Opinión

Original y copia. El bloque de Centro-Derecha Cordobés

La alternativa política, social y económica en Córdoba existe, más definida tras este mes de Abril tan complejo. Ante la parálisis de una ciudad provocada por una gestión (inexistente) y un proyecto de continuar cuatro años sin grandes aspavientos por parte de un alcalde 'modelo', existe una alternativa de izquierdas. Córdoba no es una isla, no estamos al margen de lo que pasa en el resto del país, en estas semanas donde el fascismo campa y avergüenza por debates, mítines violentos y provocadores, balas y amenazas. Un fascismo que en Córdoba ha puesto a quien gobierna y donde ha sostenido sus políticas estos dos años. Ni Córdoba es una isla, ni vivimos al margen de la deriva nefasta de polarización y enfrentamiento social que buscan los fachas.

El original discurso conservador, antiabortista, corrupto, taurino y capillita, gobierna Córdoba. Las copias que acaban de sumárseles no son oposición, sino muleta hasta 2023, Le han facilitado una campaña que dan por perdida, la copia, y dan por ganada sin dudas en el original.

Pero hay alternativa en Córdoba. La alternativa es una izquierda original, unida y reforzada, sin ambages ni tapujos, coherente y seria en la defensa de su modelo. El pacto de centro-derecha alienta al gobierno en descomposición actual, y deja al margen de una alternativa creíble a quien, coyunturalmente, ha sustituido en sus apoyos a la ultraderecha. Un soplo de oxígeno torpe a quien estaba entre las cuerdas con sus torpezas e irregularidades, su nula transparencia y su falsa apariencia de búsqueda de consensos por la ciudad.

Elegir entre original y copia es evidente para cualquiera. Mismas políticas, mismos objetivos, mismas estrategias significan misma visibilidad. Lo local llega a donde llega, al poco electorado politizado en lo municipal, pero hace daño a una nueva opción progresista y antineoliberal para 2023 a la ciudad. No se concibe ir contracorriente del resto del país, con la que está cayendo, con lo sufrido y con lo conseguido pese a las cabronadas de las ultraderechas y los medios de comunicación de la propaganda antidemócrata y racista, por no llamarla 'Nazi' directamente.

Elegir el original de la izquierda si es más fácil ahora, eso es evidente. Apelar a la movilización y a la conciencia social estos dos años siguientes, en la 'no-isla' de Córdoba, conlleva el esfuerzo de buscar las siete diferencias entre Gobierno y 'utilizados'. Cuando silban las balas, cuando la amenaza de la democracia está en alza, no valen postureos ni mensajes de falsa responsabilidad. O se está enfrente, o no se está. Todo queda deslegitimado cuando el apoyo es un 'rollo de una noche' con quien ha estado ligado a los extremismos fascistas desde el inicio, a donde todos saben que volverán pronto.

¿Compensa ser la copia de quien se ha dejado manosear con ideas reaccionarias porque se sienten a gusto en eso? Ser la copia no aporta nada, salvo poner más en valor al original, tanto si miras a la derecha como a la izquierda. El bloque de centro-derecha del 15 de Abril en Córdoba es, además de único en su especie, una malformación táctica llena de personalismos y vacía de mirada larga. Es, además, un intento de camuflar debilidades del espectro político del bloque en un intento insuficiente por parar la caída de un gobierno local al que, si montara un circo, le crecerían los enanos. Una copia errónea de lo que pasa en un momento político general donde la izquierda confronta con Ayuso y Monasterio, y que ni pacta, ni se sienta ni alienta sus 'cualidades' de consenso. Todo lo contrario que en nuestra ciudad, por desgracia.