PEQUEÑAS HISTORIAS DE LA CAPITAL

La casa que aguantó el paso de una ronda pero que no ha podido con un parque

El árbol singular que la salvó del paso de la Variante Oeste desviándola de su ruta inicial pasará ahora a formar parte destacada del Parque del Flamenco cuando se ejecute una segunda fase
El árbol singular que en su día logró mantener en pie la casa ahora derruida
photo_camera El árbol singular que en su día logró mantener en pie la casa ahora derruida

La intrahistoria es tan rica o más que la propia historia, y son esos pequeños acontecimientos, a veces detalles que pasan desapercibidos, los que confieren carácter a una ciudad y le dan forma como idea más que como espacio físico. Es lo que ha ocurrido recientemente con una casa que se erguía orgullosa como si fuera una isla entre la Variante Oeste (A-3050), la calle de la Representación de San Rafael de la Albaida y una entrada hacia la Plaza Benigno Lacort, y que acaba de ser derribada.

Esa vivienda consiguió en 2011 que una obra con un presupuesto global de 82 millones de euros (4,6 millones correspondían al tramo donde se encontraba esa edificación) para ejecutar 6.000 metros de ronda con doble carril por sentido se desviara para respetarla y se modificara su trazado para no tocarla.

¿Cuál era su secreto? Un inmenso árbol considerado como singular y, por tanto, intocable, que ahí sigue como símbolo de inmovilidad ante el paso del tiempo.

La casa ahora derribada junto a la Variante Oeste

Pero si el árbol sigue en pie, ¿por que se ha derribado finalmente la casa? Sencillamente porque va a pasar a ser una de las principales joyas del flamante Parque del Flamenco, que ya se está rematando en una primera fase con la colocación de las praderas de césped y el arbolado y que en su momento, según fuentes de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU), se ajardinará como una parte más de ese espacio que  conforma el Anillo Verde de la capital.

Eso hace pensar que, precisamente, la entrada desde la Variante hacia la Plaza de Benigno Lacort acabará desapareciendo en su día bajo un fresco manto verde para que haya continuidad entre ambas partes del parque.