La guinda del Mayo Festivo cordobés, es decir la Feria de Nuestra Señora de la Salud, que se prevé celebrar del 21 al 28 del próximo mes, no tiene tan asegurada la participación de numerosas casetas, que son la 'salsa' de la fiesta. Y es que se han dado las circunstancias para que muchas de ellas estén teniendo serias dificultades para conseguir una simple carpa que cubra su espacio, además del encarecimiento de los precios, que han subidio un 33% con respecto a la última vez que se montó algo en el recinto ferial.
Según ha indicado Alfonso Rosero, presidente de las Casetas Populares, si la última edición un montaje de caseta giraba en torno a los 40.000 euros, "a día de hoy estamos calculando que puede rondar los 60.000".
¿Qué está pasando este año para que no estén las cosas para nada claras de cara a la próxima Feria? Por lo pronto, la Feria de Sevilla se retrasa por la Semana Santa, que depende de los ciclos lunares. Ocurre cada tres o cuatro años y es algo que se sabe de antemano: Si Sevilla se retrasa, se produce todo un efecto dominó sobre el resto de ferias andaluzas hasta rematarse en la de Córdoba, a la que apenas se deja tiempo para conseguir los materiales para el montaje.
"Somos los últimos y nos afectan enormemente estos retrasos", ha advertido.
Es más, "estamos, al menos, una veintena de casetas a las que nos ha dejado colgados el proveedor de nuestras carpas, porque prefiere cubrir otras ferias y ahora nos estamos teniendo que buscar la vida a pocas semanas de que se celebre", ha añadido Rosero. Es el día de hoy y "no sé con certeza aún si puedo finalmente montar mi caseta por falta de carpa".
En este punto hay que tener en cuenta que las casetas cordobesas son bastante más grandes que, por ejemplo, las sevillanas, que suelen rondar los 100 metros cuadrados, cuando en la de Nuestra Señora de la Salud los más normal es que estén entre los 300 y los 400 metros cuadrados, y algunas se disparan a tamaños gigantes.
Eso está haciendo que el precio de las carpas alcancen este año una subida del 100%, porque, como bien dice un concejal del Ayuntamiento de Córdoba, "business is business", y ahora más de uno está haciendo su 'agosto' con las necesidades perentorias de su clientela. Vamos, que en cada crisis siempre hay avispados que sacan provecho económico de las desgracias ajenas.
No es lo único que ha subido. Los propios refrescos están intratables a consecuencia del paro de transporte, pero también por la falta de materias primas para su elaboración. "han subido en torno a un 20%, aunque los hay, como la tónica, que es un 100% más caro este año".
¿Y todo eso va a repercutir en el precio final al consumidor (si es que se atreven a montar)? Por ahora, "la viabilidad económica de las casetas es muy cuestionable", indica Alfonso Rosero. Entre otras cuestiones porque sigue habiendo pandemia y habrá que ver si la afluencia de público es la misma que antes de la llegada de la Covid y si los bolsillos del personal están como para asumir un gasto extra a lo largo de todo el Mayo Festivo, que incluye las Cruces y sus barras para consumir.
A eso hay que añadir que "estamos asustadísimos con el recibo de la luz que nos pueda llegar", mientras que el problema que acaba de dar la cara sobre la contratación de camareros con la nueva reforma laboral, y que va a salir más cara, "todavía no lo hemos abordado aquí, porque antes tenemos que resolver los otros problemas que ya los tenemos encima".
Todo ello lleva a pensar en un ajuste de precios al consumidor que tendrá que adaptarse a las nuevas circunstancias y a una inversión mucho mayor que en épocas pretéritas en busca de, como mínimo, "un beneficio ajustado". Porque lo que está claro es que nadie monta una caseta si no le ve el negocio y la rentabilidad.
Lo de los retrasos por la Feria de Sevilla es algo coyuntural y esperado. Pero se ha visto agravado este año por la nueva crisis energética, tras una primera crisis económica a consecuencia de la burbuja inmobiliaria, seguida de una crisis sociosanitaria por un virus y ahora por causa de una subida imparable de precios de la luz y el gas que más de uno ni siquiera comprende. A lo que hay que añadir una guerra en Europa que afecta claramente a los precios.
Una tormenta perfecta que bien "podría haberse evitado o mitigado si nos hubieran hecho caso hace tiempo", señala Rosero. Con estas palabras el presidente de las Casetas Populares alude al proyecto de casetas permamentes que se lleva planteando al Ayuntamiento desde hace años sin recibir una respuesta ni negativa ni afirmativa al respecto.
"Es algo que voy a plantear de nuevo a la responsable municipal, Marián Aguilar, en nuestra próxima reunión", ha expuesto Rosero. Ese encuentro tendrá lugar, precisamente, esta semana, el día 7, y son varias las cuestiones que se pondrán encima de la mesa. Y es que el día 8 acaba el plazo para el pago de fianza de aquéllos que vayan a instalar su caseta. "Vamos a plantear que se recupere esa fianza si finalmente, por el cúmulo de circunstancias que se están dando, alguien al final no puede montarla".
Pero, sobre todo, se pondrá el acento en el proyecto de casetas permanentes. "Todo son ventajas, especialmente ahora que ya tenemos claro (antes, no) que el recinto ferial es exactamente eso: Un recinto ferial cuyo fin es acoger la Feria de Córdoba y no otra cosa". Con esa evidencia, lo suyo es "ir mejorando su aspecto año a año, aportando más calidad, estabilidad y seguridad, al tiempo que nuestras inversiones no tienen que ser astronómicas cada año, aunque sí lo van a ser en un principio para los caseteros", ha indicado.
La propuesta de las Casetas Populares es simple: Un cierre de fachada con material de obra bajo supervisión técnica municipal, algo que se extiende a cuando esa caseta quiera cambiar de imagen, cuestión que se hará cada cierto tiempo, aunque sólo sea por agotamiento visual. En el interior, "cada uno lo montará como quiera", pero en el exterior no tienen por qué ser tampoco todas iguales.
"Nosotros hemos pensado en reflejar en nuestras fachadas las construcciones típicas del Casco Histórico, recreando balcones y ventanales, y que a la postre resultaría un nuevo atractivo turístico para el visitante de fuera, al tiempo que para los cordobeses tendráimos esa sensación de calñidad que ahora a más de uno nos falta".
De hecho, con el tiempo, el ahorro de dinero que supone instalar y desinstalar los mismos elementos cada año se acabaría inviertiendo en mejoras dentro de las casetas. "Hablo, por ejemplo, de tener servicios o una cocina de obra, que serían mucho más higiénicos".
Y cuando haya que cerrar la Feria, porque es algo extremadamente temporal, "nosotros nos encargaríamos de contratar la vigilancia pertinente de un recinto que quedaría acotado". Todo eso supondría "dignificar nuestra Feria y hacer cumplir, además, el dictamen de la Comisión de Feria en ese sentido, donde hubo un compromiso de desarrollarlo, además de que eso ha de derivar para el próximo año en una Ordenanza de Feria, a modo de documento que aporte seguridad jurídica a nuestra actividad cumpliendo con un modelo de Feria del gusto de todos".
Por lo pronto, el desarrollo de ese dictamen se está volcando este año en la mejora de la calle del Potro, que separa la zona de casetas de la de los cacharritos, y que para esta mismna semana, si el tiempo no lo impide, bien podría estar rematada.
