Opinión

¿Una normativa que puede acabar con la bicicleta en la capital?

El decálogo planteado por el concejal de Seguridad, Miguel Ángel Torrico (PP), para la nueva Ordenanza de Movilidad en la capital cordobesa podría suponer la puntilla para el uso de la bicicleta en la capital cordobesa, a no ser que cambien algunas cuestiones.

Lo más claro es que una vez se ponga en marcha ni las bicicletas ni los ciclos con motor podrán transitar por aceras ni por zonas peatonales, ya que la clave de la nueva normativa local es el "respeto al peatón, que tiene siempre prioridad". Algo que podría ser totalmente lógico desde el punto de vista del transeúnte a pie, pero no tanto para un usuario de las dos ruedas y el pedal.

Motocicleta utilizando un aparcabicis

Por contra, los patines y monopatines sin motor sí pueden circular por aceras y zonas peatonales siempre con una limitación de velocidad y manteniendo una distancia con los y las paseantes. ¿Qué diferencia este tipo de vehículos, por ejemplo, de una bicicleta, que bien podría transitar por esos mismos lugares manteniendo también esa velocidad y esa distancia pertinente?

El caso es que la circulación para ciclistas a partir de entonces será por carril-bici o bien por calzada, por cierto sin necesidad de casco a partir de los 15 años ni tampoco de seguro. Para ello se van a crear diferentes tipos de carriles con limitación de velocidad para turismos y otros de motor a 50 kilómetros por hora cuando la vía tenga dos carriles por cada sentido; a 30 cuando haya un único carril por sentido y a 20 kilómetros en las plataformas únicas que se están implantando a lo largo y ancho del Casco Histórico.

Moto eléctrica en un aparcabicis

Punto número uno. Falta muchísimo para que haya una red completa de carriles bicis que permita a un ciclista recorrer la ciudad sin (relativo) peligro salga de donde salga y vaya a donde vaya. Por cierto, que la red existente requiere de una reforma a fondo y únicamente se podría aplaudir el tramo nuevo que recorre el espacio entre Llanos del Pretorio y la Avenida de Barcelona circulando por Ollerías y Ronda del Marrubial. Todo un ejemplo a seguir en materia de asfaltado y señalización.

Punto número dos. No son pocos los veladores de restauración y los vehículos, especialmente los de carga y descarga, que estacionan en los carriles-bici adyacentes a la calzada. Uno podría decir que una forma de evitar que eso ocurra constantemente es hacer uso del vandalismo inmediato (nada recomendable), pedir amablemente que se retiren los vehículos y veladores de la zona (con respuestas que provocan de nuevo el uso del vandalismo inmediato, que sigue siendo muy poco recomendable) o bien advertir que se va a llamar a la Policía Local con una instantánea hecha con móvil de la situación para demostrar hechos.

Un ciclista pasa por la ya peatonal Capitulares

Todo eso supone un riesgo para la integridad física del ciclista, al transformarse en la típica escena de competición de estrógenos o testosterona, pero sobre todo y por encima de lo anterior, una auténtica pérdida de tiempo, que todo el mundo sabe que no sobra, precisamente.

Punto número tres. Más de un peatón, con toda la razón del mundo, por cierto, podría decir a los ciclistas y demás usuarios de vehículos de movilidad personal, "pues vayan por la calzada". Máxime cuando por culpa de unos pocos locos que se pasan por el arco de triunfo la buena convivencia con el que camina a pie se estigmatiza a todos los ciclistas.

Y la respuesta, también totalmente revestida de razón, sería "No, lo siento. Es un auténtico peligro, habida cuenta que los turismos en Córdoba no están en absoluto acostumbrados a compartir el espacio con vehículos sin motor", a los que consideran estorbos en lentitud, que les hacen peder semáforos en verde.

Un ciclista en una acera

En más de una ocasión, éste que suscribe ha sido acosado por un turismo que aceleraba cada vez más para que me apartara subiéndome a una acera (con su correspondiente insulto posterior al acosador@) para que el/la conductor@ recuperara para sí el asfalto ¿Se imaginan a alguien haciendo eso en hora punta con una padre o una madre que lleva en bicicleta a sus hijos al colegio?

Punto número cuatro. ¿Cuál es la razón de que alguien use bicicleta en Córdoba? Evidentemente, entre ciclistas se suele hablar y cada uno aporta su respuesta, desde quienes quieren evitar emisiones a al atmósfera, pasando por los que quieren hacer ejercicio al mismo tiempo que se desplazan por la ciudad y, por supuesto, están (en mayoría) los que necesitan moverse rápido por la ciudad en un ritmo de vida cada vez más rápido, frenético y estresante que supone ya el bien entrado Siglo XXI.

A éstos últimos decirles que tienen que empezar a circular por calzada y respetando las señales y semáforos (como no podía ser de otro modo), pero con una velocidad bastante menor que un turismo normal ya no les seducirá para nada la idea de usar la bicicleta.

Ciclista en zona peatonal

Es más, en muchos casos, si no se puede ir por aceras para atrochar o por zonas peatonales para evitar semáforos y acortar tiempos no les va a merecer la pena ni siquiera sacar la bicicleta a la calle, con lo que la alternativa será la vuelta al motor (es de esperar que en su mayoría al servicio público, pero no pocos recuperarán sus propios turismos).

Punto número cinco. Según ha expuesto Miguel Ángel Torrico esta mañana, no se puede dejar la bicicleta en cualquier sitio. No. Pero no es por la ordenanza, sino por la propia normativa actual. De hecho, SÓLO se puede dejar estacionada en los aparcabicis que hay repartidos por la ciudad (algunos de los cuales se encuentran enterrados bajo toneladas de vegetación o son utilizados por motocicletas).

Aparcabicis bajo arbustos

Eso significa que nada de atar las bicis a semáforos, árboles, papeleras, señales ni similares. Y seguimos con un problema serio de que no en todas partes de la ciudad hay aparcabicis o soportes para bicicletas, y en algunos casos hasta los utilizan motoristas para dejar aparcadas allí sus motos.

En definitiva, mucho habrá que pulir el futuro texto para que un número significativo de ciclistas la acepten y apuesten por seguir desplazándose sobre dos ruedas, entre otras cuestiones porque lo que no se ha dado a conocer hoy son las posibles sanciones que acarrearían las infracciones a la norma. Y si a las dificultades anteriores se les añade un daño al bolsillo del cordobés medio... Eso ya sería la puntilla.