Opinión

Andalucía, tierra de oportunidades

Como cada 28 de febrero los andaluces tenemos la oportunidad de reivindicar con orgullo nuestro pasado como pueblo, pero también nuestro presente y nuestro futuro.

Este 28 de febrero además se cumplen 40 años desde que Andalucía aprobó su Estatuto de Autonomía en un referéndum que nos dotó de un autogobierno para avanzar en el Estado de Bienestar que este año se ha mostrado más necesario que nunca.

Es un hito que cosechamos hace 40 años y que no es revisable. Tenemos ya una autonomía suficientemente madura como para reconocer sus propias amenazas que nos llegan de quienes quieren aprovechar nuestras instituciones para confrontar a unos andaluces con otros con el único objetivo de hacer ruido. Los andaluces no nos podemos entretener en debatir con quienes no creen en nuestra autonomía.

Y es que el presente de nuestra tierra tiene un reto especialmente difícil que pasa por recomponernos de una pandemia que nos ha golpeado muy duro. Lo más grave, sin duda, las pérdidas humanas, la enfermedad, el dolor de tantas familias. Nuestra fortaleza, la respuesta cívica de la mayoría de la ciudadanía y, sobre todo, el esfuerzo de nuestros sanitarios que se han dejado la piel por todos y todas. Si bien la vacunación nos deja entrever a esperanza de recuperar la normalidad sanitaria en un horizonte ya no tan lejano, las consecuencias económicas y sociales van a  tardar mucho más.

Es ahí donde tenemos que incidir, en aprovechar todas las oportunidades para resurgir de esta crisis con fuerzas renovadas, reconociendo, en primer lugar, la necesidad de reforzar unos servicios públicos que se han demostrado fundamentales y utilizando todas las palancas de cambio para avanzar hacia un futuro más próspero para todos y todas.

Avanzar hacia una Andalucía mejor requiere pensar con la mirada larga y sin complejos. Tenemos una tierra única que puede y debe avanzar hacia un futuro sostenible, adaptándonos a las estrategias que nos señalan desde la Unión Europea, una tierra en la que todos los hombres y mujeres tengan su oportunidad de desarrollar una autonomía plena en esta segunda década del siglo XXI.

Sin ruido y con consenso hay que avanzar hacia un fortalecimiento de los servicios públicos de nuestro estado del bienestar, como decía, pero también hay que dar una vuelta de tuerca para seguir luchando por  una sociedad más abierta, solidaria, verde, feminista y, sobre todo, más moderna.

Por ejemplo, es fundamental que a la vez que la movilidad se restablece, mantengamos todos los esfuerzos hacia un turismo más sostenible. Que Andalucía es un destino único, variado y diverso está fuera de toda duda. Conseguir que todo este potencial revierta en el avance de una sociedad más justa, sigue siendo un desafío.

Nuestro sector agroalimentario, que se ha demostrado como una cadena bien engrasada durante la pandemia, tiene que seguir avanzando hacia una modernización y digitalización, para seguir abasteciendo al mundo de nuestros alimentos de calidad desde el prisma del siglo XXI.

Y tenemos que utilizar todas las herramientas disponibles para que nuestra industria evolucione en los paradigmas digitales en los que ya se desenvuelve el mundo para mejorar nuestra competitividad.

En Andalucía hay futuro. Andalucía volverá a levantarse con su propia fuerza para hacer frente a esta crisis. Los andaluces y andaluzas afrontamos la madurez de nuestro autogobierno reconociendo el camino que hemos hecho y el que nos queda por recorrer para seguir haciendo de Andalucía una tierra de oportunidades adaptadas al presente y, sobre todo, al futuro.