ACTIVIDADES CULTURALES

Gonzalo de Castro y Tristán Ulloa traen mañana al Gran Teatro una farsa corrosiva

"Invernadero", del poeta Harold Pinter, llega a Córdoba dirigida por Mario Gas. Se trata de una sátira del funcionamiento burocrático en un gobierno autoritario

Imagen de la obra Invernadero
photo_camera Imagen de la obra Invernadero

El Gran Teatro de Córdoba acoge mañana viernes Invernadero (20:30 horas), una de las obras más logradas del dramaturgo y poeta Harold Pinter (Londres 1930-2008). Se trata de un texto que, en palabras de Mario Gas, director del montaje, pertenece a sus “farsas negras, muy negras, dislocadas, trepidantes, ácidas y corrosivas como un río subterráneo vitriólico que deshace todo a su paso; y donde el poder, político y estatal, asoma su hocico maloliente y exterminador”. Pinter escribió esta obra en los años 50, impresionado por la invasión soviética de Hungría, pero esperó para estrenarla en el momento más oportuno, 30 años después, al considerarla “una fantasía que con el tiempo se ha hecho realidad”. Ahora, se representa en una adaptación a cargo del escritor Eduardo Mendoza, protagonizada por Gonzalo de Castro, Tristán Ulloa y Javivi Gil, miembros de un amplio reparto en el que figuran también Jorge Usón, Isabelle Stoffel, Carlos Martos y Ricardo Moya.

Nobel de Literatura 2005, el dramaturgo británico está considerado uno de los autores más influyentes y el máximo exponente de la escena inglesa de la segunda mitad del siglo XX. Su teatro marca la disolución del hombre urbano occidental enfrentado a la soledad en compañía, a la incomunicación. Sus creaciones son obras obsesivas, amargas, brutales y paradójicas, preñadas de un extraño y mordaz sentido del humor.

En Invernadero, Pinter presenta una sátira del funcionamiento burocrático y el gobierno autoritario de un establecimiento cuya naturaleza exacta no se desvela. No está sometido a ningún control y al parecer cualquier comportamiento sobre los allí alojados está permitido. En plena celebración navideña, el director y su equipo se enfrentan con un nacimiento y una muerte que han tenido lugar en el interior de este lugar. Surgen las preguntas inevitables: quiénes serán los responsables y cómo hay que actuar ante semejantes sucesos, tan inesperados como comprometedores.

Pinter es siempre inquietante y negro” afirma Mario Gas. Y añade que en Invernadero, el dramaturgo destroza y desintegra lo que tiene sentido del lenguaje “en un tono absolutamente sardónico”. En su opinión, la obra va más allá de la guerra fría y los años 50. “Es -destaca- una comedia en la que la risa va quedando atrapada y se va haciendo cada vez más densa hasta acabar en una demostración de cinismo terrorífico”. “A poco que pienses y sientas, todo lo que retrata Pinter lo relacionas con lo que vivimos. Las armas del poder económico y político han atrapado al ciudadano medio”, concluye.

Para poner en pie este montaje, Gas, junto al que fuera jefe de producción del Teatro Español, Paco Pena, y los actores Tristán Ulloa y Gonzalo de Castro, han creado una compañía llamada Teatro del Invernadero. Según el director escénico, les pareció bonito que al estrenarse con la obra de Pinter llevara ese nombre que, entre otras acepciones, “es un lugar donde cobijarse y estar a temperatura estable en los inviernos, como este invierno cultural al que nos ha llevado el Gobierno”, asegura Gas.