CULTURA Y LITERATURA

El Sueño de la Ninfa en el Palacio de Viana

Palacio de Viana en Córdoba
photo_camera Palacio de Viana en Córdoba

Se va recolectando tonos grises
por los huecos de su alma.
Ella va regando mariposas ovaladas
por las frías aceras
de la soledad.
Y en un laberinto se pierde entre la lluvia de verano para desnudar su rostro.
Como día cálido y noche fría, se desliza en armónicas melodías,
cuando las madreselvas germinan desde la arena.
Los cuatro vientos
zumban en los tímpanos de los náufragos, y
despiertan a las vírgenes del mar.
Ellas se visten de pétalos de plata, navegan en ecos,
alaban el nombre secreto, donde nacen pigmentos de tierra y de plantas.
En un retrato sin mirada, ella encontró una gaviota que hablaba con las olas en una nota 'La'
agudo (yaie-yaie).
Su sensibilidad pura
y abstracta creó obras
de infinitas maravillas, moldeo la esencia del paisaje.
Se inclinó por una caracola y en su oído instantes del amanecer
se entonaron en sus raíces féminas.
Alborecen siluetas de revelaciones en lo profundo de los sentidos: Ella es luz y reflejo intenso.
En sus alas de océano de colores, los peces bailan y despiden al horizonte con cada crepúsculo
de las tinieblas, derramándose como nubes tempestuosas, encima del arcoiris y el océano.
¿Es posible amar con esa fuerza a la naturaleza?
Cuando las estaciones se fusionan y la tinta de los climas oscilan nuevos tonos para embellecer
su aura.
Entonces el pincel resbala en su memoria taciturna.
Es una hada misteriosa de cantos oníricos, quien posee el 'don' de voces que expresan a
través de la pupila.
Un espejo pintado de versos, sobre lienzos de cielo y lino, un cántaro de agua y vino sobre el
blanco de su mirada.

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