El colectivo Nodo Corduba, a través de un comunicado público, ha lamentado que la capital cordobesa siga sin tener una ordenanza que regule la limitación de "despedidas de soltería alcohólicas", a pesar de que desde hace más de tres años, en el mandato anterior, se denunció el malestar que generaba entre la población del Casco Histórico este tipo de prácticas que "atentan contra el derecho al descanso de vecinos y vecinas".
"Por entonces trasladamos al equipo de gobierno cordobés la conveniencia, urgencia y necesidad de redactar una ordenanza en ese sentido; estamos en el segundo mandato y parece que no se va a hacer, porque nadie se están moviendo en ese sentido", ha señalado su portavoz y presidente de la Asociación Vecinal San Lorenzo Existe, Manuel Ortega, quien ha advertido que otras capitales andaluzas, como Granada, Málaga y Sevilla, han regulado ya el problema, "con lo que si en ellas no se podrá celebrar despedidas de ese calibre, lo normal es que elijan venir a Córdoba que no tiene regulación y pueden seguir haciendo lo que les viene en gana".
Por su parte, la también portavoz el colectivo y presidenta de la Asociación Vecinal La Medina, Lourdes Martínez, ha recordado que el hecho de que no se hable de ello no significa que el fenómeno no exista. Sin ir más lejos, el pasado viernes tuvo lugar una despedida de soltera, con mujeres rondando ya la cuarentena de años, "que llevaban un megáfono soltando todo tipo de barbaridades por la calle Encarnación camino de la Mezquita; por tanto, el problema no es de edad, sino de educación para formar escándalos al aire libre".
Igualmente, la semana pasada un grupo de chicos celebrando una despedida "entraron en el Casco con su coche pensando que era la M-30 a todo trapo y con la música a toda pastilla" y luego salieron a la calle disfrazados de genitales masculinos y "soltando igualmente todo tipo de barbaridades y a la una de la tarde ya estaban tajados como tinajas, hasta el punto de que tuve que echarlos de mi negocio, teniendo que aguantar cómo se pusieron después", ha añadido Martínez.
En su opinión es "una vergüenza que turistas que vienen al Casco a disfrutar de la cultura y de la tranquilidad de la ciudad o padres de familia que vienen a pasar el fin de semana tengan que convivir con eso: Viendo cómo trasiegan vino y cerveza a punta pala en el entorno de la Mezquita-Catedral".
Por tanto, este tipo de despedidas de soltería "sigue siendo un gran problema, que conlleva una falta de respeto al vecino, que tiene que aguantar vómitos en las puertas de sus casas, defecaciones humanas, micciones y cuando se tercia prácticas en la calle más propias de un burdel, y los vecinos y vecinas no tenemos por qué aguantar estas historias". Martínez ha considerado que se trata de una situación "muy dura, y si el alcalde no hace lo mismo que en otras capitales para librarse de esta lacra alcoholizada habría que pensar en darle un poquito de caña".
Ortega ha ligado el problema del ruido en el Casco Histórico a la concentración de zonas de ocio, que genera directamente este impacto acústico, y a la concentración de apartamentos turísticos, que están por encima del 12% en algunas zonas del Casco. "No sólo no tenemos una ordenanza contra las despedidas de soltería alcohólicas, que ocupan la calle y generan ruidos molestos, de modo que se cometen actos incívicos, sino que el alcalde, José María Bellido, se permite el lujo de decir que no hay que demonizar los apartamentos turísticos, que es donde fundamentalmente se concentran estos eventos alcoholizados".
Córdoba, según el coportavoz de Nodo Corduba, es una de las ciudades donde más incremento se está produciendo de apartamentos turísticos, "hablaban de un centenar mensuales, y si ya hay más de 700 apartamentos turísticos en la ciudad cualquiera puede imaginar la cantidad de viviendas para la población que se pierden con esa proliferación concentrada en un Casco convertido en una inmensa discoteca donde todo está permitido".
En su opinión hay varios responsables del problema. Por un lado, "los incívicos que vienen a la ciudad a soltarse la coleta", aunque, por otro, "la responsabilidad máxima es del alcalde, José María Bellido, que permite esta situación de incivismo y desorden". En este sentido, el regidor "va lento, mal, y más dedicado a otros menesteres a nivel nacional, en un supuesto intento de proyección dentro de su partido para ocupar más cargos, porque lo que es encargarse de gobernar por la ciudad es evidente y manifiesto que no".
