XXXVI FESTIVAL DE LA GUITARRA

Y el Jazz se hizo ópera-rock psicodélica

Esperanza Spalding sorprendió a propios y extraños con una evolución musical que la aleja de la música negra ante un Gran Teatro que volvió a estar prácticamente lleno

CORDOBA. 07/07/2016. FESTIVAL DE LA GUITARRA 2016. ESPERANZA SPALDING EN EL GRAN TEATRO. FOTO: ROLDAN SERRANO. CORDOBA HOY.
photo_camera Esperanza Spalding emergió completamente evolucionado de su anterior imagen para ofrecer una ópera-rock en toda la regla en el Gran Teatro FOTO: ROLDÁN SERRANO

¿Qué pasaría si alguien mezclara en una inmensa batidora musical varias porciones de Yes, Ten Years After y The Who, acompañado con aroma de The Beatles, Doors, Jimi Hendrix y David Bowie, unas gotas de la menos histriónica Nina Hagen y con un nada ligero toque de chiclosa psicodelia? ¿Y si a ese experimento se le añadiera una pequeña historia susceptible de ser teatralizada? En efecto, saldría una ópera-rock de ésas que llamaron la atención en la década de los 70 del siglo pasado, pero en la que muy pocos artistas quisieron profundizar en su momento y parecía que se habían quedado en el olvido.

Con eso mismo se toparon ayer los espectadores que acudieron en masa (hasta prácticamente llenarlo) al Gran Teatro a ver la actuación de la bajista Esperanza Spalding y que en un principio, pillados por completo por sorpresa no supieron muy bien cómo reaccionar. Salió la genial artista a escena cantando con su voz una melodía clásica jazzística y ataviada en un principio como una diva de la música negra de la década de los 60', con su peluca afro y un inmenso vestido de Menina con toques sities de Op-Art, como diciendo: ¿habéis venido a ver esto? Y el público se dejó llevar... Sólo por unos segundos. Los necesarios para que alguien del coro pasara del primer cartel 'Prólogo' al segundo que indicaba 'Evolution'.

CORDOBA. 07/07/2016. FESTIVAL DE LA GUITARRA 2016. ESPERANZA SPALDING EN EL GRAN TEATRO. FOTO: ROLDAN SERRANO. CORDOBA HOY.

Y ¡vaya si evolucionó! En un ejercicio de travestismo más propio de Mortadelo que otra cosa, emergió como una crisálida de su capullo la nueva Esperanza encarnada en Emily (su segundo nombre real). Muy nueva, con movimientos artríticos de muñeco que acaba de perder sus hilos y se cree libre de hacer todo lo que quiera. Un cambio que se trasladó por completo al estilo musical dando paso a su espectáculo 'Emily's D+Evolution', con el quizá esté avisando de que su estilo va a caminar por esos derroteros a partir de ahora: De la música negra americana al rock blanco europeo, siempre con un estilo propio y personal que se ve reflejado en una voz muy característica y de sello genuino que han hecho de Esperanza Spalding alguien con capacidad y narices para experimentar hasta este extremo.

Grande, Justin Tyson

De todos modos, los espectadores pudieron comprobar en primera persona que no es una bajista cualquiera, que supo elegir a sus acompañantes en escena: Matthew Stevens a la guitarra, enorme en los momentos de musicalización instrumentalizada, y, muy especialmente el baterista Justin Tyson, capaz de hacer el amor directamente con su instrumento de una forma tan natural y precisa que llega a asustar y que muy probablemente le haga estar en la actualidad en la élite de la percusión a nivel mundial (aunque quizá en Estados Unidos estén ya acostumbrados a ese tipo de nivel en materia de baterías).

CORDOBA. 07/07/2016. FESTIVAL DE LA GUITARRA 2016. ESPERANZA SPALDING EN EL GRAN TEATRO. FOTO: ROLDAN SERRANO. CORDOBA HOY.

Mención aparte son los chicos del coro, de estética electrónica años 80' al estilo Kraftwerk, pero en amarillo, y una actitud sacada del más profundo y pegajoso Swinging London (¿han visto 'Blow-Up'?). Él y ellas fueron el hilo conductor de una historia en la que las normas acaban siendo rotas incluso por aquellos que las imponen y que viven bajo su yugo para liberarse, aunque sólo sea por unos segundos o quienes tienen más suerte para siempre. El altísimo Corey King, Shawna Corso y Rachael Duddy supieron estar en escena y entre butacas haciendo que parte del público se levantara por fin del encorsetamiento que supone un teatro para determinado tipo de espectáculo para mover el esqueleto y combinando con secreta perfección sus voces a la de Spalding.

¿Y gustó el experimento? Está claro que el público sabía quién era Esperanza y qué tipo de música creía que iba a escuchar (salvo los muy entendidos que quizá la sorpresa les llegara con ellos de vuelta de todas las cosas). Pero la inmensa mayoría no se esperaba aquello. Porque es como ir al cine y ver un musical sin esperarlo, y aunque te guste ese género el cerebro se rebela por no haber acudido preparado para ello. Eso mismo pasó ayer. Y, aunque algunos se marcharon visiblemente enfadados (o decepcionados), el nivel medio del público estuvo lo suficientemente a la altura como para empezar a disfrutar de lo que estaban viendo una vez que se habían hecho a la idea.

CORDOBA. 07/07/2016. FESTIVAL DE LA GUITARRA 2016. ESPERANZA SPALDING EN EL GRAN TEATRO. FOTO: ROLDAN SERRANO. CORDOBA HOY.