Con palabras y con hechos

En el último congreso de CCOO, por unanimidad, se acordó la inclusión del feminismo como principio estatutario del sindicato. Esto implica asumir el feminismo y la perspectiva de género en todas y cada una de sus políticas, de manera transversal, con hechos y no solo con palabras.

Pero las palabras son importantes y no me refiero a un lenguaje no sexista, que también. Me refiero a que las palabras definen, retratan realidades, las modifican… Por eso, CCOO declara su ineludible y firme compromiso con la igualdad real, de palabra y con hechos en los que la acción sindical ha sido fundamental. Hablamos de la reforma laboral, la subida del salario mínimo interprofesional o la de los salarios mínimos de los convenios, medidas, todas ellas, que han repercutido especialmente sobre las mujeres, porque son ellas las que sufren mayor precariedad laboral, las que ocupan mayoritariamente puestos de menor categoría y remuneración, las que padecen más contratación temporal y parcial y, por extensión, menores sueldos.

Son avances, pero somos conscientes de que los derechos son frágiles y nunca dejan de lucharse y defenderse. De ahí la importancia del trabajo cotidiano de las delegadas y delegados sindicales en sus centros de trabajo informando, asesorando, acompañando y negociando. 

Una negociación que es primordial para la implementación y evaluación de las medidas de los planes de igualdad, una herramienta que se constituye como pilar fundamental para avanzar en la consecución de la igualdad en el ámbito laboral. Es el momento de garantizar el cumplimiento normativo y de que las empresas pequeñas apliquen medidas y las grandes y las administraciones públicas negocien y también apliquen los planes de igualdad.

CCOO celebra estos días unas charlas en varias localidades de la provincia sobre la situación de la mujer en el mercado laboral y los retos que debemos asumir. No son retos muy diferentes a los que nos encontramos en otros ámbitos de la vida: Corresponsabilidad, igualdad de oportunidades, seguridad, salud, reconocimiento de méritos, imparcialidad, conciliación, etc.

Es necesario hacer a las trabajadoras y trabajadores cómplices del cambio y contar con ellas y con ellos para conseguir transformar la discriminación en igualdad. 

Conseguir la igualdad requiere de inversión porque las mujeres necesitamos recursos suficientes para tener una vida autónoma, un trabajo seguro, decente y con buenas condiciones laborales para conseguir estabilidad, una asunción corresponsable de los cuidados y las labores domésticas por parte del Estado y de los hombres para no estar sobreexplotadas y tener cierto bienestar.
Para CCOO todos los días son 8 de marzo pero aprovechando la fecha manifiesta su compromiso por llevar el feminismo a los centros de trabajo en sus múltiples formas y colocar los planes de igualdad como herramienta política del mismo. Asimismo, quiere con ello contribuir a ensanchar el feminismo sumando espacios y que las actuaciones en los centros de trabajo se añadan a la acción feminista que otros colectivos despliegan en la calle.

El feminismo no se deja la puerta de la fábrica ni de los centros de traba, Juntas somos más fuertes y así es como CCOO pasa de las palabras a los hechos.