La Federación de Asociaciones Vecinales Al-Zahara considera que la promoción de un Casco Histórico "vivo", tal y como se ha vendido el Centro de Córdoba en la última edición de Fitur, es "incongruente con las medidas reales que el Ayuntamiento está tomando para la defensa de ese objetivo". Según un comunicado del colectivo vecinal, "para las vecinas y vecinos de la zona, resulta impensable que a cientos de kilómetros de nuestra ciudad se defienda el Casco como una zona viva, mientras en nuestra ciudad no se toman las medidas oportunas contra la despoblación de los barrios más céntricos".
Las vecindad ve con sorpresa que se quiera promocionar la presencia de habitantes como indispensable en la zona histórica, cuando los residentes comprueban día a día que sus derechos como ciudadanos "están siendo vulnerados en numerosas ocasiones", añade la nota, para poner como ejemplo el hecho de que la comunidad vecinal aún está a la espera de una respuesta por parte del Ayuntamiento a la declaración del Centro como Zona Acústicamente Saturada; de que se detenga la concesión de licencias para la instalación de nuevos negocios de hostelería, "que nada tienen que ver con la tan publicitada necesidad de un turismo sostenible"; de que haya ayudas para que el comercio tradicional no tenga que cerrar sus puertas; de que exista un control sobre viviendas y apartamentos alegales; de que no se considere el Casco Histórico como un lugar de realización de actividades sin tener en cuenta su valor patrimonial o de que se defienda el derecho al descanso de los habitantes del centro.
Por todas estas circunstancias, "parece paradójico" que para el Ayuntamiento de Córdoba sea indispensable vender el Casco Histórico como elemento fundamental para el mantenimiento del turismo, pero no se hace nada, o más bien poco, para que la zona mantenga las características que la han hecho merecedora de la Declaración de Patrimonio Universal por la Unesco. Un elemento fundamental para esta declaración es precisamente la presencia de vecinas y vecinos en la zona, "cuya opinión no está siendo tenida en cuenta en la mayor parte de los asuntos que tienen que ver con la gestión y organización del Casco Histórico".
