Opinión

Des-democratizar la Democracia

Desde un modelo que se anuncia 'liberal', que nos dice que tienes que tener libertad para poder escoger y coger todo y tú te crees que realmente tienes libertad, en un modelo que se nutre a base de extraer el dinero de todas y todos, su mayor fuente de ingresos, solo tienes que ir al IBEX 35, parece que la libertad está muy bien siempre que el más libre pueda rapiñar los recursos de todas y todos con una arquitectura legal (corrupción).

Se engrosa el balance de las empresas privadas, educación privada y concertada, sanidad privada y concertada, mientras las arcas públicas van entrando en deuda o simplemente tienen menos recursos, pagando ingentes cantidades a los modelos privados con la excusa de que serán capaces de desarrollar una mejor gestión, por lo tanto, desde lo público delegamos multitud de medios haciendo que el negocio sea doble. Por un lado, engrosando el balance contable de las entidades privadas y, como consecuencia directa, en segundo lugar, debilitamos al Estado para operar, actuar, perdiendo capacidad, un Estado y una Democracia que supuestamente siguen indemnes, pero que cuando dispone de menos recursos pierde su independencia y, cuando se es dependiente, aunque a simple vista dispongas de unas Instituciones que puedan permanecer intactas, pudiera parecer que es el Estado el que manda, pero realmente quien da las órdenes, quien manda, es un tercero.

¿Se está privatizando la Democracia? Si utilizamos el verbo privatizar relacionándolo con la Democracia, quizás debamos retrotraernos a los años 80 de siglo pasado, al proceso que inician Ronald Reagan y Margaret Thatcher con la expansión y hegemonía del 'neoliberalismo' y cómo ese capitalismo global o globalizacion va a ser en realidad un proceso de privatización, no sólo como lo entendemos en lo que se refiere a los servicios públicos, escuelas, sanidad, etc, sino a la privatización de los 'Parlamentos' y, en general, de la capacidades políticas de la ciudadanía para 'autogobernarse', no sólo  su propia sociedad, también sus propios cuerpos.

Quizá más que hablar de la Democracia, que suena como idea abstracta y tendemos a idealizarla como a un ente superior, como a un dios, a mí me gusta más hablar de procesos de democratización y/o des-democratización.

Creo que en este proceso de des-democratizacion (privatización de la Democracia) que estamos sufriendo de todos los sistemas públicos, del agua, de la energía, del transporte, de las comunicaciones y de otros tantos bienes y servicios, va acompañada de la privatización del propio Estado que como palabra, como concepto, no pierde de cara  a la luz pública. Quien realmente pierde es la capacidad popular, la 'Demos' de Democracia, es decir, El Pueblo.

La expansión de los Lobbies, de los Tratados de Libre Comercio, TTIP, CETA, las grandes corporaciones en general, son esos terceros, que ya han privatizado los Parlamentos y sus Instituciones, es decir, los Estados y sus poderes (legislativo, judicial y mediático) con tabla rasa para sobornar a la gente, al pueblo. Democracia liberal le llaman.

Se nos llena la boca del término País, del término Patria, ondeando símbolos y dejamos en un segundo término el dolor de las personas que tenemos cerca, mientras a mí me vaya bien o no sea perjudicado..., eso sí, hemos de confiar en la mano invisible que mece  la cuna, lo llamamos 'Mercado', que se arroga el Poder (los terceros) y que te va soltando alguna migaja  siempre que les dejes actuar (libertad de comercio, libertad de mercado, libertades individuales).

La Democracia Liberal, a favor de ese mercado libre siempre que suponga una total comunión con el Capitalismo más rapiñero, manda en el tablero, gracias a que las y los pobres nos peleamos con las y los marginados, los penúltimos contra los últimos y saben que nunca miraremos en nuestras reivindicaciones, en nuestra lucha, hacia arriba.