EFECTOS DE LA PANDEMIA EN LA SENECTUD

Los ancianos viven "un calvario" de soledad con la pandemia y con pocos compañeros de viaje

Los psicólogos advierten que puede agravar la salud y recomiendan contactar con familiares y amigos por teléfono y actividades propias de talleres de memoria
Pedro Larrea Ruano y su amigo Pedro, de Villanueva, en el Parque de colón
photo_camera Pedro Larrea Ruano y su amigo Pedro, de Villanueva, en el Parque de Colón

Han pasado de ser los salvavidas de muchas familias acosadas por la crisis económica de 2008 a ser los grandes olvidados en la actual crisis sanitario-económica que está aniquilando vidas, al tejido económico básico del país y, muy especialmente, a las relaciones sociales. Son los ancianos, que con la enfermedad están experimentando una mayor sensación de soledad con un serio riesgo de agravamiento de salud.

Su vida ha dado un giro radical en sus usos y costumbres diarias debido a las limitaciones impuestas por la administración para evitar que el virus siga propagándose, y eso se traduce en unas pocas horas al aire libre por la mañana y un exceso de televisión el resto de la jornada. Y lo que es peor, la rutina de que todos los días son exactamente iguales al anterior.

ANCIANOS CONFINADOS

Con el agravamiento de la pandemia no hay viajes ni cursos del Imserso, no hay excursiones ni visitas de los nietos, ni tampoco contacto con hijos que están en otros municipios, ni actividades en los centros de mayores ahora cerrados, ni partida de dominó o de cartas, ni petanca. "Sólo vemos mucha televisión y películas de tiros", señala Pedro Larrea Ruano, de 76 años y natural de Córdoba.

Pasa las mañanas en el Parque de Colón con dos amigos suyos tratando de no perder el sentido del humor que se tiene con esas edades, pero las tardes "son un calvario", señala. "Lo estamos pasando muy mal, porque esto es romperte la vida y la autonomía". De hecho, uno de los peores momentos de esta segunda oleada fue cuando se cerraron también los parques durante varios días antes de que se levantara un poco la mano de las restricciones. "Fue una tontería con la cantidad de oxígeno que hay aquí, y ahora con esto de cerrar todo a las seis de la tarde es un calvario hasta que te acuestas".

En su caso, y aunque vive con su mujer, considera que "me han fundido" y parte de esa sensación se debe a que lleva tres meses sin ver a su nieta que vive en Sevilla, porque ninguno de los dos puede desplazarse.

Manuel Sánchez lo tiene todavía peor. En su caso vive en completa soledad. Tiene una hermana pero viven cada uno en su casa. "No puedo salir los fines de semana, y me dedico a ver mucha tele y películas; es lo único que hago".

Antes de que llegara la pandemia, al menos tenía la costumbre de acudir a los centros de día del Zoco o Carlos III, donde se relacionaba con hombres y mujeres, jugaba al billar o al dominó y hasta aprendía a bailar, pero "nos han cortado ese rollo". Para él, eso implica pasarlo muy mal, porque la sensación de soledad se acentúa mucho más.

Ancianos ante la Biblioteca Central de Levante

Pedro, de 84 años, es amigo de los dos anteriores. Es natural de Villanueva de Córdoba y es un negacionista de la pandemia. "Soy alguien que ha estado estudiando medicina 30 años y esto es un cuento chino", afirma. "El virus tiene una dimensión tan pequeña que atraviesa los poros de la porcelana, todos los virus", añade para justificar su postura, por lo que "no me pongo la mascarilla, la llevo aquí en el bolsillo y estoy ya inmunizado".

Al margen de sus ideas particulares, se siente mal porque no puede desplazarse a su pueblo, en Los Pedroches. "Yo no puedo moverme, pero los políticos sí pueden; ¡que se peguen dos tiros!", asegura alguien que dice haber vivido una posguerra complicada comiendo a base de bellotas cocidas de la mejor dehesa del mundo.

Otros tienen algún hobbie, como la lectura o el deporte, y eso les hace la vida más llevadera. "No estoy nada mal", señala Pepe, de 77 años, enfundado en su chandal del Real Madrid. Y eso es así porque cuenta con un grupo de amigos de su edad a los que les encanta salir al campo en bicicleta y hacer numerosas excursiones. Este año, sin embargo, no han podido hacer algo que es habitual para ellos cada año: Ir a los Lagos de Covadonga, en Asturias, donde se mueven tanto a pie como con dos ruedas. Tampoco pueden salir fuera del municipio cordobés para hacer excursiones a pueblos de la provincia. Pero, a pesar de todo, insiste en que en su caso concreto ni está mal ni tampoco se siente especialmente solo o abandonado.

ANCIANOS

"Para los más mayores esta inactividad y esta soledad les puede afectar muy negativamente a nivel cognitivo, anímico y, en general, a nivel social", señala, por su parte, Rocío Almedina Gutiérrez, psicóloga de mayores en Córdoba. La profesional recomienda vivamente combatir esa soledad que afecta especialmente a este sector de la sociedad y que "puede agravar bastante la salud de estas personas", mantener aunque sea contactos telefónicos, a ser posible de modo que se puedan ver en una pantalla, con amistades y familiares hasta que sea posible volver a encontrarse cara a cara, además de tratar de mantenerse ocupados con actividades propias de talleres de memoria.

El caso es que los jubilados tienen tiempo de sobra y ahora carecen de medios para llenarlo por lo que se aíslan en sus casas. En este sentido, la doctora recomienda igualmente que por televisión, ya que muchos mayores se aferran a esta ventana telemática a la realidad, "haya programas de salud donde ofrezcan actividades que les permita hacer ejercicio de articulaciones o para ejercitar la mente".

cruz roja ancianos

El problema de los mayores es que "apenas piden ayuda para sus problemas" y sus familias no tienen en la actualidad mucho tiempo para dedicarles, y si no piden ayuda es porque "no consideran que sea necesario hacer perder el tiempo a otros por ellos y suelen tener una capacidad de tolerancia muy elevada".

Pero esa manera de tragarse sus problemas en soledad únicamente agrava su situación y la mejor manera de evitarlo es contar con una posibilidad de cambiar su rutina diaria.