POLÍTICA MUNICIPAL

Podemos recuerda que existe la figura de portero de colegio por reglamento aprobado en Pleno

La formación morada insiste en que no hay justificación para tratar de externalizar el servicio a través de un centro especial de empleo
Alumnos del Colegio Colón de Córdoba
photo_camera Interior del Colegio Colón en una imagen prepandémica

El Grupo Municipal de Podemos Córdoba ha mostrado su preocupación ante el hecho de que el responsable municipal de Recursos Humanos, Bernardo Jordano, no oculte su intención de favorecer la externalización del servicio de porteros y porteras en los centros escolares de la capital, que no deja de ser un paso más en la intención manifiesta del cogobierno del Ayuntamiento de Córdoba sobre la privatización de los servicios públicos municipales.

En opinión de la formación morada, esa iniciativa puede ser por un manifiesto desconomiento o ignorancia acerca del reglamento del personal subalterno de colegios públicos, o, lo que es peor, una dejadez intencionada sobre ese reglamento con la intención de favorecer la externalización del servicio.

Y es que, a preguntas de la portavoz de Podemos Córdoba, Cristina Pedrajas, en un Pleno sobre la intención real del responsable de Recursos Humanos respecto a los ordenanzas municipales en los centros de educación de Infantil y Primaria (CEIP), el propio Jordano respondió literalmente que "no existe el puesto de portero, sino de ordenanza" y éstos "pueden hacer esa función más interesante en otras delegaciones que piden personal al equipo de gobierno", por lo que "reubicaremos a las personas que trabajan en los colegios".

Por lo pronto, hay un Reglamento del personal subalterno de colegios públicos aprobado por el Ayuntamiento en el Pleno del 11 de abril de 1985, que sigue en vigor a día de hoy, en el que se habla de porteros y/o conservadores de colegios públicos de la Administración General, pertenecientes a la plantilla de funcionarios del Ayuntamiento. Por tanto, sí existe la figura de portero o portera como tales.

En este caso, el reglamento indica claramente que sus funciones son los trabajos propios de mantenimiento y conservación y eso implica la custodia durante el horario de trabajo del edificio, mobiliario, instalaciones y anexos, así como elementos ornamentales y decorativos, sin que puedan ausentarse, salvo que sea por motivos justificados o causa de trabajo.

Además, deben controlar y vigilar las entradas de personas ajenas al centro, y en su caso, conducir a éstas a las dependencias o ante las personas que soliciten, junto con el mantenimiento y cuidado del material, mobiliario e instalaciones, siempre que no impliquen un claro riesgo personal o exijan una especificación.

Otra de sus funciones es el encendido y apagado de calefacción, electricidad, agua o la alarma al comienzo y al finalizar la jornada, y comunicar a la dirección del centro inmediatamente de ser observadas cuantas anomalías o averías se produzcan en dependencias, mobiliario o instalaciones.

Igualmente tiene que abrir y cerrar el centro 15 minutos antes del comienzo de la jornada escolar y 15 minutos después de la finalización, así como trasladar material y mobiliario que fuese necesario dentro de las dependencias, manejar las máquinas fotocopiadoras y análogas, regar jardines, plantas y macetas, así como atención y mantenimiento de todos los patios, colocar y retirar banderas al comienzo y a la finalización de la jornada, atender al teléfono, anotando cuantos avisos fuesen necesarios y controlar las llaves del edificio.

Todo un elenco de funciones que no se limitan, como indicó en su momento el concejal de turno a la seguridad de los centros, por lo que, según palabras de Jordano, "No necesariamente puede hacerse con personal del Ayuntamiento, sobre todo por la falta de personal que tenemos", por lo que "no se descarta" la externalización del servicio por la vía social, a través de un centro especial de empleo.

Desde Podemos Córdoba se considera que la solución no siempre está en la externalización del servicio público, sino en el refuerzo del personal interno de la casa, que redunda en una mejora del propio servicio, en lugar de la rentabilidad empresarial, como suele ocurrir con los servicios externalizados a un tercero privado.