Opinión

Mucha información o buena información

Hace un tiempo abrí una cuenta en Facebook y contacté con amigos y algún que otro desconocido donde publico estos textos de CórdobaHoy. Desde ese momento ¡no se pueden ustedes imaginar la cantidad de información que me llega todos los días sobre múltiples asuntos! Quien tenga Facebook supongo que sí lo sabrá, pero si no lo tienen imagínense un casi sinfín de noticias, comentarios, fotos, etc… Pero lo malo no es la cantidad, sino la calidad de la información que llega. La mayoría son bulos, tontunas, falsas verdades, mentiras a secas y cosas por el estilo. Es un auténtico bombardeo con lo que hoy en día la información vuela a una velocidad supersónica de manera que no tenemos tiempo para darmos cuenta de lo que es cierto, de lo que no lo es o de lo que es medianamente cierto pero nos lleva al engaño.

Por mi trabajo, la mayoría de esta información tiene que ver con la salud. Un caso muy llamativo me llegó hace unos días. Era el caso de una mujer inglesa de unos 42 años que, teniendo un cáncer de mama con metástasis, rechazó la quimioterapia y la cambió por jugos vegetarianos, oxígeno y dieta. Ella argumentaba que había tomado esta decisión después de haber leído mucho sobre el tema. Tal vez el caso de esta señora con metástasis en el hígado sea un caso ya muy terminal y su elección haya sido buena, pero no creo que vaya a curarse del cáncer ni, lamentablemente ver crecer a sus hijos como ella pretende ya que no existe ninguna evidencia que indique que la dieta pueda evitar el crecimiento tumoral por mucho que haya leído. Conociendo cómo se comportan las células tumorales posiblemente éstas intenten consumir toda la energía posible de la manera más efectiva mermando la capacidad de las demás. Pero, lamentablemente este caso no es único, hace unos días otra mujer rechazó cualquier tratamiento quimioterapéutico por otro tipo de tratamientos "holísticos" en los que se trata mente y cuerpo y donde la mente tiene importancia sobre el efecto del "tratamiento". Detrás de estas decisiones existe un trasfondo contra las grandes multinacionales farmacéuticas o contra los productos tóxicos que nos contaminan la vida, ¿cómo nó?. Lo malo de este tipo de casos es se crea tras de ellos un trasfondo de "personas informadas" por canales poco fiables y, lo que es peor, que si estas mujeres mueren, nadie lo sabrá y solo nos quedaremos con la noticia de la decisión importante contra la sanidad “oficial” tras haberse informado mucho.

A estas noticias se sumó hace unos días el caso de una familia Belga que recientemente ha ido a juicio por la muerte de su niño de pocos meses al que alimentaban con leche de quinoa. Los padres habían decidido por ellos mismos que su hijo era celiaco y, además, tenía intolerancia a la lactosa. Nadie se lo había diagnosticado con pruebas médicas o científicas, ellos habían decidido que eso es lo que le pasaba a su hijo y habían decidido el tratamiento. Por ello usaron los productos de su tienda naturalista para alimentar a su bebé. Lamentablemente no tuvieron en cuenta un detalle sin importancia, somos mamíferos, y durante los primeros meses de nuestra vida nos alimentamos con leche humana o humanizada, por tanto, de origen animal. La leche animal contiene lo que necesitamos para nuestro desarrollo como mamíferos que somos y las plantas, aunque alimenten a las vacas, no dan leche. Cualquier cosa que se haga con plantas será una bebida de extracto de planta pero nunca leche. A estas bebidas les falta la grasa animal que contiene la leche materna y, en su defecto, las maternizadas que, por otro lado, es rica en ácido palmítico y todos esos ácidos grasos que tienen los animales como nosotros. Por lo tanto, su bebé murió por falta de nutrientes esenciales, falta de ácidos grasos esenciales y por el absurdo desconocimiento o exceso de defectuoso conocimiento de sus padres.

Hace escasamente unos días se ha sumado la muerte de otro niño a la lista de muertes por absurdo desconocimiento o por ideas mal concebidas de sus padres. El 27 de Mayo murió en Ancona (Italia) un niño de siete años al que sus padres trataron una infección de oídos con homeopatía en lugar de con antibióticos. Durante dos semanas los padres trataron al niño con tratamientos homeopáticos en lugar de llevarlo al servicio de salud "oficial". Solo cuando el niño empeoró, sus padres lo llevaron al hospital pero ya era tarde, la infección se había extendido hasta el mismo cerebro. Por muchas páginas web y muchas campañas que hagan los seguidores de esta terapia, la homeopatía nunca ha demostrado ninguna eficiencia simplemente por el hecho de que nunca se han realizado pruebas clínicas como las que deben pasar aquellos fármacos que se aprueban "oficialmente" por las organizaciones encargadas de su supervisión y que comprueban su seguridad y su eficacia para tratar las enfermedades, algo que no encontrarán en ningún tratamiento homeopático por mucha agua y azúcar que pongan.

Desde una visión muy cándida quiero creer que todos estos casos vienen de informaciones erróneas de aquellos que prometen cosas que no hacen lo que hacen y que llevan a mal-informados padres o pacientes a tomar decisiones equivocadas. Pero opiniones de personas que sostienen estas terapias me llevan también a pensar que hay un tufo de CONSPIRANITIS AGUDA frente al gran hermano del poder político, de las compañías farmacéuticas o de cualquier cosa que huela a "oficial". Teniendo en cuenta la cantidad de conspiraciones mundiales que he leído encaminadas a acabar con la mayoría de la población del mundo llego a la conclusión de que los conspiradores o son muy torpes o simplemente no existen. Es decir, todo una burda mentira, o postverdad como dicen ahora. Ustedes mismos.

Cuando les lleguen informaciones sobre este tipo de tratamientos tan "originales" y tan poco "normales", comprueben las fuentes. Lo primero que van a encontrar es que la mayoría de las veces son blogs, textos, incluso libros, en los que no hay ni una sola referencia a ningún estudio claro (porque no existen) o donde se tergiversa la información haciéndola pasar por medias verdades o por fuentes que verdaderamente no dicen lo que quienes promueven estas terapias afirman que dicen.

La mayoría de las fuentes de información de este tipo son blogs, páginas web de dudosa calidad científica llenas de anuncios algo esotéricos y algunos que otros curanderos-artistas que dan charlas supongo que no gratis. Pero hay otras fuentes de información que, por defecto, son consideradas como fiables y que pueden hacer mucho daño. Cuando era muy joven tuve una discusión con el cabezota de mi padre sobre si el bonito del norte era un atún o no. ¡Desen cuenta qué profundidad de discusión! Pero se tornó bastante agria porque mi padre sostenía que si decían en la tele que era bonito del norte, no podía ser un atún. Lo curioso del caso es que yo tenía razón ya que el llamado Bonito del norte es una especie de atún conocida científicamente como Thunnus alalunga y el bonito (Sarda sarda) pertenece a otro género diferente, es más pequeño y tiene sus clásicas listas y todo. Pero claro, si la tele decía bonito, era bonito y ¡no hay más que hablar! Era una cuestión de nombre, pero ¡no vean ustedes la bronca que me llevé por llevarle la contraria a mi padre! Para él, lo que se decía en la tele era sacrosanto. Así que imagínense lo que mis pobres padres entenderán si alguien se le acerca diciéndole que tomar esto o lo otro es malo o bueno porque lo han oído en la radio o ha salido en la tele. Será palabra santa para ellos. Si, además, son ellos los que lo ven en la tele, posiblemente puedan tomar decisiones equivocadas para su devenir diario con informaciones poco contrastadas. Una pena, pero es así.

Los comentarios y las reacciones a las noticias sobre salud que suelo leer en Facebook me demuestran lo poco que conocemos sobre cómo funciona nuestro cuerpo. Si añadimos también las barbaridades que se hacen para perder peso, para aumentar la capacidad física o para ponerse el bañador o bikini en verano llego a la certeza de que algo falla en el sistema educativo y de que es urgente que se haga algo. En lugar de reunirse con próceres de la homeopatía como ha hecho el PP, yo propondría aumentar la carga docente en ESO y en Bachillerato para el conocimiento de la Fisiología Humana. Debería aumentar el conocimiento de cómo funciona nuestro cuerpo para que en el futuro nuestros hijos puedan disponer de herramientas que les permitan tomar decisiones sobre su salud sin que nadie los engañe por falta de conocimiento, o si los engañan, que, al menos, no sea porque antes no los han preparado. Si ellos deciden luego creer en conspiraciones y en maquinaciones de desconocidos hombres de negro con alma oscura, que no sea por falta de base. Aunque tal vez no educar adecuadamente a nuestros hijos en materias importantes para su futuro sí que sea una verdadera conspiración. Ya sabemos que cuanto menos conozca, más manejable será la ciudadanía. Elijan bien las fuentes y seleccionen bien la información antes de tomar una decisión importante para su salud. No es la cantidad sino la calidad de la información la que nos servirá para tomar buenas decisiones en cualquier ámbito de la vida. Y en salud nos puede ir la vida, o la vida de nuestra familia, en ello.