Opinión

Otro año más

Otro año más que despedimos, y pronto iniciaremos uno nuevo, y nos preguntamos como siempre: ¿Cómo será? ¿Cómo empieza y cómo acaba? ¿Será el año prometido? ¿Será el año del empleo digno y la recuperación? ¿Será el año del despegue definitivo como prometieron algunos? ¿O será un año más de sufrimientos y de la espera interminable, del engaño y de las promesas incumplidas?

¿Se acallará el lamento de los sin hogar? ¿Se acabará la pobreza extrema y tantos niños sin comer? ¿Se eliminará el paro y la beneficencia, y volverá la esperanza a florecer entre tantas familias que sufren en silencio la cruda realidad de la pobreza? ¿Habrá luz para alumbrar la Nochevieja, para calentar el hogar? ¿O, de nuevo, vuelve el apagón y la oscuridad repentina por no poder pagar? ¿Habrá juguetes para todos, agua para todos y llegarán las ayudas a tantos dependientes? ¿Habrá sanidad para todos y volverán los que se fueron, los que emigraron en busca de un mundo mejor? ¿Se acabarán los desahucios, la hipocresía, la inhumanidad del capital y de los bancos? ¿Volverá a aflorar la sonrisa? ¿Volveremos a creer en la política y los políticos? ¿O, como siempre, será un año más de engaño y de promesas incumplidas?

Pronto el derroche de la luz vestirá la calle de colores, cantaremos al son del nuevo año a la espera de sus majestades los Reyes de Oriente. Los reyes que vienen cargados de alegrías y juguetes. ¿Serán bienvenidos como siempre? ¿O, esta vez, permanecerán esperando la apertura de alguna frontera solidaria de Europa? ¿Serán tratados como Reyes o como simples refugiados buscando protección? ¿Serán considerados Reyes o simples inmigrantes que aprovechan en busca de un futuro mejor?

Pronto sonarán las campanas anunciando el inicio del nuevo año, con abundancia extrema de alegría y brindaremos por su llegada; brindaremos por un año mejor; brindaremos por que vuelva la sonrisa a tanta gente que le abandonó hace años. Pronto vuelve el calor de la solidaridad y la esperanza. Seguimos esperando el milagro que llegó sólo a unos pocos. El milagro de una vida digna. Seguimos esperando la magia de la Navidad y la justicia social. Seguimos soñando, porque no nos queda más que soñar.