De nuevo la alarma ha vuelto a sonar esta mañana en el interior del Ayuntamiento de Córdoba, y por segunda vez en pocos meses el edificio ha tenido que ser desalojado, ya que el protocolo así lo requiere.
Aunque no era visible rastro alguno de humo o fuego en Capitulares, el Servicio de Extinción de Incendios (SEIS) y la Policía Local se han personado en el lugar, donde se ha producido la salida de todos los trabajadores que hay en el edificio para concentrarse, también como manda el protocolo en un punto de la Plaza de Capitulares justo delante de las puertas principales del Ayuntamiento.
No hace mucho, en diciembre pasado, mientras se estaban llevando a cabo las labores de cambio del alumbrado interior del Ayuntamiento por otro más eficiente y de menor consumo, un operario activó la alarma, y se puso en marcha el protocolo, que se llevó a cabo con total orden, siendo los agentes de la Policía Local que guardan la entrada del edificio quienes se encargaron de ir piso por piso avisando del desalojo, que se llevó a cabo con calma, y que duró muy poco, ya que enseguida se supo el motivo que activó la alarma.
En esta ocasión, el concejal de Urbanismo y portavoz del PP en el Consistorio, Miguel Ángel Torrico (PP), ha explicado que se ha tratado, en esta ocasión, de otra falsa alarma, debido a que "han dado accidentalmente a uno de los pulsadores que hay para casos de incendios".
No se trataba de un simulacro, por lo que se ha activado el protocolo real, de modo que la Policía Local y los bomberos han revisado el edificio despacho por despacho y sala por sala para comprobar que efectivamente no quedaba nadie dentro. Se calcula que en el edificio había en torno a 150 personas.
Torrico ha indicado que la evacuación puede durar en torno a los 10 o 15 minutos y al cabo de 40 minutos, una vez comprobada la falsa alarma, todo el mundo ha podido volver a sus puestos de trabajo.
"Lo positivo de todo esto es que hemos comprobado que los protocolos han funcionado perfectamente", ha señalado el concejal para añadir que los bomberos pudieron comprobar que habñía un pulsador al que le faltaba la tapa de protección, por lo que "volveremos a reponerla y lo aseguraremos para evitar que alguien más pueda pulsarlo de forma accidental".
