El reciente aviso, ayer, de la desaparición en Alcolea de Juan José Santos Moreno, de 76 años, sirve de perfecta excusa para recordar a otros desaparecidos de la provincia, sobre los que hay que seguir manteniendo una situación de alerta hasta que aparezcan de nuevo.
Además de Paco (Francisco de Asís) Molina Sánchez, que desapareció en la capital el 3 de julio de 2015, todavía hay dos alertas más en marcha desde las páginas de SOS Desaparecidos, en el Twitter de Alerta Desaparecidos y la página oficial de la Policía Nacional. Son los casos de Fuensanta Roldán y Francisco Bonilla Chacón. La primera, de 74 años, cabello oscuro y ojos verdes, desapareció en la capital cordobesa cerca del Guadalquivir el 30 de enero de 2014 (hace ya cuatro años) y en el momento en que dejó de dar señales de vida llevaba pijama y una baja de color azul.
Del segundo, se sabe que es natural de Cabra y que desapareció el 13 de abril de 2015 (tres años atrás). Tiene 68 años, lleva gafas, es de estatura media y complexión fuerte. Tras haber comido con su hermano, sobre las 16.00 horas se marchó a trabajar en su huerto y, según testigos, le vieron hablar con dos hombres. Desde entonces, no se sabe nada de él.
Ayer mismo, la Asociación SOS Desaparecidos difundió una alerta en la que denuncia la desaparición de Juan José Santos Moreno, de 76 años, el pasado domingo, 12 de agosto, en una urbanización de Alcolea, en la capital codobesa.
Al anciano se le habría perdido la pista en la Urbanización El Sol de Alcolea el pasado domingo. La última vez que fue visto vestía pantalón marrón corto y llevaba una mochila. Hay dos teléfonos que se aportan para aportar información: 642 - 650 775 y 649 - 952 957.
Se da el caso también de Ángeles Zurera Chacón, natural de Aguilar de la Frontera, y que tiene su propio cartel de desaparecida. Sin embargo, desde hace tiempo se ha dejado de hablar de ella y ni siquiera aparece ya en las páginas de SOS Desaparecidos.
En su caso, fue una tarde-noche de marzo de 2008, en la que la mujer salió de su casa, presumiblemente un momento (se dejó toda la documentación y hasta las gafas en casa) y no se la ha vuelto a ver. En el municipio de la Campiña todavía se celebran manifestaciones y concentraciones de los vecinos para que su caso no acabe en el olvido y se acabe descubriendo toda la verdad al respecto.
