Si la Navidad huele a algo, tiene que ser a dulce. Y en Córdoba hay locales de los que nada más traspasar sus puertas uno acaba trasladándose directamente a la fábrica de Willy Wonka, la tienda de Vianne Rocher o los fogones del gran Vatel.
Es lo que ocurre, por ejemplo en Sabor a España o en Mandrágora, Café, Té y Chocolate, dos establecimiento mágicos, de ambientes atemporales y trato amable, donde los ojos acarician incansables rincones de fantasía hasta posarse golosos en aquello que hace vibrar el corazón.
Begoña Montero, encargada de la tienda Sabor a España de la Mezquita-Catedral explica que su especialidad son los guirlaches y las garrapiñadas, un producto muy de Navidad, pero que trasciende al invierno para consumirse a lo largo de todo el año.
Con los turrones es más difícil, pero también lo intentan. No en balde está abierta todo el año atrayendo a golosos a través de sus ventanales abiertos y el tierno aroma que procede de su interior. Son, además, productos más sanos de lo uno pudiera pensar. "La garrapiñada y el guirlache sólo tienen agua y azúcar, no llevan gluten ni aceite ni lactosa y son algo más sanos". Es lo que tiene trabajar de forma artesanal y elaborando ante los ojos de la asombrada clientela.
Lo llevan en la sangre. "Venimos de una familia de turroneros de Lucena de principios del siglo XX y han ido de feria en feria hasta que decidieron abrir una tienda", explica. La primera fue en Ronda (Málaga), la segunda fue en la calle Deanes, que ahora mismo ya no la tienen, "y ahora en vez de ir a buscar a la gente dejamos que la gente venga a nosotros".
De garrapiñadas hay de todo, hasta pipas de girasol y de guirlaches también están muy bien surtidos, con sésamo, almendra y otros frutos secos como la nuez de Macadamia (Australia), el pistacho, o las combinaciones de almendra con piel y sésamo. En este punto ya apenas sí hay novedades, pero sí en los turrones. De hecho, de este mismo año es el de turrón blando de almendra con pistacho, mientras que tienen un mazapán también novedoso relleno de naranja. También tiene tirón el turrón de arándanos, con un llamativo color azul y con "mucho sabor a ese fruto".
Por cierto que ahora uno puede hacerse su propia cesta navideña picando aquí y allá con los dulces que más le llame.
En Mandrágora, Café, Té y Chocolate nos recibe Federico Alfieri, y cuando se le pregunta por un dulce típico navideño que venda en la tienda se le iluminan los ojos y nos saca un maravilloso panetone artesanal de Sicilia "superbueno" y que ha ganado numerosos y prestigiosos premios como alimento gourmet.
El panetone, al igual que el pandoro, nos explica, es muy típico de la Navidad italiana y sirve para todo: Desayunar, merendar, postres, tras la cena para picar cuando el estómago tiene un hueco... Además se puede acompañar con un buen vino dulce, un cava o el café mañanero. Los tiene de todo tipo: Avellana, naranja y chocolate, pistacho o el tradicional con uva pasa.
No es lo único 'navideño' que tiene en la tienda. Evidentementer hay turrón. Es español, aunque señala que en su país de origen también se hace 'torrone' y es típico igualmente consumirlo en estas fechas, hay además, peladillas, figuras de mazapán, almendras rellenas o bolitas de anís.
"Creo que lo vamos a tener el año porque están teniendo mucha venta y son de calidad suprema". Otra cosa son los panetone, que no sabe si sería bueno que trascendieran a la Navidad, porque son demasiado típicos de estas fechas, pero a tenor de la pinta que tienen se puede consumir perfectamente en cualquier época del año.
