Opinión

La inútil homeopatía: Carta abierta a la ANH

La inútil homeopatía: Carta abierta a la ANH

Guillermo López Lluch

 

La última columna de esta sección trataba sobre el peligro que hay detrás de seguir a aquellos que nos hablan de conspiraciones mundiales engañando a los pobres ciudadanos de este planeta. En ella dedicaba un pequeño párrafo a decir que la homeopatía entraba dentro de aquellas pseudoterapias. Me llena de orgullo decir que esta columna ha sido foco de atención de la Asamblea Nacional de Homeopatía (ANH) que, a través de esta carta,  de su perfil de Facebook y de una página llamada Homeopatía Suma, han tachado ese breve párrafo como una fake news, o dicho en román paladino, una noticia falsa o mentira. La verdad es que es un orgullo para mí recibir esa atención ya que Cordoba Hoy comparte el mismo interés de la ANH que medios tan poderosos como la El País que también tiene su calificación de fake news en dicho perfil de Facebook y dicha página por una columna sobre charlatanes y timadores y redes sociales que trata sobre el peligro que suponen los grupos que repiten y repiten verdaderas noticias falsas. Voy a comenzar esta nueva columna negando la mayor. Se puede calificar algo como noticia falsa cuando se dice algo que no es cierto para engañar a la gente, pero no cuando se expresa una opinión basada en la evidencia.  

El firmante de esta carta, el Dr. Gonzalo Fernández Quiroga es médico general y homeópata y firma como representante de la ANH. Aparte de eso participa en varias páginas web sobre homeopatía. Comenzando por el final de su carta, el Dr. Quiroga argumenta que la homeopatía no es una pseudoterapia ya que la legislación lo considera un medicamento, bueno, supongo que un conjunto de medicamentos en realidad, que se usa como una herramienta al alcance de los profesionales sanitarios siendo ellos los que pueden utilizarlos. Insiste el buen doctor en decir que la homeopatía suma, es complementaria, no es alternativa ni excluyente. El verdadero problema es que estos argumentos no convencen al Gobierno y múltiples organizaciones que comenzaron hace poco una campaña contra la homeopatía para sacarla de centros sanitarios y Universitarios. De hecho, no dudó en expresar sus opiniones en este sentido en El País a principios de este año.  El mismo medio que luego tachan de diseminar noticias falsas cuando lo que se publica no les conviene. El problema está en que ciertamente hay personas que abandonan tratamientos con eficacia terapéutica contra enfermedades graves contra el cáncer o infecciones. Como el caso del niño de 7 años muerto en Italia cuando sus padres se negaron a tratarlo con antibióticos y lo trataron con homeopatía.  O el caso de Rosa, una economista de 41 años que murió al tratarse su cáncer con homeopatía.  Arturo Quirantes, profesor de Física, en NAUKASpublicó hace un par de años un excelente artículo sobre algunos de estos casos y algunos de los estudios clínicos sobre homeopatía demostrando que no hay efecto terapéutico alguno.  

Volviendo a la carta de la ANH, el Dr. Fernández Quiroga ya se cuida mucho de limitar el campo al decir que la homeopatía es una terapia al servicio del personal sanitario y que solo ellos pueden aplicarla. Parece insinuar que si no eres médico no puedes ni siquiera hablar de ella. ¿Qué va a saber un Biólogo, un Químico o un Físico de cosas de medicina? ¡Vamos hombre, sobre terapias solo los médicos pueden hablar! Parafraseando algunos comentarios que ya he recibido por otras columnas, ¡Zapatero a tus zapatos! Pero resulta que la homeopatía se basa en principios físicos, químicos y biológicos igual que cualquier otra terapia por lo que un físico, un químico o un biólogo pueden tener mucho que decir sobre ella igual que pueden hablar de Biomedicina, basada en principios físicos, químicos y biológicos. 

Los científicos vemos enseguida el problema que se encuentra tras la homeopatía, que es, ni más ni menos, la imposibilidad de que algo diluido enormemente pueda producir ningún efecto. Y como esta columna es de ciencia, vamos a argumentar utilizando la ciencia. La ANH sostiene en su carta que la homeopatía dispone de evidencias y publicaciones científicas y estudios clínicos y observacionales. Es cierto, hay estudios científicos y publicados en revistas científicas especializadas como la revista Homeopathy que publicaba Elsevier.  Digo que publicaba porque ya no está en Elsevier y ahora lo publica Thieme, otra editorial del ramo científico. El problema está en que no todo lo que se publica en revistas científicas es buena ciencia. Los estudios científicos evaluados por pares llevan una serie de controles que pueden acabar con el artículo retirado de la publicación al detectarse fraude o mala praxis posteriormente o simplemente caer en el completo olvido al no poder ser replicados por ningún otro científico. Y algunos artículos publicados en revistas científicas pueden ser muy peligrosos ya que pueden sentar falsas evidencias. Pongo como ejemplo el famoso artículo sobre las vacunas del Dr. Wakefield retirado en The Lancet y seguido por muchas personas a las que ya no les importa absolutamente nada que dicho artículo sea un fraude, haya sido retirado y que cientos de otros estudios no hayan encontrado la relación entre vacunas y autismo. Para ellos se ha convertido en una prueba irrefutable de un peligro que realmente no existe. 

Comentaba en la última columna que los partidarios de la homeopatía fomentan estudios e incluso estudios de estudios (metaanálisis) que no superarían un escrutinio científico serio, pero les vale sin entrar en discutirlo y ni siquiera revisando los datos.  Me criticaron en el perfil de Facebook de la ANH por comentar los errores de bulto que tenía uno de estos artículos e incluso participó el primer firmante del estudio, y les repliqué haciendo una revisión del artículo desde un punto de vista científico-técnico desmontando casi toda la información que ahí se había publicado. A fecha de hoy, aún no han comentado ninguna de mis observaciones. Este artículo ha sido publicado en Homeopathy y claro, tiene que tratar sobre homeopatía. Una revista especializada en homeopatía no puede publicar artículos que no avalen la homeopatía. ¿Pero son estos artículos verdaderamente buenos científicamente hablando? Como ya he dicho, analicé la información publicada en ese artículo y si hubiese pasado por mis manos jamás se hubiese publicado ya que tiene serios defectos: el metaanálisis solo revisa los artículos de un solo grupo de investigación (algo que no se hace en ciencia ya que, obviamente, no se pueden llegar a conclusiones diferentes a las ya publicadas por ese grupo), la repetición de resultados de un artículo a otro que se publicó once años después, un procedimiento técnico que permite muchos sesgos observacionales, la constatación de que no hay efecto a bajas dosis pero que sí lo hay a ultrabajas dosis, cuando no hay moléculas, problemas estadísticos donde se indica significatividad entre los datos cuando es imposible matemáticamente o efectos de la aspirina en animales que no deberían responder al ser mutantes para las enzimas que responden a la aspirina (a dosis farmacológicas). Es decir, un total compendio de malos resultados y malas conclusiones. 

El mayor problema de la homeopatía está en lo que conocemos como mecanismo de acción. Sabemos que las moléculas interaccionan entre sí molécula a molécula. Es decir, cuando una molécula se une a una proteína o a otra molécula, lo hace con una proporción determinada. A veces una molécula se rompe y forma dos, otras veces dos moléculas se unen y forman una y otras veces una molécula se une a una proteína y la inhibe o la modifica. Todo funciona molécula a molécula. Sabemos cuánto pesan las moléculas por su composición química. Cada molécula tiene su peso molecular. El del agua es 18,01528, el de la aspirina es 180,151. El peso molecular se refiere en gramos/mol y significa la cantidad de gramos de una sustancia determinada que coincide con un parámetro llamado mol. Mol es una unidad común a todas las moléculas, siempre el mismo para todas, de manera que un mol son 6,023 x 1023moléculas y se conoce como el número de Avogadro.  Todo esto quiere decir que ese número enorme de moléculas pesará 180,151 gramos si son de aspirina y 18,01528 gramos si son moléculas de agua. Lo cual quiere decir que una sola molécula de aspirina pesa 2,99 x 10-22gramos y una de agua 2,99 x 10-23gramos. De esta forma sabemos que en un litro de agua pura y destilada que pese 1 kg justo tendremos 1000 gramos/18,01528 gramos/mol o lo que es lo mismo, 55,5 moles de agua; es decir 334,2765 x 1023moléculas de agua. Y si disolvemos 180,151 gramos de aspirina en ese litro de agua tendremos 1 molécula de aspirina por cada 55,5 moléculas de agua. Los cálculos son fáciles y cualquier estudiante de ESO debería sacarlos. Pese a eso, en el estudio de la aspirina pretenden asegurar que suministrar a un animal una dilución de 10-30partiendo de 0,1 g de aspirina produce efecto, cuando esa cantidad es del orden de 100 millones más pequeña de lo que pesa una sola y única molécula de aspirina. O lo que es lo mismo, si partimos de una solución de un litro de agua con un mol de aspirina en su interior disuelto y tomamos una dilución 10-30, sería necesario rebuscar en 100 millones de litros de agua para encontrar una sola molécula de aspirina. Es fácil, no hace falta nada más que usar la lógica, la química y matemáticas. 

Para explicar el efecto homeopático, los homeópatas acuden a un término nada científico llamado memoria del agua que se obtiene mediante sucusión del compuesto homeopático en el agua. Y eso de sucusir, ¿qué es? Pues según ellos consiste en agitar la solución enormemente. Si tomamos una parte de nuestra aspirina, pongamos un gramo, y la sucusimos en 99 partes de agua, tendremos una disolución 1CH (de concentración de Hahnemann, el descubridor de este invento). A partir de ahí, hay que ir tomando una parte de esta dilución y otras 99 de agua para llegar a una disolución 2CH y así sucesivamente. Pero que no se nos olvide sucusir la solución, ahí está la clave. O no. Sucusamos o no, a cada paso en la dilución, tendremos más agua y menos compuesto hasta concentraciones irrisoriamente absurdas como las del oscilococcinum, usado para la gripe y constituído, se supone, por hígado y corazón de pato de Berbería (parece que no puede ser cualquier pato), cuya solución efectiva es de una dilución 200CH. No hay agua suficiente en el Universo conocido para poder llegar a esta dilución. Hagan los cálculos. Según los homeópatas cada vez que sucusimos, las moléculas de agua se colocan de una manera que queda una huella que está tras el efecto homeopático. Pero esta huella no tiene forma de ser detectada. En algunas discusiones disponibles en video podemos ver a los homeópatas decir a los científicos que el problema está en que no tenemos la tecnología suficiente para detectar esa huella. Y si no tenemos la tecnología suficiente, ¿cómo saben ellos que batiendo las soluciones se crea dicha memoria del agua? Parece más un término inventado para salir del paso que algo científico, la verdad sea dicha. Además, si eso fuese así, el agua de un arroyo que ha pasado por torrenteras, tendría que tener una memoria que ni los elefantes.  

Aunque tengan sus revistas y publiquen sus estudios de una manera “científica”, estos estudios están llenos de grandes problemas tecnológicos y procedimentales. Las revisiones sistemáticas y metaanálisis realizados por Cochrane, la mayor base de datos médica con una revista de altísimo prestigio en el mundo médico demuestran que no hay efectividad demostrada, ni hay efectos más allá del placebo, ni nada de nada positivoen la homeopatía. Claro que para los que la defienden, estos estudios con cientos de pacientes no se pueden comparar con sus casos únicos o pequeños grupos. ¡Dónde va a parar! 

Para no seguir más, les emplazo a releer una columna de hace casi dos años sobre este tema. El panorama científico sigue siendo el mismo, lo que ha cambiado es que ahora las autoridades están tomando decisiones más sensatas e incluso Francia, valedor de la homeopatía, va a retirar la subvención de la que disfrutan los productos homeopáticos.  Entiendo que este viraje institucional no guste a quienes ofrecen a sus pacientes esta terapia o a empresas que venden productos homeopáticos con grandes beneficios. Pero lo que no vale para curar y no tiene efectos terapéuticos más allá del placebo no tiene derecho a llamarse medicina y si sus bases científicas tienen poco de científicas es pseudociencia y, por tanto, las terapias basadas en ésta son pseudoterapias, por mucho que algunos quieran hacernos creer que no. Tengan cuidado con su salud y acudan a las terapias que tienen base científica, que están avaladas por resultados y que curan de verdad. ¿Qué diablos tiene que ver el hígado y el corazón del pato con la gripe?