La Delegación en Córdoba de la Asociación Andaluza de Barrios Ignorados (AABI) ha leído esta mañana, a las puertas de la sede de la Delegación del Gobierno de la Junta, un manifiesto titulado 'Dignidad real en la práctica', con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, en el que ha terminado solicitando una Ley de Planes Integrales Comunitarios, que dé "soporte legal a la intervención real y eficaz en nuestros barrios y que, de una vez por todas, las familias salgan de la pobreza y loa exclusión".
El secretario en Córdoba de la Asociación, Juan Isidro Corredor, ha explicado que en la actualidad los problemas estructurales que se viven en estos barrios "se están afrontando mal", ya que cada administración, cada oenegé, universidad o cualquier organismo que actúa en ellos tienen sus propios métodos y su propio presupuesto y cuando éste se acaba se corta la actuación. "Nuestra realidad trasciende a las propias administraciones y a los grupos políticos y siglas; es un problema crónico que acaba generando guetos en zonas marginales que se tiene que combatir con otra lógica de intervención", ha aclarado.
Por lo pronto, han de ser intervenciones a largo plazo, integrales y que aúnen todos los esfuerzos a la vez. "Esa Ley daría soporte a esta coordinación, porque ahora mismo los distintos profesionales que están trabajando en nuestras zonas, como son los profesores, maestros, sanitarios o trabajadores sociales, a la hora de intervenir con las familias no pueden actuar de forma coordinada y cada área funciona según su calendario y presupuesto".
En la actualidad, hay un millón de personas en exclusión social viviendo en esos barrios de Andalucía. El secretario de la Asociación ha señalado que este dato sale de la Estrategia Regional Andaluza para la Cohesión e Inclusión Social. Intervención en Zonas desfavorecidas (Eracis), impulsada por la Junta en 2018, y que ahora se acaba de renovar con el anuncio de una Eracis Plus. Los datos identifican 99 zonas de pobreza en toda Andalucía de distinta magnitud, tanto en capitales como en pueblos de poblaciones grandes.
En Córdoba son Las Palmeras (unos 3.000 habitantes), Las Moreras (unos 9.000 habitantes) y el barrio del Guadalquivir (unos 9.300 habitantes). Igualmente Córdoba suele tener todos los años, según las estadísticas que salen en mayo, tres o cuatro barrios de los más pobres del país y 12 de los 15 más pobres se encuentran siempre en Andalucía. "Por tanto, hablamos de una realidad estructural a nivel andaluz que hay que combatir, insisto, con actuaciones coordinadas y yendo a la raíz del problema y sus causas, porque ahora mismo vemos que el dinero que se está invirtiendo no da resultados".
De hecho, se está enquistado el fenómeno de que las familias desestructuradas y en exclusión se están perpetuando cada vez más y están más alejadas del resto de la media de las ciudad, "que es el horizonte con el que trabajamos". Aunque cada barrio tiene sus peculiaridades, su propia idiosincrasia y sus problemática concreta, todos padecen la misma estadística: Mucha precariedad laboral, mucha dificultad y mucho estigma social de los barrios. En todos ellos hay personas muy trabajadoras y muy luchadoras que sacan a sus familias día a día conviviendo "con otras realidades que están más ocultas y son más complicadas de visibilizar".
"Reclamamos que la Administración trabaje con personal propio suyo y que no todo sea con dinero de subvenciones de la UE, que está bien para reforzar lo que se esta haciendo, pero contamos con grandes profesionales trabajando sobre el terreno y necesitan medios y tiempo para hacer su labor bien".
El manifiesto ha sido leído por Conchi Morales, de Las Palmeras, y Loli Peña de Las Moreras. La primera ha dejado claro que lo más preocupa en su barrio es el empleo y poder tener un trabajo. "Es fundamental, porque si una familia no tiene para salir adelante todo lo demás cojea".
También ha destacado una profunda preocupación entre sus convecinos por la educación, "que es vital, porque es uno de los factores que ayudan a que se produzcan los cambios sociales". En este sentido, ella ha sido testigo del trabajo que han estado realizando allí las distintas universidades, como la UCO o la Loyola, además de otras ONGs y otros tipo de asociaciones y entidades junto a la asociación de vecinos. "Pero son proyectos a largo plazo que hay que hacer de forma coordinada y saber esperar, porque son cosas que no son de hoy para mañana, sino que es un proceso lento que luego hay que evaluar y sacar conclusiones", ha indicado.
Para Loli Peña lo que se piensa en Las Moreras es similar al sentir de Las Palmeras. "Tenemos los mismo problemas y queremos que la situación mejore, pero no lo vemos fácil". En palabras suyas, el barrio "está fatal, cada vez peor, los niños no tienen futuro, los colegios tienen allí un nivel más bajo y de un tiempo a esta parte estoy notando el cambio en mi familia y mis nietos, que hace ocho años jugaban tranquilamente en el patio y ahora tengo otro y ni juega ni puede salir por lo que hay".
