La comida frita está en el menú de todos los restaurantes, es una solución fácil y rápida para preparar comidas cuando se tiene poco tiempo, y en general, es una comida que resulta siempre atractiva para quien la consume. Sin embargo, la mayoría de los consumidores también reconoce que la comida frita puede tener efectos negativos considerables en lo que se refiere a la salud, y 2022 puede ser un año en el que tomárselo de otra manera sea más sencillo.
Los efectos negativos de las comidas fritas
No hay una época del año en el que las comidas fritas no formen parte de los platos obligatorios de preparación. También forman parte de una cultura bastante arraigada en la forma de preparar los alimentos, y en casos puntuales, como brindar una alimentación correcta a los niños en cuanto a cantidad, suponen ser una estrategia sumamente útil para que puedan probar bocado.
Pero no es desde luego la forma más saludable de comer los alimentos. Los alimentos, independientemente de cuáles sean, incrementan notablemente su contenido de grasa, de sodio y de calorías, por lo que incluso las frituras cuyo alimento de origen es vegetal también pudieran ocasionar efectos negativos sobre quién lo consume.
Comer frituras, sobre todo en exceso, está relacionado con patologías cardiovasculares en todos los niveles de gravedad, pero también es la principal causa del sobrepeso o la obesidad, algo que cada vez afecta más a las personas y a una edad cada vez menor. No deja de ser importante afirmar que también muchos tipos de cánceres tienen más probabilidades de aparición según la cantidad de consumo de frituras sea mayor.
Alternativas, antes que abandonar
Abandonar abruptamente las frituras -sobre todo si forma parte indispensable de la dieta personal o familiar- puede traer incluso más problemas que beneficios, tanto a nivel psicológico -con comportamientos impulsivos- como a nivel alimentario en general. Por eso, antes de abandonar su consumo, lo mejor es plantearse alternativas que permitan disfrutar de las comidas fritas desde una perspectiva que sea mucho más saludable.
Comprar alguna de las mejores freidoras pequeñas sin aceite puede ser una excelente opción, sobre todo por ser un producto moderno, sencillo de utilizar y muy económico, cuyos beneficios al momento de comer frituras son elocuentes:
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Reducen los riesgos asociados al exceso de grasas: mientras hay ocasiones en las que se pueden utilizar más de 1 litro de aceite para hacer frituras en casa, con una freidora sin aceite apenas se utilizará una cucharada -o incluso nada- para preparar alimentos cuya sensación crocante y sabor serán idénticos, pero sin duda, con ningún tipo de incremento de grasas y de calorías, con los riesgos que eso conlleva.
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Sin compuestos peligrosos: la razón de que las frituras y el cáncer se asocien demasiado está en los procesos de transformación o combustión que se generan al quemar el aceite a altas temperaturas. Los compuestos resultantes se adhieren a los alimentos, y algunos como la acrilamida está considerada como un compuesto carcinógeno. Una freidora sin aceite no genera ningún tipo de transformación ni compuestos, por lo que resulta segura para la salud.
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Comidas más saludables: hasta un 90% menos de contenido graso tienen los alimentos preparados con una freidora sin aceite, en comparación con la fritura tradicional. Por ende, se trata de comidas más saludables e igual de sabrosas, lo que incide en una reducción notoria de las probabilidades de obesidad o de sobrepeso, pero en edad infantil o la adolescencia, también una reducción de probabilidades de sufrir enfermedades como la diabetes.
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Alimentación variada: la cantidad de recetas que se pueden preparar en estos aparatos es muy grande, por lo que es una ayuda bastante práctica para que los niños coman vegetales, para preparar de forma saludable alimentos como las empanadas, pizzas o papas fritas, sin llegar nunca a aburrirse dada la variedad de recetas existente.
