Opinión

La Salud en el trabajo: ¿Problema o Derecho?

Como cada año, desde que se instauró por la ONU, el 28 de abril es el Día Mundial de la Seguridad y salud en el trabajo. No hablo de celebración, porque no hay nada que celebrar.

Tan preocupados estábamos con el virus que no hemos reparado en otras muchas causas de enfermedad y muerte que están pasando desapercibidas y, lo que es peor, desatendidas.

Es lo que está ocurriendo con la siniestralidad laboral.

Muchas personas, incluidos los miembros de AVAELA, pensábamos que los confinamientos domiciliarios y perimetrales, al reducir en gran medida la actividad, también reducirían en buena lógica las muertes en el trabajo. Pero la lógica, al parecer, no se cumple en el mundo laboral.

Así es, pues a pesar del incremento del paro en más de medio millón de trabajadores y con otros 900.000 en ERTE, hemos pasado de 695 muertes en 2019 a las 708 (casi dos diarias) del pasado año y, los últimos datos de los que disponemos en Europa (período 2015-18), indican que España, con un valor de dos muertes por cada 100.000 empleados está muy por encima de países como Alemania (0,9), Dinamarca (1,1), Grecia (0,7) o Países Bajos (0,5).

Insoportable ¿verdad?

En cuanto a las enfermedades laborales, según el informe anual del Observatorio de Enfermedades Profesionales de la Seguridad Social, en el año 2019, 269 empresas superaron los límites de siniestralidad (25 más que en 2018) y se registraron más de 32.000 enfermedades causadas por el trabajo, un 13,33% más que el año anterior, siendo las de mayor incidencia (más del 80%), las causadas por agentes físicos (posturas forzadas, movimientos repetitivos…). Por cierto, las mujeres las sufren en torno a un 3% más que los hombres.

Es de sobra conocido que 45 mujeres fallecieron el año pasado como resultado de la violencia machista. Lo sabemos, porque esta violencia se ha convertido (y ha sido un gran logro) en un problema social y político del conjunto de la ciudadanía. Sin embargo, ¿sabemos cuántas mujeres murieron en el trabajo? Pues fueron 52. ¿Por qué este dato no es de dominio público?

La respuesta no es complicada. La siniestralidad laboral aún no se considera un problema social y político. Es un problema oculto que sólo parece concernir al accidentado y a su familia. Por eso es importante el 28 de abril, no para celebrar, pero sí es un día para honrar la memoria de los trabajadores enfermos, heridos o fallecidos por causa del trabajo, para la prevención de enfermedades y accidentes laborales, para la sensibilización y promoción del trabajo seguro, saludable y decente y, como no, para recordar a todos los agentes sociales su responsabilidad: a los gobiernos, su tarea de legislación, inspección y control; a los empleadores su deber de asegurar que el entorno laboral sea saludable y seguro; a los trabajadores el deber de protegerse a sí mismos y a sus compañeros de trabajo; a los medios de comunicación, dar visibilidad a la siniestralidad laboral, , informando y aportando sensibilidad sobre las causas que la provocan; a los sindicatos su labor de seguimiento, denuncia y asesoramiento y a la ciudadanía, conciencia, exigencia y movilización.

Cumpla cada cual su función. Sólo así podremos pasar a considerar la salud y la seguridad en el trabajo como un derecho fundamental y básico, en lugar de considerarlo como un problema, como ocurre en la actualidad.