Opinión

Artículo Periodístico 3.618º: 'Tu cerebro-conciencia-inconsciencia-mente'

El sistema nervioso central y el periférico nos permiten relacionarnos con nosotros mismos y en nosotros mismos y con los demás y lo demás –mismidad, sociedad, naturaleza–.

Todo el mundo siente una serie de impulsos que emergen desde el interior, que todavía no sabemos descifrar totalmente. Indican que este, va a ser el siglo del cerebro, el descubrimiento del cerebro. Al final de este siglo, cientos de cuestiones, que han conformado y confirmado nuestro mundo, sabremos el por qué y el porqué y el para qué. Tendremos un mapa y la cartografía que nos permitirá entender nuestra mismidad. Muchos, indican, que cuándo y cuánto sepan todo del cerebro o mucho más que ahora, seremos más fácil de llevar hacia un lado o hacia otro. Pero también se curarán muchas patologías y errores de todo tipo…

Con ese doble sistema nervioso central-periférico nos relacionamos con nosotros mismos, con los demás, con la Naturaleza, con/en la Metafísica –tengamos o exista, o no esta realidad–. Por tanto, diríamos, que sentimos impulsos-pasiones-deseos-emociones que surgen desde dentro, unas nacen solo de dentro, otras de fuera que entran dentro y vuelven a renacer, otras, ya a cierta edad, ya no sabemos qué parte es de dentro y qué parte es de fuera. Y, las que emergen como lava del volcán interior al exterior y conciencia, que quizás, no todas somos conscientes, pues tenemos que luchar y dialogar con ellas. Tenemos que pensar: si son necesarias o son eficientes o son morales o no lo son…

Tenemos que interpretarlas. Y, lo hacemos, con distintas redes de comprensión. Una de ellas, son los conocimientos y conceptos e ideas, que consideramos verdaderos o erróneos, de la realidad. Sentimos un impulso, que surge desde dentro: degustar un kilo de jamón o beber un vaso de limonada en una tarde de agosto de la Mancha y en la Mancha. Y, tus sistemas de conocimientos, diríamos, tu saber instrumental, te indica enseguida, que conceptualmente, lo primero no es bueno según la salud, pongamos por caso es un sistema de valor eficiente instrumental, y, lo segundo, si lo es. Tenemos que pasar esa prueba, y, lo hacemos, muchas veces, en segundos. De ahí, la enorme necesidad de disponer conceptos e ideas y enunciados que sean verdaderos, distingamos, según el saber ortodoxo cuales son verdaderos y cuales no.

Y, en segundo lugar, vuelve a existir otro, sistema de valoración, otra red que calcula la eficiencia y la validez de ese impulso que sentimos desde dentro. Es lo bueno o lo bueno moral, la bondad de ese posible acto. Si me dejo arrastrar por ese acto, y, lo secundo en la práctica, pero lo valoro, desde la moralidad correcta, desde el bien moral correcto. En este caso, pensaremos, si tenemos un sistema moral correcto y adecuado, que degustar un kilo de jamón, es inmoral o amoral o antimoral, es caer en la gula, es una exageración de conducta moral. Y, el segundo, si disponemos en el entorno de mucho calor y en el interior de mucha sed, si es conveniente, también moralmente, para evitar males mayores, como golpes de calor, bajar la tensión o subir, tener problemas sanitarios pequeños o grandes…

Toda tu vida, entre muchos trabajos que realizas, unos remunerados y otros no. Es intentar ir conociendo tu mente-conciencia-inconsciencia-cerebro, cómo es esa máquina. La mayoría conocemos mejor como funciona el móvil o el vehículo o un cocido manchego. Conocemos más de esas realidades que de nuestro interior. Pero para ello, no solo debemos ser conscientes de nuestras pasiones-libidos-impulsos-sentimientos-deseos-emociones, todo ese mundo, que la psicología y la antropología y la moralidad, llaman el 'mundo de la irracionalidad', sino que debemos interpretarlos de forma correcta y adecuada. Tenemos que intentar ser y sentir de forma correcta, lo de dentro –que demasiadas veces, son respuestas conscientes o semiconscientes a los impulsos y efectos y estímulos que nos vienen de fuera, siempre estamos en un partido de tenis, entre lo de dentro y lo de fuera, dentro-fuera, fuera-dentro…–.

Y, tienes que valorarlo, bajo varios prismas, esencialmente son dos, existen más: el correcto entendimiento de ese impulso a nivel conceptual o de verdad-veracidad-verosimilitud, y, el correcto entendimiento y comprensión y valoración a nivel moral ético. Éste es el juego esencial de la vida y de toda la vida… Como comprenderá hemos puesto el caso o símil o ejemplo o metáfora, porque de todo eso hay algo, del jamón o del vaso de limonada. Pero pongan ustedes cientos de impulsos que sentimos cada día, a lo largo del día, a lo largo de la vida…

Esta del conocimiento de su propio cerebro-mente, esa es la gran lucha de la vida. No se tiene que ir usted a un monasterio de Oriente, no tiene que ir a comprar grandes libros de autoayuda… Sino que de forma rutinaria, sosegada, tranquila, debe ir conquistando conocimientos que sean más verdaderos, poco a poco, de todos los temas posibles, que su mente-conciencia, sea lo más verdadera en sus conceptos e ideas y enunciados. Y, esto hacerlo de forma pausada y tranquila, y, sin prisas y sin detenimientos, cada uno en sus circunstancias, cada uno con sus deberes...

Después, y, al mismo tiempo, ir valorando los actos de forma lo más correcta posible, ética y moralmente. Analizar la realidad y realidades, de dentro y de fuera, de la forma más correcta y ética y moralmente posible.

Tercero, después, cuándo se produzcan esos impulsos o pasiones, que nacen de dentro o de fuera que se introducen dentro, usted los valore conceptualmente de la forma más adecuada, y los valore lo más adecuadamente a nivel moral, y, por tanto, realice o no realice ese acto, según ese doble rasero y dimensión, sea lo más correcto, a nivel conceptual o de verdad, y, sea lo más correcto a nivel moral. Emerja el acto verdadero en sí y verdadero-bondadoso-moral en sí.

Si tiene media hora al día, olvide el móvil, siéntese en su sillón o silla o butaca, y deje que su mundo interior emerja desde las calderas de los volcanes de dentro. Déjese hablar desde su interior… ¡Paz y bien…!