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La empresa francesa mk2 prepara tres productos audiovisuales para el Palacio de Congresos

La empresa gestora se está 'poniendo las pilas' para una vuelta a la normalidad cuando finalicen las obras de reforma
Juan Salado, empresario del Palacio de Congresos
photo_camera Juan Salado, empresario del Palacio de Congresos

El Palacio de Congresos de la calle Torrijos está a la espera de dos cuestiones fundamentales para su futuro: Por un lado, que finalicen de una vez por todas las obras en el interior del edificio que está ejecutando Tragsa a solicitud de la Junta y, por otro, que no haya nuevos repuntes de Covid-19 que den al traste con todos sus planes, que son múltiples y variados.

Según el rostro visible de la UTE que explota el edificio, Juan Salado, antes de la pandemia en 2019 en el Palacio de Congresos se celebraron 101 eventos a los que asistieron 36.000 personas. El pasado 2020 empezó con un incremento del 43%, que era lo que tenían previsto hasta que llegó el 13 de marzo, cuando se produjeron 42 anulaciones que supusieron que unas 14.000 personas dejaran de ir al Palacio de Congresos. A cambio sí se pudieron celebrar 25 eventos hasta el pasado 26 de enero.

Juan Salado (centro) con personal del Palacio de Congresos

¿Qué pasa en 2021? Hay eventos, evidentemente, pero las obras limitan las potencialidades del edificio. "Estamos dándole todo el rato a los pedales para que la bicicleta no se pare preparando contenidos en la parte cultural y congresual, haciendo muchísima promoción dentro de las limitaciones que hay y preparando todo lo que es nuestra hoja de ruta sobre la cafetería, la tienda y el resto de actividades previstas a primeros de 2022 para que cuando arranquemos el Palacio limpio de andamios estemos al 100% de la capacidad", ha señalado.

La idea es, por supuesto, actividades presenciales, porque es la esencia misma de ese espacio tan especial. "Nosotros tenemos un Palacio y nuestra obligación es vender el espacio que gestionamos", algo que tiene su reflejo directo en el contrato público-privado establecido entre la empresa y la Administración. Por lógica, y con todo lo que ha estado pasando, se está aplicando la digitalización en el Palacio y a la clientela se les ofrece la posibilidad de celebrar eventos en sistema híbrido, pero se quieren evitar eventos específicamente virtuales.

Y ya que la Junta ha mostrado la sensibilidad suficiente como para cobrar sólo una parte del canon en los peores momentos de la pandemia (durante 10 meses), cuando no había ni ingresos, la empresa quiere devolver el favor a la ciudad y se estan preparando para algo de peso. "Vamos a aguantar; estoy muy motivado y estamos trabajando mucho", hasta el punto de que "estamos generando contenidos propios, preparándonos para que cuando nos saquen de esta situación de pandemia tengamos contenidos propios para integrar el área cultural con el congresual dentro de este espacio".

Obras en el Palacio de Congresos

Por lo pronto, han encargamos la redacción de un libro, que lo está redactando Manuel Pimentel de la mano de Antonio Cuesta, en el que se pretende rescatar la cultura y la historia del edificio. No hay que olvidar que el actual Palacio de Congresos fue entre 1526 y 1850 un hospital y desde entonces hasta 1961 una casa-cuna. "Tenemos testimonios de niños que han vivido aquí con las monjas tras un torno y que van a formar parte del contenido del libro, y eso nos va a dar, además, la posibilidad de generar contenido para las visitas culturales dentro del espacio del Palacio que está permitido por contrato público".

Ahí se incluyen, por ejemplo, los frescos de la planta alta que se han sacado a la luz durante las obras de restauración y que podrán ser visitados por los turistas.

De igual modo, se ha encargadio a la empresa parisina mk2 (la de los cines, correcto) un triple proyecto audiovisual "potentes", en palabras de Juan Salado, con los que recuperar, precisamente, esa historia y cultura de Córdoba dentro del propio Palacio. Uno de ellos se basa en la realidad virtual, hay otro relacionado con la proyección de una película en 14 idiomas de traducción simultánea y una iniciativa de corte inversivo, es decir que no se limita a proyectar imágenes en la pared como hacen los mapping, sino que "se trata del mismo producto que hay ahora mismo en el Louvre de parís, en Versalles, en el Palais de Tokyo y en el estadio del Paris Saint-Germain".

Frescos aparecidos en el Palacio de Congresos de Córdoba

Desde que se cerró el Palacio aquel 13 de marzo la empresa trabaja en estas iniciativas que saldrán a la luz cuando sea el mejor momento. "Ni yo ni mi equipo hemos parado en lo que hemos podido, y, a pesar de los ERTEs rotatorios y todas las limitaciones, estamos más motivado que nunca. Esto es un reto, que demuestra que no veníamos con un proyecto descafeinado, sino que es muy serio y tenemos una responsabilidad con la empresa y con la ciudad", afirma Salado.

Se trata, por tanto, de convertir el Palacio en un producto turístico "muy potente", capaz de ayudar a la capital a salir adeñpante a través de sus 93 proveedores homologados que tienen y apoyándose, igualmente, en el Programa Embajadores, en el que ya hay 28 patronos y más de 1.500 embajadas "barriendo para la ciudad de Córdoba" de toda Europa, así como instituciones y personas voluntarias de Madrid, Barcelona o Valencia. Ahora se están también buscando a los cordobeses que viven en el extranjero a través de las 172 embajadas que hay en Madrid para tratar de involucrarlos también en el proyecto.

Ese trabajo y esfuerzo por parte de los comerciales, lograron el pasado año 181 visitas presenciales y 342 contactos comerciales. En 2019 fueron 280 las visitas en las oficinas comerciales de las embajadas, en empresas del Ibex 35 y en empresas de más de 500 trabajadores. Todo ello a través de la implantación de un CRM, que como todo el mundo sabe son las siglas de Customer Relationship Management (Gestión de Relaciones con Clientes) y que cobra forma de software de empresa que sirve para gestionar todas las comunicaciones, oportunidades, documentación y demás gestión con los clientes.

En fin, que el Palacio de Congresos se está poniendo las pilas para cuando la situación se lo permita convertirse en otro foco de atracción turística.