

Es inútil pensar en lo que te lleves de equipaje. Mantendrás el mismo jersey un día tras otro, contemplando en el espejo el reflejo cansino de las horas en un eterno y soleado atardecer inmóvil.

El Universo volverá a arder con brasas divinas, en mitad de su contraída expansión. En el camino de vuelta al Inicio. Nuevas maravillas nacerán del polvo gris, como flores glaseadas de cristal.

Y en ausencia de la bestia sin alma cobrarán importancia, tendrán de nuevo interés si se miran con infantiles pupilas de inocencia, como son los insaciables ojos de los dioses dormidos por el hechizo de una melodía silbada mucho antes de la luz.