Opinión

El envejecimiento no sólo es un problema particular

No sé si estarán al tanto sobre la creación y crecimiento de la empresa Altos Labs. Una empresa con logo guay en el que una cinta sin fin vuelve siempre a su punto de partida. Tal y como dicen en su escueta página web, Altos nace para que científicos, médicos y líderes de la academia y de la industria trabajen codo con codo en una misión común. ¿Y cuál es esa misión? Pues parece que la principal es la de conseguir que vivamos mucho más y en muchas mejores condiciones. Un objetivo loable, aunque posiblemente una quimera y, aunque se consiguiese, no al alcance de todos.

Altos no es la primera empresa que intenta encontrar algún camino escondido en el bosque de la experimentación que consiga ralentizar y/o retrasar el reloj biológico. Apoyándose en algunos estudios que indican que el plasma sanguíneo contiene factores relacionados con nuestra edad biológica, una empresa biotecnológica americana, Ambrosia (bonito nombre) ya ofrecía plasma de jóvenes y robustos humanos para ricos hombres y mujeres americanos que puedan pagar unos 8.000 dólares por un litrito del dorado néctar que corre por las jóvenes venas de los donantes (que, por supuesto, cobran mucho menos). Una historia vampírica, pero en moderno. 

Lo curioso del caso es que este tema no ha decaído por sí mismo, sino que incluso tiene versiones más avanzadas. La empresa española Grifols también se ha embarcado en la búsqueda de las moléculas presentes en el joven plasma que puedan componer un elixir rejuvenecedor.

Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto? Yo soy muy crítico con este tipo de abordajes, ya que en envejecimiento es muy difícil separar lo que es el proceso biológico de lo que son los síntomas de las enfermedades o deterioros que acompañan al envejecimiento. Por ello, eso de revertir el envejecimiento a voluntad se torna muy complicado o imposible. 

Los científicos reclutados por Altos Labs van a disponer de grandes cantidades de fondos procedentes de las grandes empresas tecnológicas, pero ¿compartirán sus hallazgos o los patentarán para sacar rendimiento económico? ¿Pondrán al servicio de todos los productos que puedan llegar a encontrar o su valor de mercado será tan prohibitivo que sólo los ricos puedan disfrutar de esa ansiada mortalidad ralentizada y activa? 

Son buenas preguntas que dudo mucho podamos responder hoy. Desde el punto de vista científico les deseo mucha suerte, aunque mucho me temo que todo es, a fecha de hoy, más marketing que evidencias consistentes.

El envejecimiento no sólo es un problema particular

El envejecimiento de la población es un problema que llevamos tiempo resaltando, pero no parece que se haga nada al respecto. Obviamente, nos encontramos ante un problema político, social, económico y personal. Para cada persona envejecer supone diferentes desafíos que muchas apenas pueden afrontar. Desde la fragilidad y la soledad hasta la total dependencia, el envejecimiento es, a fecha de hoy, un proceso del que no podemos escapar que hace que las personas mayores requieran de más y más asistencia sanitaria y asistencial conforme avanza su edad.

Si a todo ello sumamos el hecho de que muchos países occidentales y asiáticos están ya perdiendo población joven, nos encontramos ante un desafío social de dimensiones sin precedentes que no parece que nadie esté afrontando con suficiente seriedad.

Lo malo es que con el gallinero al que nos tienen acostumbrados, eso de que nuestros políticos se sienten seriamente a pensar en los grandes problemas que el envejecimiento de la población va a causar parece más ciencia ficción que un ejercicio de política seria.

Ejercicio físico, salud y envejecimiento

Ante este gran problema los ciudadanos podemos poner de nuestra parte y adelantarnos, al menos, a los problemas de salud que se nos pueden ir agravando.

La pandemia nos ha enseñado que la edad es un factor importante en la respuesta frente a infecciones y por eso las personas mayores son las que peor responden a infecciones respiratorias que para los demás sólo producen síntomas leves o moderados. Eso debería servirnos como ejemplo del deterioro que acompaña a la edad. 

Tal es así que ya se están realizando estudios sobre cómo la mejora del sistema inmunitario puede reducir el deterioro físico e incluso aumentar la longevidad manteniendo la capacidad. Siendo muy optimista, algunos investigadores indican que se podría aumentar la edad máxima de los humanos hasta los 130 años. La pregunta es ¿en qué estado?

No obstante, no todo es negativo. Para ralentizar este deterioro, al menos en lo que se pueda, la ciencia ha acumulado evidencias que asocian la actividad física, la nutrición y los hábitos de vida saludables con lo que se ha dado en llamar envejecimiento saludableNo vamos a evitar envejecer, pero, al menos, mantendremos la mayor actividad posible durante el mayor tiempo posible. Es decir, añadir vida a los años en lugar de esa quimera (por ahora) de añadir años a la vida.

Una de las actividades más efectivas para paliar el deterioro que acompaña al envejecimiento es el ejercicio físico. Ya hace unos años comentaba en esta sección las evidencias científicas que demostraban los efectos positivos. Y recientemente se han acumulado evidencias que indican que la práctica de actividad física mejora la capacidad cerebral previniendo, al menos en algo, el deterioro cognitivo y funcional que se produce en personas mayores.

Una mayor actividad física suele estar asociada con una mayor capacidad general y eso lleva a una mejor alimentación. La comida ultraprocesada y rica en nutrientes de fácil asimilación, pero pobre en compuestos naturales de origen vegetal no ayuda para nada, ya que carece de vitaminas, minerales y compuestos bioactivos muy necesarios para mantener los sistemas celulares en funcionamiento. 

Por tanto, múltiples evidencias científicas indican que una mejor nutrición, junto con una mayor actividad física ralentiza los procesos degenerativos que ocurren en las células reduciendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas y de pérdida de actividad muscular entre otros.

Las evidencias indican claramente que si mantenemos una vida activa, una nutrición equilibrada y una actividad social intensa mientras que podamos, nuestro envejecimiento será más saludable, mantendremos nuestra capacidad física y mental durante más tiempo y, por qué no decirlo, seremos más útiles a la sociedad consumiendo menos recursos y aportando más economía de plata.

Los ricos siguen buscando su elixir de la eterna juventud analizando el complejo pajar de los factores biológicos que fluctúan en nuestra sangre y tejidos, o el conjunto de microorganismos que conviven con nosotros conforme vamos envejeciendo. Pero tal vez ese factor esencial que buscan para parar el reloj biológico no exista y todo sea un intento baldío, aunque espero productivo para encontrar otros factores que estén relacionados con enfermedades que nos afectan a todos. 

Esperemos que compartan sus resultados con la comunidad científica igual que hacemos los investigadores que buscamos algo parecido con los escasos fondos públicos que disponemos. Pero eso no lo tengo yo tan claro.

#Sinciencianohayfuturo. #envejecimientosaludable