Cultura
FOTOGALERÍA: San Rafael y El Arenal vuelven a darse la mano en un domingo caluroso
Es cierto que en Los Villares había gente. No hubo fuego, pero sí comida ya preparada y muchas ganas de campo en un domingo Sanrafaeleño con sol y calor, a pesar de que se está en pleno otoño en esta Córdoba que siempre sorprende. Pero donde sí se pudieron ver llamas fue en el recinto de El Arenal, con gente que habitualmente sube a la Sierra, pero que gustan del ritual de hacer la comida in situ e ir comiéndosela a medida que se va haciendo, por lo que han optado por el recinto ferial (al que, por cierto, le sigue faltando sombra natural en forma de arboleda).
Muchas familias, con una amabilidad digna de elogio y con amplísimos corazones de anfitriones natos; que nadie se puede escapar sin probar un trozo de carne, un plato de arroz, unas migas y, por supuesto, una cerveza que hoy entraba como si fuera agua.
Es el espíritu de esta Córdoba con ganas de volver a vivir y que con cualquier excusa ya está en la calle para disfrutar de esa vida libre de cuatro paredes y al aire libre sorbiendo a grandes bocanadas todo el oxígeno que les pueda llegar a los pulmones. Que el cordobés medio no es de encerrarse en casa y con esta pandemia ha sufrido más que nadie.
Por cierto que había peroles, pero poco arroz ("lo dejamos para más tarde, a las cinco"). Muchas migas, panceta y salchichas para parar un tren y alguna que otra sardina (sin espeto, que esto no es la costa) y nada de prisas, que hay todo un día para prolongar la comida hasta que caiga la tarde y más allá.
Felicidades a los Rafaeles y Rafelas, que en El Arenal había, y muchos (cosa nada extraña en esta tierra de arcángeles).