DISTRITO NOROESTE

El 'Estanco de las flores' tiene fecha de caducidad cuando se amplíe la Avenida de Trassierra

Es una de las esquinas más fotografiadas de la ciudad y hasta se esta empezando a incluir en los álbumes de bodas con los novios posando
Esther Domínguez rodeada de sus queridas macetas en el estanco de Carretera de Trassierra FOTO VICTOR ARVIDSSON
photo_camera Esther Domínguez rodeada de sus queridas macetas en el estanco de Carretera de Trassierra FOTO VICTOR ARVIDSSON

La famosa 'Esquina de las Flores', donde Esther Domínguez y su familia tienen su estanco, tiene fecha de caducidad. Se encuentra ubicado justo en mitad de lo que será la futura Avenida Carretera de Trassierra cuando se amplíe la actuación en dirección a las estaciones de autobuses y del AVE y si nada lo remedia acabará convertido en polvo y escombros.

Desde que Esther Domínguez y familia (su pareja, además de un hijo y una hija) adquirió hace dos años y medio la licencia de Estanco 37 se ha transformado en uno de los rincones más fotografiados de la ciudad. "Hasta han incluido últimamente el 'Estanco de las Flores' en los álbumes de bodas y vienen aquí los novios a retratarse también", señala la propietaria sin ocultar su orgullo.

Esther Domínguez rodeada de sus queridas macetas en el estanco de Carretera de Trassierra FOTO VICTOR ARVIDSSON
Esther Domínguez rodeada de sus queridas macetas en el estanco de Carretera de Trassierra FOTO VICTOR ARVIDSSON

¿El secreto? Una cantidad ingente flores de todos los colores en macetas azules (como las que hubo en su día para apoyar la fallida Capitalidad de 2016) en la fachada del edificio donde está el estanco. Y el hecho de que todo el mundo, en el barrio y fuera, respeta las macetas, incluso cuando se quedan en la calle de noche.

¿Pero por qué las macetas y las flores? Según relata Esther Domínguez, ella es del barrio de Margaritas-Colonia de La Paz, pero hace 25 años se marchó a vivir en un cortijo de la Vega del Guadalquivir, entre Fuente Palmera y Palma del Río, donde pasó otros 20 años antes de regresar a la capital.

Esther Domínguez rodeada de sus queridas macetas en el estanco de Carretera de Trassierra FOTO VICTOR ARVIDSSON
Esther Domínguez rodeada de sus queridas macetas en el estanco de Carretera de Trassierra FOTO VICTOR ARVIDSSON

Cuando regresó montó dos tiendas en Cruz Conde y Deanes, pero llegó la pandemia de la Covid-19 y las tuvo que cerrar porque estaban pensadas para el turismo. Finalmente, se enteró de que vendían la licencia del estanco, la adquirió y de golpe y porrazo se encontró con "un edificio ruinoso y con fecha de caducidad, porque lo van a derribar, aunque no se sabe cuándo, y no se le puede echar dinero a arreglar una fachada de ese modo".

¿Con qué contaba? Ella mimas se responde. "Con las macetas de mi casa del campo; las empecé a colocar y cuantas más ponía más venía la gente a hacerse fotos", hasta que se ha terminado convirtiendo en la 'Esquina de las flores' y en el 'Estanco de las flores'. "Me gusta regarlas y se mantienen muy bonitas, es algo más complicado que un Patio, porque éstas son de exterior completamente y no tienen nada de sombra y están a pellejo", asegura.

Esther Domínguez y su hija rodeadas de sus macetas en el estanco de Carretera de Trassierra FOTO VICTOR ARVIDSSON
Esther Domínguez y su hija rodeadas de sus macetas en el estanco de Carretera de Trassierra FOTO VICTOR ARVIDSSON

Cuando prosigan las obras de ampliación de la Avenida tendrán que irse a otro local. De hecho ya están buscando en los alrededores, porque su idea es que el nuevo estanco no esté más allá de 25 metros a la redonda de su ubicación actual. Por razones obvias, ya que tienen una clientela habitual que podría perderse y es además zona de paso desde las dos estaciones.

Sea como sea, y vaya donde vaya "las macetas se vienen conmigo y haré lo mismo". Ya han mirado, incluso, diversos locales. De todos modos, es consciente de que el efecto no será el mismo que en el edifico actual. Y es que Esther recuerda que antes que ellos los antiguos propietarios han estado vendiendo allí tabaco durante 80 años, lo que indica que el bloque en el que está tiene su historia.

Esther Domínguez rodeada de sus queridas macetas en el estanco de Carretera de Trassierra FOTO VICTOR ARVIDSSON
Esther Domínguez rodeada de sus queridas macetas en el estanco de Carretera de Trassierra FOTO VICTOR ARVIDSSON

"Lo que queremos, y mucha gente quiere también, es que se quede en el mismo sitio ubicado, porque esta casa se presta a tener las flores y luce muy bien con ellas, y no tendrá el mismo efecto en cualquier otro local", explica. "No me imaginaría mi vida sin macetas".

Por cierto, si alguien tiene curiosidad del motivo por el que son respetadas y no se las llevan, tiene que ver con el control de la vecindad, que no permite que eso pueda ocurrir. Pero también porque la propia Esther Domínguez una vez pilló a uno que se había llevado una a su casa. Como era del barrio fue a verle y le dijo "¿Por qué me quitas una maceta, 'Maceto'? Me la pides y te la doy". Desde entonces se quedó con 'Maceto' de mote, y "parece ser que nadie más quiere llamarse igual".