Opinión

Ozonoterapia por dictamen judicial

Tras casi dos años de pandemia casi nadie ve aún la luz al final del túnel pero la luz está ahí aunque con tanto flash no se percibe. Una vez que nos demos cuenta que las vacunas están evitando que enfermemos de una forma grave y que incluso muchos ancianos están protegidos, comenzaremos a ver la luz, radiante, que aumenta su luminosidad conforme nos acercamos al final de esta pesadilla.

Mientras esto ocurre algunos siguen poniendo piedras en el camino, dinamitando el túnel o haciendo negocio a partir de la desesperación de los pacientes y de sus familias. Business must go on.

Aparte de charlatanes de tres al cuarto que venden pócimas y lejía que sirve para el autismo, el sida, el ébola o para la Covid (como si todo fuera lo mismo) y de conspiranoicos que van cambiando la fecha de defunción de los que nos hemos vacunado o de aquellos que se creen cualquier pamema sobre magnetizaciones, grafenos (sin saber lo que es) y chips, ha aparecido otra versión nueva, la del juez que ordena terapias compasivas sin serlo. Pseudoterapias por orden judicial en contra de la evidencia científica y médica; un nuevo atentado contra el sentido común.

Supongo que habrán tenido constancia de la orden judicial que ha permitido que un señor haya sido tratado con ozonoterapia en el Hospital de la Plana de Villareal en contra de cualquier dictamen ético o médico. Casi medio mes después el juez ha dictado otra orden que cambia la primera y argumenta que su decisión (la suya) iba en contra de los protocolos médicos basados en la evidencia científica y avalados por las agencias del medicamento, incluyendo la española. ¡Qué cosas! Como si eso no se supiera desde hace años. Eso sí, el paciente, en todo este tiempo, ha disfrutado de asistencia de los profesionales médicos y de enfermería del hospital público. Seguro que eso ha influido importantemente en su curación aunque haya quien se apunte el tanto pese a su terapia.

A esto que viene otra juez, esta vez en Barcelona, y decide lo mismo para otro paciente. Debe ser una moda: terapias absurdas a la carta pagadas por la sanidad pública.

Lo suyo sería que los pacientes hubiesen seguido el tratamiento en las clínicas privadas que llevan a cabo este tipo de terapias sin ningún sentido médico, biológico, químico, físico o común. No es lo mismo arriesgarse a este tipo de terapias sin tener el colchón de los sistemas públicos de salud y de sus profesionales sanitarios. Obviamente no es lo mismo. Pero como decir que algo no sirve así como así no es adecuado desde un punto de vista científico vamos a argumentar.

¿Qué es el ozono?

El ozono es una molécula formada por tres átomos de oxígeno unidos entre sí. Se forma al romperse una molécula de oxígeno molecular (O2) y cada uno de los dos átomos liberados se unen a otras dos moléculas de oxígeno molecular dando lugar a dos moléculas de ozono (O3). En la atmósfera esta reacción se produce mediante el impacto de los rayos UV y otros más energéticos sobre las moléculas de O2 y el ozono se queda en capas altas actuando como filtro para estos rayos. Gracias al ozono en la estratosfera (15 a 50 Km de altitud) no nos achicharramos con los rayos UV, pero de eso hablaremos en otra columna.

A nivel del suelo, el ozono es uno de las moléculas principales de la contaminación que causan irritación y daños en los pulmones. El ozono es una molécula muy inestable y reacciona con cualquier otra molécula provocando reacciones de oxidación. Con las moléculas orgánicas provocan auténticas cadenas de oxidación como las que afectan a las membranas celulares provocando peroxidación lipídica, uno de los principales factores de daño oxidativo asociados con una multitud de enfermedades crónicas, metabólicas y con el propio envejecimiento.

En conclusión, el ozono es una molécula a evitar a toda costa ya que su capacidad para oxidar las moléculas de las que están formadas nuestras células es enormemente alta y podría dañar las membranas celulares, las proteínas, los azúcares y el ADN e incluso provocar mutaciones.

Por todo ello llama mucho la atención que alguien esté dispuesto a meterse ozono en su cuerpo o mezclar sus células con este compuesto altamente reactivo y oxidante. Si quieren más información, vean este interesante vídeo de alguien que sabe muy bien lo que dice.

La ozonoterapia, una pseudoterapia sin pies ni cabeza y muy cara

Con el revuelo montado con esta historia alguna cadena televisiva tuvo a bien entrevistar al Doctor Juan Carlos Pérez Olmedo, el ozonoterapeuta, y lo contrastó con el biólogo y divulgador científico Fernando Cervera. El más profundo argumento que usó el ozonoterapeuta fue el de llamar burro al biólogo. Y lo llamó burro por no entender lo que era la ozonoterapia según él ozonoterapeuta. Yo tampoco la entiendo así que ya ven ustedes el nivel que debemos tener los biólogos que andamos con moléculas, agentes oxidantes y reductores, metabolismo, células y cosas por el estilo.

Así que he intentado informarme bien y tenía a mano en mi casa un libro del Dr. Rafael Torres Collado, Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valencia y, entre otras cosas, Presidente de la Asociación Española de Médicos Naturistas cuando se editó el libro titulado 'El top 10 de la salud. Vive sano, vive bien' editado por ediciones i en 2016 (ISBN: 978-84-944533-4-2). Este libro dedica el capítulo 8, escrito por el Dr. José Luis Cidón Madrigal, un conocido naturópata que ejerce en Madrid, a la ozonoterapia con el título 'La energía de la vida: ozonoterapia (páginas 167-182)'. Ya ven, me he ido a las fuentes.

Conociendo de primera mano lo que es el estrés oxidativo, lo que son los radicales libres y las especies reactivas de oxígeno y lo que son las reacciones de oxido-reducción que ocurren en las células, el capítulo me puso los pelos de punta desde el principio hasta el final. Desde que se afirma que el hombre de Atapuerca notaba cómo las tormentas limpiaban el ambiente mediante el ozono hasta que se afirmaba que los diferentes tratamientos con ozono sirven para tratar enfermedades tan dispares como los resfriados, el cáncer, la diabetes, el reuma, las infecciones, etc, etc... y, como no, el envejecimiento. Nada, una panacea que no habíamos visto los científicos.

La base de todo esto, según este capítulo está en que en las enfermedades y en el envejecimiento empeoran porque falta oxígeno en la sangre. Para ello se suministra ozono para oxigenar. El problema es que se confunde oxigenar, que es aumentar los niveles de oxígeno, con oxidar, que es lo que hace el ozono. Comprenderán que son dos cosas muy diferentes y con efectos muy diferentes sobre la vida y la salud. Llama la atención que los naturópatas con formación médica no lo entiendan así.

El ozonoterapeuta vende su terapia diciendo que sirve para matar virus y bacterias. Se olvida que, biológica y químicamente, la composición orgánica de estos microorganismos es la misma que la de nuestras células por lo que si el ozono reacciona contra estos organismos también lo hace con nuestras células y las ataca. No es un viricida o bactericida, es un biocida (mata organismos vivos) y por eso se usa como desinfectante de aguas. Es decir, es tóxico para nuestras células. Su mecanismo de acción no es amplio, es brutalmente inespecífico.

Pese a esta evidencia química y biológica muy clara, pretenden usar una mezcla de un 2% de ozono en oxígeno para infusionarlo con sangre extraída de los pacientes (unos 100 a 200 ml) y devolverla al cuerpo con la intención de 'oxigenar' y hacer que los tejidos se 'oxigenen'. A eso lo llaman autohemoterapia. Pues va a ser que no. La hemoglobina se une al oxígeno molecular (O2) y no al ozono y hay estudios que demuestran que el ozono interfiere y reduce la capacidad de la hemoglobina de la sangre para captar oxígeno. No solo es oxidante sino que también bloquea la función de la hemoglobina.

Los pulmones funcionan a través de una serie de sacos cerrados revestidos por células muy planas (alveolos) y en contacto con los capilares que permiten que el oxígeno del aire pueda pasar fácilmente y unirse a la hemoglobina de los glóbulos rojos. Luego, éstos, enriquecidos en oxígeno se van a los tejidos y allí liberan el oxígeno que pasa a las células donde es convertido en agua por las mitocondrias. Por otro lado, el CO2, procedente del metabolismo celular, se solubiliza en el plasma o pasa a ser bicarbonato y en los pulmones pasa de la sangre al aire. Todo eso ocurre gracias a que esas bolsitas que hay en los pulmones, los alveolos, están revestidas por unas células muy estrechas.

Cuando sufrimos neumonía, el espacio entre las células de los alveolos y los capilares se llena de líquido y células en un proceso inflamatorio. Eso hace que el oxígeno no pase fácilmente del aire a los glóbulos rojos ya que donde antes había una sábana ahora hay un muro. Obviamente, el oxígeno pasa bien a través de una sábana pero no a través de un muro. Ese es el problema y por eso se acude a los respiradores (que aumentan la cantidad de oxígeno en los pulmones) o a la respiración extracorpórea o ECMO (que intenta hacer la función de los pulmones mientras éstos se recuperan).

Los ozonoterapeutas están empeñados en que metiendo ozono en la sangre van a oxigenar algo, cosa que no es verdad. Además, sus técnicas pasan desde meter ozono por el ano (insuflación rectal lo llaman) o meterlo en unos 200 ml de sangre que luego será devuelta al paciente. Aún si el ozono fuera capaz de oxigenar algo, 200 ml de sangre oxigenada dura oxigenada prácticamente nada en cualquiera de nosotros, hace falta mantener la oxigenación. Pero ellos dicen que eso oxigena los tejidos. Más bien los oxida, pero parece que no son capaces de distinguir entre una cosa y la otra. También hay variantes intranasales, vaginales, intravenosas. Todo un compendio de técnicas para meter ozono por cualquier medio o agujero corporal.

Según la entrevista en la cadena de televisión, cada sesión cuesta unos 100 euros. El tratamiento parece ser algo lento por lo que son necesarias unas 15 sesiones, así que el tratamiento sale por unos 1.500 euros. Interesante gasto para algo inútil y/o peligroso, ¿no creen?

Les he dado argumentos y explicaciones. Les he mostrado enlaces para que comprendan lo que les he explicado pero muchos pensarán qué va a saber un pobre biólogo que no sepa un ozonoterapeuta y médico con bata que se gana la vida con esto, un juez y una familia preocupada. Ya saben...

#Noalaspseudoterapias.