Hubo un tiempo en que toda Feria tenía su MGH (Muerto o Gravemente Herido). A veces varios MGH’s. Hubo un tiempo de cabinas desprendidas de los cacharros en la calle del infierno. Hubo un tiempo de atracciones paralizadas con la gente cabeza abajo y su cráneo a punto de explotar por la sangre acumulada a resultas de la ley de la gravedad. Hubo un tiempo de asientos desprendidos de carruseles con sus ocupantes atados a la silla y enviados cual catapulta a 200 metros. Hubo un tiempo en que se buscaban restos de seres humanos en el albero. Este trocito tiene toda la pinta de ser parte del bulbo raquídeo. Este de aquí mijita cerebelo. Hubo un tiempo de ahogados en el río. Hubo un tiempo de caídas de caballos desbocados. Hubo un tiempo de reyertas a navaja. Hubo un tiempo de armas de fuego sacadas en las casetas. Hubo un tiempo, en suma, en el que entrabas a la feria pero no sabías si ibas a salir. Y ese tiempo no está tan lejano.
Ahora tenemos una feria más civilizada, sí, más tranquila, también, y más segura, desde luego. Pero, ¿no hemos perdido en diversión? ¿No nos invade un cierto tedio? Efectivamente, si usted entra en el recinto de El Arenal las posibilidades de que vuelva a casa vivo o sin heridas donde se vea el hueso alcanzan ahora casi el ciento por ciento. Pero, ¿no hemos dejado atrás a los muertos aislados para estar todos muertos de aburrimiento? Hubo un tiempo en que la Feria era un territorio salvaje.
Juan y Ginés son policías nacionales que patrullan en el recinto ferial. Manifiestan que esta Feria 2019 es especialmente apacible. Preguntamos por los comas etílicos. Incluso fueron escasos, nos cuentan, el primer sábado, cuando la inyecciones de suero y vitaminas del grupo B corren paralelas al garrafón en vaso de plástico. Eso sí. Nos ponen en alerta sobre el número de robos de teléfonos móviles. Y hay diferencias por sexos. Les roban mucho más a las mujeres. ¿Por qué? Es sencillo. Ellos lo llevan en el bolsillo con más frecuencia. Y ellas en el bolso, de donde es más fácil sustraerlo. Este tipo de robos sí que está siendo muy abundante. ¿Nada más? Nada más.
Hubo un tiempo en que en la Feria mandaba la ley del oeste. Ahora puede usted pasear y hasta la brisa le pedirá permiso para mecer sus cabellos. ¿Éste es el modelo de Feria que queremos? Interróguese a usted mismo, con sinceridad, no se engañe. ¿No echa un poco de menos los navajazos y al personal estampanado contra el piso por accidente? Por favor, no se engañe.
De la comida de Navidad a la comida de Feria
Entre las almuerzos o cenas de empresa/asociación/amigos de Navidad transcurre hasta feria el tiempo necesario para que la reunión sea posible de nuevo. En esos meses se olvida todo lo que al día siguiente se quiso olvidar. Relaciones inconvenientes con compañeros de trabajo, infidelidades sin disimulo, peleas con los jefes, brutales borracheras que convierten al sujeto en otra persona, no necesariamente mejor. Bailes ridículos. Cantos regionales. Cada almuerzo o cena de empresa/asociación/amigos se cobra a sus víctimas en invierno. Enero, febrero, marzo, abril y parte de mayo permiten el perdón. Y luego llegan los almuerzos o cenas de empresa/asociación/amigos de feria. Vuelta a las andadas. El hombre es el único animal que tropieza dos veces con este tipo de evento. Dos veces al año. Cada año.
El martes suele ser el día más escogido para tan delicadas reuniones. Mejor no preguntar al día siguiente por las consecuencias. Nos encontramos con muchas en la Feria. Por ejemplo la de socios y empleados del gimnasio Go Fit, en la caseta de la Pasión (foto 2), momento idóneo para saltarse la dieta. O la de los empleados de la delegación de economía y empleo de la Junta de Andalucía con trabajadores del SAE (Servicio Andaluz de Empleo), en la caseta del Huerto. Algunos amigos del colegio la Inmaculada, situado en Santa Rosa, tuvieron su comida también en El Arenal (foto 9). Pero otros optan por comer o cenar fuera de la feria y luego ir a tomar las copas y bailar sevillanas para hacer la digestión. Un ejemplo son los alumnos del Aula del Vino, que estuvieron almorzando en La Siesta, en la Ribera (foto 4).
A todos ellos mucha suerte en el camino de expiación que les permitirá llegar a la comida de Navidad. Un particular bucle del que ya hablaba Nietzche con su eterno retorno.
El besamanos del futuro alcalde
El que con seguridad será inminente alcalde de Córdoba, José María Bellido, pasó en el martes de feria más que airoso por su primer besamanos. Recepción en la caseta del Partido Popular. 15.00 horas. Desde que entró por la puerta hasta que llegó al estrado para decir unas palabras pasó media hora. Como suele decirse: de reloj. Besos, abrazos, achuchones de todos los géneros, saludos con fortísimos golpes en la espalda o pellizcos en los mofletes hicieron del camino al escenario un extrañísimo calvario para este político. El martirio puede ser también de cariño. A Cristo a lo mejor le hicieron más daño pero en el fondo sufrió menos por dentro.
Bellido llegó indemne. Ni un pintalabios en las mejillas. El 'jarapillo' de la camisa en su sitio. Chaqueta perfectamente puesta. Ni gota de sudor. Sonrisa intacta y palabras de agradecimiento para los suyos que fueron precedidas de la intervención de presidente del PP de Córdoba, Adolfo Molina. Ambos se presentaron junto a varios de los alcaldes con mayorías absolutas en diversos pueblos.
Multitud de afiliados se reunieron para comer. Además del catering, donde no faltaron los famosos pinchitos del Bar Rafalete, el PP regaló caramelos y bolígrafos. Muchos asistentes comprobaron si pintaban en los manteles de papel, imprevistos muros para semejantes graffitis. De momento la gran familia popular confía en Bellido pero no en los bolis de publicidad marca ACME del partido.
Premios de la Asociación de Casetas Tradicionales
La Asociación de Casetas Tradicionales (ACT) entregó sus premios anuales en la caseta El Albero. El premio a la mejor caseta no perteneciente a la ACT recayó en la caseta de Amigos de las Buganvillas. El premio a la persona o entidad que más ha hecho por la feria, premio Pedro Ximénez, en la concejala socialista Carmen González, por su labor en la futura remodelación del recinto ferial. La caseta El Picaero se llevó el reconocimiento del premio de la Denominación de Origen Montilla-Moriles por la calidad de los vinos que ofrece, y el actual presidente de la ACT, Rafael Bocero, recibió un homenaje por parte de sus compañeros. Asimismo la ACT hizo entrega del dinero recibido el año pasado en el concurso de casetas a la Asociación de Amigos de las Ermitas.
