Opinión

Artículo Periodístico 4.014º: 'Gastrocultura: Cachopo asturiano'

Digo y me digo a mí mismo, si nosotros los ibéricos tuviésemos otra mentalidad, habríamos convertido algunos alimentos en enormes cadenas internacionales de comida.

Reitero la idea, si tuviésemos una mentalidad más comercial, no sólo existirían grandes cadenas de comida con base en pizzas, hamburguesas, ahora el pollo, sino habría de la tortilla española, del cachopo asturiano, de la paella valenciana, del bocadillo de calamares, de...

Creo que existe un defecto y error en la cultura española, un defecto doble: Primero, de mentalidad en las casas y en las familias, que olvidamos que todo conocimiento puede tener un desarrollo teórico, pero también práctico, cualquier cosa puede tener un valor comercial. Esa mentalidad hay que aprenderla y aprehenderla en la familia –siempre que esa realidad sea legal y sea moral, no cualquier cosa–.

En segundo lugar, en los planes educativos reglados y no reglados, deberían enseñarse en temas o en asignaturas, la proyección comercial de la realidad humana. La realidad económica, y, por tanto, enseñar los rudimentos y las ideas de todo negocio, que puede ser aplicado a miles de cosas. Somos generaciones analfabetas a nivel económico y empresarial. Esta es la realidad, se salve quién se salve. Y, por tanto, nos pasa todo lo que nos sucede. Cataluña que no tiene esa mentalidad, es capaz y ha sido de subir y ascender económicamente. Todos debemos aprender y aprehender de Cataluña, de Alemania, del Reino Unido, de Norteamérica en este aspecto.

Dirán que esto no es pertinente, en artículos sobre comidas. Pienso que sí, porque no me fijo en sólo recetas, sino en el mundo que rodea y está dentro de la comida. La cultura, la historia, la geografía, la política, la economía de la comida. Evidentemente, solo algunas frases, porque una columna de ochocientas palabras, es una botella de vino bastante pequeña... Creo, y reitero, que el cachopo asturiano, la tortilla española, los huevos fritos, el bocadillo de calamares, y, decenas de otras comidas típicas o populares españolas podrían ser la base de cadenas de restaurantes de comida rápida, –concepto que no me gusta–, podrían tener la categoría semejante a las hamburguesas, las pizzas, el pollo frito… ¡Ahí, ahí dejo el guante que lo recogerá alguna empresa norteamericana... ¡Me imagino...!

Formado con los ingredientes de dos filetes de ternera, lonchas de queso, lonchas de jamón serrano, harina, huevos, pan rallado, sal, pimienta negra molida, aceite de oliva para freír, y, como ya es casi marca de la casa, fuego y aire, y recipiente para construirlo, y, plato para presentarlo...

A veces pienso y opino y estimo y creo, –no crean que utilizo estos verbos para mera retórica, sino que quiero expresar, que cada verbo tiene un significado, entre todos matiza, no es lo mismo decir solo creo, que solo pienso, pero si uno ambas cosas, se queda en un terreno intermedio, es natural en mí, esta figura retórica, así pienso, en el lenguaje oral, evidentemente, no puedo utilizar tantas palabras, en este caso verbos, en el diálogo normal de la calle–. Porque al leer usted un texto de este modesto escribiente, usted se está introduciendo en la conciencia del escritor, y, también, en su propia conciencia, que ese es el objetivo. El tema es importante, la intellectio de la retórica clásica, pero es para mí, más esencial, que usted se conozca un poco mejor a usted. Y, para eso, unas frases sobre comida pueden ser pertinentes... No lee usted este texto, para decir, que listo y culto es este escribiente, sino para usted entenderse mejor a usted mismo...

El cachopo opino-pienso-juzgo es como una especie de bocadillo, pero en vez de poner pan en las fronteras de los ingredientes, es separado por filetes de ternera, dentro se incluye jamón y queso, y todo se reboza de harina con huevo y pan rallado, también se le añaden para presentarlo en el plato final, champiñones o pimientos o patatas, lo que se llama guarnición –pregunto a la audiencia, porqué le han puesto esta palabra y término a un ingrediente que forma y conforma y está en la estructura de muchas comidas, guarnición, palabra militar, tendrá algo que ver, la milicia en esto, cosa que tendríamos que hablar, al final, los ejércitos han dado sus toques a las comidas, por ejemplo, ahora que tanto se habla de Napoleón, si mi memoria no me falla, incentivó las conservas para que su ejército tuviese comida sana, y no se pusiese enfermo...–.

Los dos turistas y medias naranjas han estado varias veces en el Reino de Asturias, también una vez en Covadonga. Recuerdo bien que cerca de la catedral de Oviedo, en una calle empinada, en un restaurante, ponían mucha comida, en un plato central, y cada uno se servía lo que quería arrastrándolo a un plato personal e individual. Ese detalle, siempre lo he tenido y recordado,  desde que se produjo. Esa idea, no sé si es general en la Asturias real y profunda, pero siempre me ha llamado la atención, y creo que es bueno aquí recordarlo...

Decía, el maestro Cela, porque estemos o no estemos de acuerdo con su ideología, tampoco la estoy totalmente con Quevedo o Lope de Vega o Calderón o Tirso de Molina, y, los citamos como grandes maestros. Decía el maestro Cela, que había dormido en todas las capitales de provincia de España. Nos quería decir, quizás muchas cosas, una de ellas, es que conocía bastante las provincias, no solo el centro del Reino de España, sino las provincias. En las provincias está una gran riqueza cultural y culinaria e histórica, que no reconocemos.

No reconocemos que la mayoría de personas que viven en las grandes capitales, al menos, ellos o sus abuelos o sus bisabuelos vivían en pueblos y aldeas rurales... Nuestros orígenes de la inmensa mayoría de los que vivimos y existimos en Iberia son rurales... Rurales en el sentido que somos de pueblos y aldeas de menos de cinco o diez mil habitantes... ¡Aunque ahora, algunos y algunas sean ministros del Reino de España, o sean ejecutivos de empresas internacionales, si miran hacia atrás, sus abuelos o bisabuelos o padres o tatarabuelos, alguno o algunos lloraron la primera vez, en alguna aldea o algún pueblo, que corría al lado, un riachuelo y algún bosque o alguna llanura de cereal o de viñedos o de olivares o de pinos...!

Terminaremos con una etimología histórica, cachopo indican las fuentes que es una palabra latina, caccabum, que significa recipiente, y, tiene una relación con los troncos de los árboles huecos, que a su vez se hicieron recipientes donde se guardaban herramientas del campo.