Opinión

Artículo Periodístico 3.805º: 'Ni Fuh, ni Fah y Julio Camba'

Casi todos los que están metidos en este mundo del articulismo, sabe que Ni Fuh, ni Fah, es un libro antológico de artículos o columnas periodísticas de Camba.

Es una extrañeza de la naturaleza cultural, que pones o quitas una coma o una palabra en un título, y, lo que se inserta dentro, cambia. Puede que no pongas el título al principio, pero lo llevas en la cabeza, o, quizás, simplemente una tesis y después pones el título. Porque el título, el tema, la tesis y la conclusión, muchos creen que están interrelacionadas, y, lo están, pero no siempre. Puede que esa tarde o noche o mañana el escribiente, sea más anarquista con las palabras o las ideas o sea más sistemático.

Cuánta realidad o cuanta realidad-verdad se puede expresar, en cada época o tiempo. O, cuánta podemos o somos capaces de aceptar, siguiendo, el enunciado de Nietzsche. Pues, me temo que muy poca. Todos los que escriben, unos más y otros menos, están condicionados por esa realidad. Por el público, por las ideologías del momento, por la historia personal, por el temor del pasado o del futuro. Porque sin moverte demasiado, le han dejado décadas en la cuneta de la historia (y) de la cultura. Por mil razones.

Con lo cual, lector y lectora, si lee una columna periodística o cualquier otro escrito, o escucha un texto radiado, sea del tipo que sea. Piense que el que habla, solo expresa parte de lo que siente o piensa o percibe. Y, esto, en todos los órdenes sociales. Si tuviésemos los bienes preternaturales, según teología, si la memoria no me falla, "todo lo que el otro piensa, lo captaríamos nosotros". Lo que haría, quizás, un mundo invivible, insufrible, inhabitable..., no soportaríamos tanto saber, de las verdaderas intenciones e ideas y voluntad del otro. Y, de nosotros en el otro. ¿O, sí o no, porque según esa hipótesis, todo el mundo tendría un nivel moral de bondad enorme, por tanto solo saldría del corazón lo bueno y la bondad..., aquí nos enfrentamos al problema del 'pecado original' y de la 'tentación original'?

Toda la vida he deseado redactar y publicar artículos de opinión, y, toda la vida me han estado negando esa posibilidad –cierto probaba cada cierto tiempo, no todos los meses, y, a veces, pasaban, cuándo volvía a intentarlo varios años, otras, lo pensaba, otras me presenté a algún director…-. En fin, si se acumulasen todas las cartas y correos electrónicos que he enviado a lo largo de la vida, decenas de miles, desde la adolescencia, me sepultarían en una montaña de papel. Quizás, cierta melancolía, tenga su origen en tanta carta y sugerencia expresada, y, tanta negada…

Supongo, que la mayoría de lectores/as, no serán conscientes de que estamos hablando en este artículo periodístico. Puede que piense que no tiene pies, ni cabeza, ni fuh, ni fah, puede que interprete como en un espejo, sus interioridades. Que este es el fin y la finalidad de esta columna periodística. Que reflexiones sobre si mismo. Que entienda y comprenda, que con las palabras velamos y desvelamos trozos de realidades externas e internas… ¡Al final, de que se puede hablar, de qué se puede escribir! ¡Dirán de todo! ¡Pero de qué se hace y cuánto se hace y cómo se hace…!

¡Todos los que se quejan, con razón, de la deriva de la sociedad política, quizás, no sean conscientes, de cuántos han ido dejando en las cunetas de sus pequeñas esperanzas y de sus historias, durante lustros y décadas...! ¡Muchos, que más o menos, contribuyeron con esperanza y palabras, para que emergiera el nuevo régimen, muchos y muchas que hicieron, mucho más de lo que se piensa o se cree, muchos después, quedaron olvidados en las cunetas de la historia, quizás, porque no tenían, no deseaban tener un trozo de cartón de siete por siete centímetros, con unas siglas, siglas según el lugar…!

Toda esa desesperanza se ha ido acumulando. Y, puede que ahora, el silencio sinfónico y atronador sea la respuesta de tantos y de muchos. Porque ya hicieron que naciera un nuevo ser y estar, con más sacrificios de los que se cree, aunque no estuviesen entre barras de acero, ni fuesen objetivos negativos para un régimen y otro. Pero esta razón, y, muchas consecuentes, de aquellos que han doblado el lomo de las neuronas y músculos y nervios, y, solo han recibido silencios, y fracasos, y, marginaciones.

Porque el Poder tiene muchos poderes y muchos poderes intermedios. Todo eso, lo entendería perfectamente el señor Camba. Que con su inteligencia preclara, no quería que le pillase en medio los choques de los egos y de los egotismos, y, por eso se marchó a Lisboa, de vacaciones, decía de vacaciones, para así no insultar a nadie, ni a nada, ni antes, ni ahora, ni después...

Camba, Julio Camba, tiene más de misterio y de enigma que de otras características y categorías. Fue capaz de sintetizar en cuatrocientas o seiscientas palabras, estados de la realidad, estados del ánimo, estados de la conciencia, estados de pesar y de pensar y del pensar. Quizás, como toda persona, tiene claros y obscuros, negros y blancos y todos los colores. Pero este es el problema de la cultura y Cultura, si nos fijamos solo en los hechos, quizás, no podríamos aceptar tantas fórmulas científicas y filosóficas y literarias del avance. Pero también es evidente, que muchas personas, han quedado agarrotadas y angustiadas y masacradas por los actos de grandes genios y genias. Podríamos citar a muchos...

¿Sabe usted de qué ha ido este artículo…? ¿Puede ser que haya ido sobre el tema de la angustia que en un modesto escribiente, le produce, que esto, esto que tanto costó, y, que no se valoró todos los esfuerzos, que esto, termine en el Rosario de la Aurora...? ¿Qué se podría escribir, para influir en que seamos capaces de entender que la paz y la paz sociopolítica y la paz con y en el Estado es el bien, uno de los tres bienes más necesarios para cada ser humano...?

¡Volvamos a leer a Camba, esos artículos de todos los colores...!