Opinión

22 de abril, Día Mundial de la Tierra

Celebramos el día 22 de abril el Día Mundial de la Tierra y a estas alturas de siglo casi no es necesario convencer a la población de que el clima está cambiando debido a nuestro modelo de desarrollo siendo ya una verdad compartida por (casi) la totalidad de la población.

Si la conciencia de la existencia de un problema es real se hace necesario dar más pasos para enfrentarlo de una forma efectiva, consensuada y pronta que implique a todo el conjunto de la ciudadanía de tal forma que no quede en una declaración más al uso o de medidas adoptadas que se enquistan en la burocracia sin hacerlas realmente efectivas.

Por tanto nos enfrentamos a tres cuestiones que son claves en este problema: Cómo adaptarse a los cambios y retos que trae el calentamiento global (mayor número de tormentas, inundaciones, olas de calor o sequía), cómo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (mitigación) para desacelerar y, en última instancia, detener el calentamiento y cómo lograr un marco institucional estable de tal manera que, independientemente de quién gobierne los próximos años, tanto las medidas de mitigación como las de adaptación al cambio sigan adelante. Es decir, debemos sacar las medidas adoptadas de la justa lucha política en los ayuntamientos, comunidades, etc. Para ello nada más seguro que un consenso y toma de conciencia global de toda la ciudadanía.

Para enfrentarnos al mayor problema ambiental y social que tenemos ya en las puertas es imprescindible la unidad de acción entre todos los actores políticos, científicos, económicos y la sociedad simbolizada en los diferentes grupos civiles, vecindad, comerciantes, asociaciones, colegios profesionales, etc. para que todo el conjunto social pueda conocer los efectos del cambio climático a los que ya deberíamos estar enfrentando. Debemos acordar reducir los impactos, tener capacidad de gestionar los riesgos asociados y aprovechar efectos positivos y oportunidades derivados del cambio climático.

Establecer prioridades en medidas y acciones de adaptación con criterios claro, aprovechar y potenciar aquellas medidas ya adoptadas en los ámbito locales que contribuyen actualmente a la adaptación, creando sinergias con municipios vecinos y fomentando la colaboración entre los sectores públicos y privados así como colaborar con Diputación, Junta y Gobierno central en materia de adaptación.

Nuestras ciudades y pueblos no se construyeron ni se expandieron pensando en las consecuencias que el cambio del clima nos estaba trayendo. Sus planes generales estaban enfocados hacia el crecimiento más o menos ordenado de las mismas y no para amortiguar los impactos que se prevén ocurrirán. La vulnerabilidad, ante este nuevo desafío, lo vemos cada vez con más frecuencia en las noticias, pagando las consecuencias de falta de medidas preventivas de adaptación y de establecimiento de políticas efectivas enfocadas a la disminución de los impactos o al fortalecimiento y mejora de la capacidad de respuesta.

De ahí que es necesario ir tomando una serie de medidas a corto y a medio plazo que hagan de cualquier pueblo o ciudad andaluza la mejor adaptada al cambio que nos viene irremediablemente.

Diseñemos un mapa de riesgos de puntos donde se considere sea necesario una actuación previsora de inundaciones y otros impactos imprescindible para avanzar en el campo del análisis de riesgos e impactos e identificación de vulnerabilidades.

Elaboremos una revisión del PGOU para incorporar medidas y planeamientos no con el criterio exclusivo de previsión de uso del suelo y expansión de las ciudades y pueblos como hasta la fecha, sino para enfocarlo bajo la óptica de mitigación y adaptación al cambio climático.

Incrementemos la conciencia y participación ciudadana sobre el cambio climático en colaboración con colectivos sociales, para que la ciudadanía vea como necesarios y útiles los cambios que se van a producir en el municipio tanto a nivel de planeamiento como de actuaciones concretas que les afectará en un futuro cercano.

Exijamos la transparencia como fundamento democrático debe ser pilar fundamental de todas las medidas que se apliquen, por lo hay que establecer un mecanismo de toma de decisiones con competencias en materia de vigilancia, seguimiento y control de las medidas adoptadas.