El cuidado de un Patio a lo largo de todo el año es una tarea que requiere de sacrificio, tiempo, ganas y sobre todo mucha pasión por esta tradición cordobesa. Estamos acostumbrados a visitar en el mes de mayo los Patios con las macetas de flor en flor, pero para poder ver ese resultado es necesario un trabajo constante a lo largo de todo el año, que en verano, resulta más arduo aún si cabe. Familias que se quedan sin vacaciones por no tener a quién dejarles el cuidado de sus plantas, el aumento de la factura del agua, el mantenimiento y limpieza de las macetas, o las horas de riego diarias, son algunos de esos pequeños inconvenientes que conlleva el vivir en una casa con más de trescientas macetas.
Maribel Navajas es la propietaria del patio de la calle Parras número 5. Según cuenta a Córdoba Hoy, su afición comenzó junto a su marido hace ya 17 años, en el año 2001, y desde entonces, todos los años se ha presentado a concurso, ganando en todas las ocasiones algún premio en la categoría de arquitectura moderna. Maribel señala que el ser cuidador de Patio es un trabajo que "engancha" y que una vez que te presentas quieres hacerlo todos los años. En su caso, la temporada más dura para el cuidado de su patio llega en los meses estivales, "donde lo notamos especialmente en el tema del agua ya que el resto del año solo se riegan una vez por semana y ahora hace falta mínimo cada dos días". Este incremento en el riego supone que además aumente considerablemente el recibo del agua y es que "cada verano pagamos durante estos meses justo el doble de la factura que venimos pagamos el resto del año". De hecho, bromea, "los primeros veranos que nos presentamos, nos llamaban al timbre los hombres que venían a leer el contador de agua para preguntarnos si teníamos alguna fuga o nos habíamos dejado un grifo abierto, así que imagina si les llamaría la atención el consumo".
Esta cuidadora explica que diariamente dedica una media de dos horas para regar todas las plantas del patio, y eso que "ahora solo se ven las más verdes que son las que tenemos en el patio porque los geranios y las gitanillas que necesitan más sol las tenemos en la terraza". El sistema de riego es el tradicional, la regadera de toda la vida, lo que supone "mucho tiempo entre que llenamos la regadera y vamos planta por planta y si ya encima tenemos que subir a la terraza se nos van las dos horas diarias".
Otro de los problemas a los que se enfrentan los cuidadores de patios cuando llega el verano es buscar una persona a quién confiarle su más preciado tesoro, sus plantas. Maribel reconoce que no es de las que haya renunciado nunca a irse a la playa por quedarse en Córdoba cuidando de las macetas, pero si es cierto, que cada año tiene que buscar a una persona de "mucha confianza" para encargarle el riego. "El año pasado le tocó a mi sobrino y este año vendrá mi hermano, pero otras veces hemos tenido incluso que pagar a alguien para que venga a regar", explica, y "mira que siempre digo bien como hay que regar cada planta y los cuidados que necesita, pues aún así volvemos de la playa y siempre hay alguna baja".
Entre las joyas de su patio destaca una planta con 33 años de edad "la misma que tiene la casa", una Costilla de Adán de casi 10 metros de altura y que en el año 2014 contó con el reconocimiento de Planta Singular otorgada por el Jardín Botánico.
