Opinión

El futuro del periodismo

Vivimos en una sociedad en la que la información es un bien cada vez más abundante. Todos nos estamos convirtiendo en comunicadores sociales de tal forma que cada uno de los que participan en cualquier red es hoy una suerte de periodista de una parcela de la realidad.

Más aún, aquellos cuya actividad son la noticia se están convirtiendo en los mismos difusores de la misma. Se está produciendo un proceso de des-intermediación de la realidad y de los problemas, de tal forma que lo que antes hacían las redacciones de los medios, seleccionar la noticia de la anécdota, subrayar y seguir lo importante, conformar una opinión y una perspectiva, lo hace hoy un algoritmo informático según el cual algo es significativo sencillamente porque hay mucha gente que lo ha visto o leído.

El efecto de esta situación la estamos sufriendo: en ese momento de la historia en la que la ciudadanía tiene acceso a más información, es el momento en el que más perplejos estamos ante lo que pasa y más compleja nos resulta la realidad. La mucha información no nos está trayendo un mejor conocimiento de los problemas, sino una percepción más inmediata de ellos, tanto que llegamos a aturdirnos de información y datos.

Precisamente por eso creo que los medios de comunicación, que el periodismo, lejos de ser una profesión del pasado, es una profesión de futuro puesto que la ciudadanía necesita de intermediarios que no sólo elaboren, sino que sean capaces de discriminar  aquella información que es relevante para la vida social, política, económica o cultural. Y para que esta información sea objetiva ha de ser producida desde distintos ángulos y perspectivas.

De ahí que una ciudadanía bien informada no sea aquella que tiene más datos, sino la que tiene acceso a la información relevante desde más puntos de vista. La pluralidad informativa es la clave de una sociedad bien informada, no la mucha información. En este mundo de la hiperinformación, hemos de saludar la valentía de aquellos que están reinventando la vieja profesión de periodista, porque sin ellos tendríamos mucha información, pero no sabríamos qué nos pasa. 

Gracias, pues a aquellos que mantienen viva la llama de un servicio público imprescindible.