Opinión

Recuperar el sentido común

No hace mucho, el juez Calatayud pedía “sentido común a los políticos” sobre educación y menores, al objeto de no solo recuperar la autoridad paterna, sino utilizar ese sentido común para alcanzar pactos por la educación, con una “ley que dure una generación” y no cambie cada pocos años o cada vez que un nuevo gobierno se asienta en el país. Como todos sabemos, Emilio Calatayud Pérez es un abogado, escritor y magistrado español, juez de menores de Granada, muy conocido por sus sentencias ejemplares.

El sentido común indica razonamiento, incluye la reflexión y una actitud de estar siempre atentos a aprender. Significa ser humilde y escuchar las opiniones de los demás con respeto y apertura, pero con firmeza de criterio. La persona que lo posee, o mejor dicho, que sinceramente está en vías de tenerlo, ya que no es un concepto estático, vive integrando su experiencia personal en un proceso dinámico. Denota sabiduría y experiencia, no es impetuoso y adolescente. Y no es una cuestión de edad. Hay jóvenes, e incluso niños, con más sentido común que muchos adultos, incapaces de obrar como seres humanos.

En estos tiempos en que parte de la clase política del país se ha visto atrapada por eventuales acciones de corrupción y de financiamiento irregular, se vuelve imperativo que estos dirigentes, de manera transversal, vuelvan su mirada a las bases sociales. Y es que, en un diagnóstico de la realidad política actual, percibimos que desde hace algún tiempo la política se ha transformado en el poder por el poder, ha perdido su verdadero sentido que es administrar ese poder para estar al servicio de las necesidades de las personas y se ha profesionalizado del tal forma, que el servicio público, a los demás, ha dejado de formar parte de su vocabulario y de su acción, pasando a ser una profesión. Además, muchos percibimos que el panorama político que se está viviendo en el país, ha sido el caldo de cultivo ideal para que emerjan liderazgos de corte populista que nos pueden arrastrar a un inminente riesgo de caos social.

Creemos que debe de haber un reconocimiento de los errores y de los delitos que se puedan haber cometido, los dirigentes en particular y la clase política en su conjunto, deben empezar a hablar con claridad, transparencia y verdad. En parte, esto ha originado un distanciamiento de los partidos, los cargos públicos y las autoridades respecto a la sociedad. Y en la medida que lo anterior ocurra, los ciudadanos volverían a confiar en sus políticos y en sus autoridades, lo que permitiría la gobernabilidad y un proyecto político de país.

Y es por lo que demandamos a nuestros políticos que recuperen el sentido común como primera y máxima medida de su acción política, con el objeto de mejorar la práctica política. Y es que esa mejora tiene relación directa con volver a ejercer el poder político con miras a los ciudadanos y no con miras a satisfacer ansias de poder exclusivamente.

Todas las transformaciones que para el país son tan necesarias, requieren un proceso más reflexivo, en el que la puesta en marcha de estas reformas sea más dialogante, que considere todos los puntos de vista e incorpore a todos los actores sociales involucrados.

Les dejo esta cita para reflexionar, en la que la ironía de Descartes sabe reflejar bien el uso individual que hacemos del sentido común: “El sentido común es el bien más extensamente distribuido en el mundo: todo el mundo piensa que está tan bien dotado de él que, incluso los que son difíciles de contentar, no desean más sentido común del que ya poseen.”