AMBIENTE DE CRISPACIÓN EN EL SECTOR

Negocios de hostelería aplauden la decisión de Urbanismo de sancionar a los infractores

Piden que la ley se aplique en todos los establecimientos por igual. Algunos establecimientos achacan pérdidas de hasta 6.000 euros desde la entrada en vigor de la normativa

velador comercio
photo_camera Una terraza instalada en la puerta de algunos comercios en la calle Cruz Conde

"Estamos hartos de tanta injusticia". Así se resumen el ambiente de crispación que hay en el sector hostelero de la capital, después de que muchos empresarios hayan tenido que adaptar sus establecimientos a la nueva normativa de veladores y mientras tanto, "otros empresarios vecinos de calle o zona" incumplan las medidas acordadas en la Mesa de Veladores y hayan mantenido el número de mesas y sillas con las que contaban desde antes de la entrada en vigor de la ordenanza. De hecho, algunas de las zonas en las que más se nota este malestar entre los empresarios de la hostelería es en la Plaza de La Corredera o la calle La Plata, donde algunos propietarios ven cómo locales aledaños incumplen la normativa y, por ello, "ven bien que Urbanismo incremente las sanciones contra aquéllos que no tienen licencia o que cuentan con más veladores de los permitidos".

Uno de los establecimientos de la Plaza de La Corredera, Mari Paz, cuenta a raíz de la entrada de la normativa de veladores con las 16 mesas que permite de máximo esta ley. Su propietaria, Mari Paz Guerrero, explica a Córdoba Hoy que "está muy bien que se apliquen las medidas a los que no cumplan, porque es lo mismo que coger un coche sin tener seguro". De momento, no cuentan con mucha información sobre las medidas de sanción que se están llevando a cabo, y señala que "lo que conocemos nos llega a través de los medios de comunicación", pero sí es verdad que "aquí, en La Corredera, ya se ha comenzado a sancionar, porque hay algunos bares que tienen mesas puestas en las terrazas y no cuentan con licencia".  Guerrero, afirma que "lo único que pedimos es jugar todos con las mismas cartas" y mientras tanto, si Urbanismo tiene que actuar "lo vemos bien".

Locales sin licencia

Al lado de este establecimiento se encuentra La Paloma, otro clásico de La Corredera. Su encargada, Laura Dorado, explica que "el problema fundamental es que hay muchos bares que no tienen licencia y lo primero que hay que hacer es regularizar esto". La Paloma también tiene terraza y en ella tienen instaladas 16 mesas. Según Dorado, "nosotros cumplimos con la ley y ahora Urbanismo es el que tiene que actuar contra todos aquellos que no cumplen".

La calle de La Plata es otro de las zonas afectadas. Allí se encuentran establecimientos con La Sureña, a la que la normativa obligó a tener un máximo de dos sillas por mesa. Esto ha supuesto, explica su propietario, Miguel Ángel Rodriguez, "que tengamos pérdidas de entre 5.000 y 6.000 euros desde el mes de julio". La principal queja de este empresario es que "hay establecimientos en esta calle que, además de no haber recortado el número de sillas por mesa, han mantenido el número de mesas e incluso en determinados momentos incorporan más de las debidas".

Califica  Rodríguez, de" injusticia" que "yo haya tenido que perder dinero a causa de esta ley y que otros de la misma calle estén ganando dinero a mi costa" y sobre todo, dice, "lo peor es que encima las asociaciones de hosteleros defiendan a estos locales, y se levanten de la mesa de veladores por lo que ellos dicen, un mal tono". Este propietario pide que Urbanismo lleve a cabo estas sanciones y que pague aquél que no cumpla la ley, porque "lo que no es justo es que cada uno haga lo que quiera". 

veladores la plata

En cuanto a los comercios, hay división de opiniones. Algunos de los establecimientos del centro que han sido consultados por este periódico "ven bien" que haya veladores en las mesas, puesto que así "mientras que la gente está comiendo o cenando pueden ver tranquilamente el escaparate". Sin embargo, la suciedad que generan las mesas en terrazas es uno de los principales problemas que ponen en pie de guerra a los propietarios de comercios del centro.