Opinión

El timo de la Infantita

La infanta está triste. Se siente muy sola en el banquillo y, sobre todo, indefensa. No le es suficiente la protección permanente de sus escoltas; ni la asistencia contínua de sus seis abogados; ni la defensa inexplicable que sobre ella está ejerciendo un fiscal nada acusador; ni la extraña postura exculpatoria de la abogacía del estado; ni la actitud silente del Ministerio de Hacienda dando por válidas algunas facturas falsas de Noos/Aizoon. Nada. Aún con tanta protección, ella se siente sola y abandonada hasta por la ingrata comunidad balear, que le ha retirado el honor de la avenida rotulada a nombre de los Duques de Palma.

¿Cómo es posible que el vulgo no comprenda que todo ha ocurrido porque ella ha sido siempre una esposa muy enamorada de su marido, en quien confiaba ciegamente y en cuyas manos había dejado los temas económicos por estar ambos multiocupados en sus labores profesionales y en la crianza de sus hijos?

¿Cómo es posible que la única abogada de la acusación ponga en duda que ella, infanta de España, aunque participó al 50% en la creación  de la sociedad Aizoon, asistía a las juntas y firmaba las actas, lo hacía solo porque confiaba plenamente en su marido que estaba muy asesorado por la Casa Real?

¿Cómo es posible que no se comprenda que ella, infanta de España, aunque posee alta formación universitaria y la carrera de Ciencias Políticas, no está obligada a tener los básicos conocimientos económicos y fiscales exigibles a las mujeres españolas de carrera media e incluso a muchas amas de casa?

¿Cómo es posible cuestionar que ella, infanta de España, aunque elegía personalmente a su servicio doméstico, desconocía al igual que su marido, los nombres de sus sirvientes  -ciertos o ficticios-  de quienes no sabían si cobraban y cotizaban correctamente ante Hacienda y la Seguridad Social?

¿Cómo es posible que el sindicato Manos Limpias les acuse de haber "colado" como gastos de representación una minúscula factura de 15.797 euros, que en realidad correspondían a un safari familiar de dos días en Sudáfrica?

¿Cómo es posible que no se comprenda que, aunque era titular de tarjeta Visa con la que se pagaban importes en El Corte Inglés, Peluquería Llongueras, Benetton, etc., tanto ella, la lista de la familia, como su marido, insigne promotor deportivo, no sabían encuadrar las pequeñas partidas y pasaban el taco de facturas a sus asesores para que resolvieran con precisión.

¿Cómo es posible no creer que si ella figuraba en contrato como arrendadora y arrendataria del local de Aizoon fue por error involuntario, y que los millones de dinero público desviados a sus sociedades, al igual que los fraudes fiscales no se hicieron con dolo sino por simples descuidos, por lo que están dispuestos a "regularizar"  lo que proceda para convencer a España de su inocencia?

Que quede claro. Ni fraude ni delito, sino mucho amor y confianza mútuos. ¿No es esto un timo descarado y repulsivo como mínimo?

Más artículos de Alfonso Jiménez en su blog "La Carpintería": http://alfonjimenez.blogspot.com.es