Opinión

Sarampión, o el peligro de la ignorancia

Durante los últimos años han crecido los grupos que consideran que las vacunas son innecesarias e incluso peligrosas y que detrás de ellas hay una confabulación planetaria que implica a la Organización Mundial de la Salud (OMS o, del inglés, WHO), los gobiernos de diferentes países, las autoridades sanitarias y, como no, las grandes farmacéuticas. Así, para estos grupos, tras las vacunas hay un complot para gastar dinero, diezmar a la población humana, o causar penas y daños a nuestros hijos para matarlos poco a poco. De todo hay en el mundo antivacunas. De nada sirve que los datos demuestren que el uso de las vacunas reducen drásticamente la incidencia de las enfermedades a las que van dirigidas y de nada sirve que se hayan realizado cientos de estudios que demuestran su fiabilidad. Pero les voy a dar la razón en algo; sí que existe una confabulación mundial. Los virus están confabulados para atacar a nuestras células y aprovecharse de ellas para aumentar su población y luego matarlas para que salga su numerosa descendencia y eso ocurre en todas las personas de todos los países.

Uno de estos virus es el que causa el sarampión, una enfermedad muy grave y contagiosa, Según la OMS, en 2015 el sarampión produjo un total de 134.200 muertes en todo el mundo, o lo que es lo mismo, 15 muertes por hora y la mayoría de ellas en niños menores de 5 años. Preocupante, ¿no? El problema es que contra la enfermedad no hay tratamiento sino cuidados paliativos hasta que la infección remite. Pero la enfermedad puede provocar efectos desastrosos provocando graves diarreas, encefalitis o neumonía que causan la muerte. El único tratamiento es preventivo y consiste en la vacunación que, afortunadamente, va aumentando progresivamente en todo el mundo.  

A pesar de conocer la peligrosidad del sarampión, en países desarrollados como Estados Unidos o Europa crecen los grupos de antivacunas que consideran la vacunación innecesaria o, peor aún, peligrosa. En un anterior artículo ya presenté las muchas razones por las que están muy equivocados pero siguen ahí con su mantra. Por casi todos es sabido que el sarampión casi ha desaparecido en muchos países desde que comenzó a utilizarse la vacuna contra esta enfermedad y en otros países donde la enfermedad es endémica la incidencia bajó enormemente. Pero estos datos no sirven para los grupos antivacunas que consideran que la vacunación no es necesaria y que lo mejor es someterse a la forma “natural” de inmunizarse: padecer el ataque inmisericorde el virus que causa la enfermedad. Y digo esto porque, a pesar de los esfuerzos de las instituciones sanitarias de los países europeos, el sarampión repunta en Europa incluyendo a España.

Según los datos de la OMS, desde el 1 de Enero de 2017 hasta el 28 de Marzo se produjeron 500 casos de sarampión en toda Europa. Los casos de nuevas infecciones aumentaron debido a que en países donde el sarampión es endémico (Francia, Alemania, Italia, Polonia, Rumanía, Suiza o Ucrania), la cobertura con la segunda dosis de vacuna contra esta enfermedad fue menor del 95%, un nivel considerado por la OMS como de riesgo para la aparición de nuevos casos. La misma OMS indica que en Rumanía se dieron 3400 casos desde Enero del 2016 hasta el 10 de Marzo de 2017. Pero lo más preocupante fue que de esos casos, 17 personas murieron. Otra parte preocupante se encuentra en que las 3 cepas de virus del sarampión encontradas en Rumanía no se habían encontrado antes en ese país, por lo que venían importadas de otros países. Por otro lado, en Italia se dieron 850 casos en 2016 y los 238 casos de 2017 indican que este año posiblemente se rebase esa cifra. Y más recientemente, justo hace unos días, una chica de 17 años y no vacunada falleció en Portugal en un brote de la enfermedad que afectaba a más de 20 personas en el país vecino. La chica se contagió a partir de un niño de escasos meses de edad que no había sido vacunado y, preocupantemente, su hermana menor, también no vacunada, mostró síntomas de la enfermedad pocos días después. En Estados Unidos, a pesar de haberse considerado que el país está libre de sarampión años atrás, en los últimos años los casos han crecido a partir de cepas importadas por viajeros afectando especialmente a personas no vacunadas. Creo que no hacen falta más muestras para demostrar lo contagiosa y peligrosa que puede ser esta enfermedad.

En esta historia, España no queda atrás, en febrero de este año se produjo un episodio infeccioso en Barcelona causado por una cepa importada de China, 21 personas de entre 24 y 54 años y dos niños se contagiaron aunque no se produjo ninguna muerte. Y creo que todavía debemos tener en nuestra memoria el brote de Granada de 2010 en el que varias decenas de personas fueron contagiadas e incluso algunas de ellas con necesidad de hospitalización. Pese a eso, la justicia tuvo que intervenir ante la negativa de muchos padres a vacunar a sus hijos.

Creo que esos datos son preocupantes, pero parece que a los antivacunas no parece preocuparles nada de nada ya que no consideran que vacunarse contra este virus sea importante. De hecho, incluso hay quien duda que el sarampión sea causado por un virus. Hace un par de años, un biólogo negacionista alemán, Stefan Lanka, fue condenado por un tribunal alemán a pagar 100.000 euros a David Baredens, un médico también alemán que demostró que el sarampión se debe a un virus. Lanka afirmaba que esta enfermedad no está causada por un virus y desafió a cualquier persona que lo demostrase con un premio de 100.000 euros. Obviamente cualquier razonamiento científico basado en pruebas publicadas no le sirvió al Sr. Lanka por lo que el caso acabó en los tribunales y los jueces le obligaron a cubrir su apuesta. Lo malo del Sr. Lanka no es que haya obviado las miles de evidencias que ya se habían demostrado, sino que es Biólogo. Yo le habría condenado a perder el título y tener que cursar de nuevo la carrera. Semejante barbaridad me produce vergüenza ajena.

El caso del Sr. Lanka demuestra claramente que no podemos dejar nuestras decisiones en manos de charlatanes. Cualquier médico sabe que el sarampión es una enfermedad muy contagiosa incluso antes de que comiencen a verse las pústulas en la piel causada por un virus. Bueno, cualquier médico no, porque hace unos días al Dr. Roberto Gava de Italia se le expulsó de su Colegio profesional por oponerse a las vacunas y recomendar a los padres que no vacunaran a sus hijos. Según la nada sospechosa página de Medline Plus el único tratamiento contra la enfermedad consiste en la vacunación y no vacunarse pone en grave peligro de contagio a aquellas personas con el sistema inmunológico deprimido como personas con cáncer o ancianos. De hecho, el único caso de muerte por sarampión en Estados Unidos en los últimos años fue el de una mujer en 2015 que presentaba un cuadro de depresión del sistema inmunológico. Parece que estas evidencias no convencían al Dr. Gava, aunque, como todo en medicina y biología, las evidencias son tozudas.

Por todo esto creo que es evidente que debemos pedir a nuestras autoridades que incidan en la necesidad de la vacunación para prevenir el contagio con estas enfermedades. Aunque es preocupante que ciertos movimientos políticos emergentes como el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) en Italia o Unidos Podemos en España muestren tibieza y algún coqueteo con los movimientos antivacunas. Un reciente post de Unidos Podemos Ciencia en facebook indicaba que en Galicia el 67% de los casos de mortandad por gripe se habían vacunado, entiendo que en un confuso intento de desprestigiar el programa de vacunas. ¿Y? ¿Eso demuestra que la vacuna no es eficaz? Ante eso yo me pregunto qué hubiese pasado si no existiese la vacuna ¿Cuántas muertes se hubiesen producido? Seguro que muchas más pero eso no entra en la discusión.

Creo que he ofrecido suficientes datos como para sostener que el no vacunar a nuestros hijos es arriesgar su vida y la vida de otros al ponerlos en riesgo de sufrir enfermedades que pueden acabar en muerte como el sarampión que, dicho sea de paso, un servidor sufrió en su infancia con toda su crudeza. Todas las “razones” de los grupos antivacunas han sido refutadas por el conocimiento científico pero ellos siguen erre que erre. Obviamente las vacunas tienen efectos secundarios, pero no suele ser lo normal y, hoy en día, son el tratamiento médico más efectivo y seguro. Desde aquí lo quiero decir muy claro: los virus pueden matar, no vacunarse puede hacer que mueras y, lo más importante, la ignorancia mata y lo peor de todo es que la ignorancia a pesar de las evidencias mata de la manera más absurda.