ESTUDIO DE LA UCO SOBRE EL DESPERTAR SEXUAL DE LAS ESPAÑOLAS

El día en que las españolas se soltaron la coleta

Un estudio de la UCO determina que la Transición supuso el despertar sexual de muchas mujeres

TURISMO
photo_camera El cambio en la vida sexual de las mujeres ha sido muy importante

La ya casi mítica Transición española no sólo supuso el final del letargo político y social del español medio y del tener que viajar a Biarritz o Perpiñán a visualizar determinado tipo de películas (clasificadas 'S'), sino que también supuso, según un reciente estudio de la Universidad de Córdoba (UCO), “un despertar sexual para muchas mujeres”.

Ese estudio ha analizado las vivencias sexuales actuales de las españolas de entre 50 y 80 años y ha podido observar una clara brecha diferencial entre las mayores de 70 años y las menores. Las primeras tuvieron una educación religiosa más férrea y unos hábitos sociales más estrictos en materia sexual y sentimental, mientras que sus sucesoras tuvieron la oportunidad de empezar a soltarse la coleta en esa materia.

A pesar de ser un asunto no exento de interés y un toque morboso, la ciencia no se ha centrado mucho en la vivencia sexual de las mujeres a partir de la cincuentena, salvo la que ha tratado la sexualidad como una disfunción, desde el punto de vista médico. “Nosotras preferimos centrar el deseo sexual como una experiencia no situada en los órganos sexuales, sino en las emociones”, explica Anna Freixas, catedrática de la Escuela Universitaria de Psicología en la UCO, con la que se inició la investigación. El fin era “deconstruir la idea preconcebida de una sexualidad en las personas mayores en la que generalmente prima la falta de apetencia o interés sexual”, indica, por su parte, Bárbara Luque, que sucedió en la dirección de la investigación a Freixas.

Así, por medio de una muestra de 729 mujeres de entre 50 y 80 años, que comprendía a habitantes de zonas urbanas y rurales y con diferentes niveles de formación, entre otros factores, la investigación ha ahondado en aspectos como la orientación sexual, la disponibilidad de pareja sexual o afectiva, las prácticas sexuales o el nivel de satisfacción con su vida sexual, entre otros datos. Además de un cuestionario con preguntas cerradas y abiertas, las psicólogas de la UCO realizaron grupos focales en varias ciudades. A través de esta metodología, las investigadoras han pretendido dar voz en materia de sexualidad a este amplio colectivo, que representa el 16,5% de la población total del país, y estudiar sus comportamientos.

El cuestionario y los grupos focales han permitido normalizar la conversación en torno al sexo”, reflexiona Freixas, y los resultados han sido publicados en la revista científica 'Journal of women & aging'.

Del divorcio a la rígida moral católica

La principal diferencia entre unas y otras es que las más mayores vivieron en una época de tránsito entre la República y el régimen franquista (con una guerra civil de por medio), lo que supuso vivir en una sociedad en la que, por ejemplo, el divorcio era posible a una situación plenamente empapada por la rígida moral católica de entonces. Por contra, la educación recibida por la generación de mujeres más joven, ya en los años 70 del siglo pasado, fue bastante más flexible. Por aquel entonces, regresaron los colegios mixtos y, ya en democracia, se produjeron cambios sociales como la aprobación de la Ley del Divorcio de 1981, que afectaron a sus vidas sexuales y relaciones sentimentales.

El 69% de las encuestadas respondió que disponía de pareja emocional y en un 65% que mantenía incluso relaciones sexuales con ella. En cuanto a las prácticas sexuales, más de la mitad afirmaba que practicaba sexo vaginal, besos y caricias y masturbación. Las prácticas más minoritarias eran el cibersexo (una forma de sexo virtual en el cual dos o más personas conectadas a través de una red se mandan mensajes sexualmente explícitos que describen una experiencia sexual) y el sexo anal. Por otro lado, había un 9% que manifestaba que se abstenía voluntariamente a tener actividad sexual, consigo misma o con otras personas.

Las diferencias más significativas entre las encuestadas se observaron en el nivel de satisfacción expresado con respecto a sus vivencias sexuales. Si entre los 50 y 59 años, el 84% de las participantes decía estar muy o medianamente satisfechas con sus prácticas sexuales, se alcanzaba el 40% entre las mayores de 70. En todo caso, “las vivencias sexuales de todas estas mujeres son múltiples y diversas, hay tantas sexualidades como mujeres”, resume Luque.

Las diferencias observadas las atribuyen ambas especialistas a la dificultad de tener pareja sexual, la salud propia o la de la pareja o la disposición sexual. “En general, observamos una satisfacción alta, y no sólo eso, sino que están deseosas de marcha”, resalta Freixas.